La mayor parte del territorio chino, debido a su situación geográfica en la zona templada septentrional, posee un clima moderado, con las cuatro estaciones bien marcadas, favorable para el hábitat humano. Es un clima que se caracteriza por los monzones continentales. Desde septiembre hasta abril, los monzones secos y fríos soplan desde la Siberia y la meseta Mongolia, y se van debilitando conforme avanzan, lo que provoca grandes diferencias térmicas entre el norte y el sur. De abril a septiembre, la corriente de aire húmedo procedente de los mares del este y del sur eleva las temperaturas y ocasiona abundantes lluvias. Por lo general, la diferencia de temperaturas entre el norte y el sur es mínima. De acuerdo con los índices de temperatura, el territorio chino se divide en seis franjas climáticas, de sur a norte: ecuatorial, tropical, subtropical, tropical-templada, templada y templada-fría. Las precipitaciones pluviales disminuyen de sudeste a noroeste. Las diferencias entre una y otra zona son abismales, al punto que en la costa suroriental pueden sobrepasar los 1.500 milímetros anuales, mientras que en el noroeste, por ubicarse en el interior del continente, son inferiores a los 200 milímetros.
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