R: Este sistema, con “la cuota de
producción y el trabajo señalados a la familia” como forma
principal, es una creación de algunos campesinos de la provincia de
Anhui y fue elogiado como una “gran iniciativa de los campesinos”
por Deng Xiaoping, arquitecto jefe de la reforma y apertura de
China.
El sistema de responsabilidad por
contrata en base a la familia y con el ingreso en función del
rendimiento abarca dos aspectos. Primero, la tierra sigue siendo de
propiedad colectiva, sin que se altere su naturaleza de ser
pública; segundo, mediante la contrata se entregan el derecho de
gestión y el de administración de tierra a las familias campesinas
y la colectividad suscribe contratos con éstas y los mantendrá sin
cambio durante muchos años. En el periodo de contrata el campesino
paga el impuesto al Estado, entrega a la colectividad aquella parte
de la cosecha que va a retener por derecho, y se queda con el resto
para su propia disposición.
Esta forma de organización, adecuada
al nivel de las fuerzas productivas rurales en ese tiempo, fue
aclamada de corazón por las masas campesinas, quienes la
describieron gráficamente con esta frase: “Uno se queda con todo
después de pagar lo suficiente al Estado y apartar lo que es de la
colectividad”. Hacia finales de 1983, el sistema cubría ya a más
del 90% de las familias campesinas del país, no solamente emancipó
las fuerzas productivas rurales largamente reprimidas sino que
también se convirtió en una brecha de avance para la reforma rural
en toda China.
Primero, una vez implantado el
sistema de responsabilidad en el agro, el entusiasmo de los
campesinos por la producción entró en pleno juego, el rendimiento
de los cultivos se incrementó con rapidez, y los campesinos
pudieron abrir nuevos canales de producción y diversificar la
gestión, de modo que las fuerzas productivas fueron emancipadas y
la productividad se elevó visiblemente.
Segundo, con el derecho de
producción y gestión en su mano, un gran número de campesinos
liberados de la tierra ingresaron en las empresas de cantón y
poblado, permitiéndolas emerger como una nueva rama industrial.
Tercero, se promovió el viraje del
modo de producción y el estilo de vida en el agro, pues los
campesinos fueron transitando de pequeños productores autárquicos a
productores y gestores de mercancías, lo cual impulsó el desarrollo
y mejoramiento del mercado rural.
Cuarto, el nivel de vida del
campesinado se elevó de continuo a medida del desarrollo de la
economía rural. Fue el periodo de esta elevación con mayor rapidez
a raíz de la fundación de la Nueva China en 1949, durante el cual
no pocas zonas vieron a sus campesinos alcanzar el nivel de vida
modestamente acomodada.
En los pasados veinte y tantos años
a partir de la introducción del sistema de responsabilidad por
contrata en base a la familia y con el ingreso en función del
rendimiento, la producción agrícola de China ha progresado a un
ritmo promedio anual de 6,7%, eclipsando el del sector agrícola
mundial en el mismo periodo. China vio su rendimiento de cereales
aumentar a un ritmo anual de 2,7% y saltar varios escalones, y
luego, en 1996, se convirtió en el mayor productor de cereales en
el mundo cuando produjo más de 500 millones de toneladas de granos,
rectificando así la larga escasez en el abastecimiento de cereales
que desconcertaba al país. Se multiplicó la producción de algodón,
aceites, azúcar, carnes porcina, bovina y ovina y leche, de suerte
que el consumo de tales productos por persona superó o se aproximó
al nivel promedio mundial.
En agosto de 2002 el Comité
Permanente de la IX Asamblea Popular Nacional (APN) promulgó la Ley
de Contrata de Tierras Rurales, confiriendo en términos de ley el
derecho duradero y asegurado de la contrata y gestión de tierras
rurales a los campesinos, lo cual marca la embarcación de esta
contrata en el campo por la órbita legal.
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