R: Si Ud. hubiera leído el informe y
mirara la realidad de China, llegaría a su propia conclusión.
Obviamente, la deducción de Brown carece de fundamento y la
preocupación está de más.
Más de cincuenta años atrás, otro
extranjero planteó un problema similar y predijo: “Para la Nueva
China sería difícil alimentar a sus 500 millones de personas”.
Después de la proclamación de la República Popular, sin embargo,
además de hacer un viraje histórico pasando de la prolongada
escasez a un equilibrio básico en el volumen total del suministro
de cereales con excedentes en años de ricas cosechas, China ha
logrado aprovechar sus tierras cultivadas por debajo del 7% del
total mundial para alimentar como es debido a su población que
representa el 22% del total mundial.
Un proverbio chino reza: “El
alimento es la primera necesidad del pueblo”. Por tal razón, el
arreglo de la alimentación de sus más de 1.000 millones de
ciudadanos siempre ha sido un asunto primordial al que el Gobierno
chino atribuye suma importancia. En 1996-1999 China obtuvo
abundantes cosechas de mieses en cuatro años consecutivos y produjo
más de 500 millones de toneladas en tres de éstos, con la
producción muy por encima del consumo. Aunque la producción de
cereales disminuyó en 2000-2003 por cuatro años seguidos, se
aseguró el abastecimiento gracias a los graneros llenos, sin
inconvenientes para la alimentación del pueblo en lo básico.
Por supuesto, se ha de ver que para
China será cada vez más difícil aumentar la producción de cereales
a causa de la población numerosa y los recursos de tierra
cultivable y agua limitados por persona. Con el fin de garantizar
la seguridad de alimentos a largo plazo, el Gobierno chino ha
formulado el principio de apoyarse en el propio país para alcanzar
el autoabastecimiento de cereales en lo básico y ha adoptado una
serie de medidas de apoyo a la producción de cereales. Entre éstas
se incluyen proteger las tierras de cultivo básicas según la ley y
asegurar la capacidad de suministro de los principales productos
agrícolas, sobre todo los cereales; estabilizar el régimen de
tierra rural y las relaciones entre las partes de la contrata de
tierra y mantener la estabilidad duradera del régimen de gestión
rural básico; continuar incrementando la inversión en la
agricultura para elevar la capacidad de producción integral de
cereales; eximir a los campesinos del impuesto agrícola dentro de
cinco años, otorgar a los cultivadores de mieses el subsidio
directo al cultivo de cereales, el subsidio a la siembra de
especies mejoradas y el subsidio a la compra de máquinas y aperos
agrícolas, y dar a luz los mínimos precios de acopio de cereales y
regular y controlar los precios de los medios de producción
agrícola. Al mismo tiempo, al reformar el régimen de circulación de
cereales, China ha establecido uno nuevo --unificado, abierto,
competitivo y ordenado--, y como resultado ha mejorado todavía más
el régimen estatal de cereales de reserva y un sistema de
regulación y control macroeconómicos de cereales de alta
eficiencia.
Eso de “no haber estabilidad sin
cereales” es una sabiduría política que China ha acumulado en su
historia de miles de años. Conforme cambia la situación del
desarrollo económico y social, China reajustará oportunamente su
política de fomento de la producción cerealera a objeto de
garantizar la seguridad del Estado en cuestión de cereales. En el
siglo XXI, según pronósticos, China continuará abasteciéndose de
cereales por sí en alrededor del 90%, o sea, será totalmente capaz
de vivir por su propio esfuerzo.
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