El primer ministro chino, Wen Jiabao, condenó hoy el papel del Dalai Lama en los disturbios registrados en Lhasa la semana pasada, pero aclaró que la puerta del diálogo sigue abierta siempre y cuando él abandone verdaderamente su posición a favor de la "independencia del Tíbet".
Hay numerosos hechos y abundantes pruebas para demostrar que los disturbios ocurridos en Lhasa fueron organizados, premeditados, planeados e instigados por la camarilla del Dalai Lama, dijo Wen en una conferencia de prensa tras la clausura de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN, parlamento).
Los disturbios en Lhasa, en los cuales se registraron golpizas, destrozos, saqueos e incendios, tienen como objetivo perjudicar los próximos Juegos Olímpicos de Beijing, afirmó Wen.
Los alborotadores hirieron e incluso dieron muerte a personas inocentes en plena calle con extrema crueldad, destruyeron vehículos e instalaciones públicas, e incendiaron viviendas privadas, tiendas y escuelas, dijo Wen.
"Este incidente ha alterado gravemente el orden en Lhasa y causado graves pérdidas de vidas y propiedades del pueblo", indicó.
"El gobierno local y los departamentos relacionados han mantenido su actuación estrictamente dentro del marco que brindan la Constitución y las leyes, y mostraron una máxima moderación", indicó Wen, quien añadió que el gobierno local ha adoptado medidas apropiadas para tranquilizar la situación y proteger los intereses del pueblo en Lhasa y en el Tíbet.
Las constantes declaraciones de la camarilla de Dalai en sl sentido de que ellos no buscan la independencia sino un diálogo pacífico "no son más que mentiras", dijo Wen.
Después de la liberación pacífica y, sobre todo, de la reforma democrática, el Tíbet ha progresado y ha conseguido un mayor desarrollo, destacó Wen.
"Las acusaciones del Dalai Lama de 'genocidio cultural' en el Tíbet no son nada más mentiras", recalcó el premier.
El primer ministro señaló que China aprecia la posición y las medidas tomadas por el gobierno indio para controlar las actividades que persiguen la "independencia del Tíbet" premeditadas por la camarilla de Dalai.
"El asunto del Tíbet es una cuestión muy sensible en nuestras relaciones con la India", agregó.
Wen también aclaró que la puerta del diálogo sigue abierta para el Dalai Lama, siempre que éste abandone su posición a favor de la "independencia del Tíbet" y reconozca que tanto el Tíbet como Taiwan son partes inalienables del territorrio chino.
Wen reiteró que la proposición original de China al respecto no cambiará.
"Nosotros cumplimos lo que decimos", dijo Wen, "sólo nos resta observar qué hace el Dalai Lama. Todo depende de sus acciones".
El gobierno chino tiene plena capacidad para mantener la estabilidad y el orden en el Tíbet, y continuará apoyando el desarrollo económico y social de la región, mejorando el nivel de vida de los ciudadanos de todos los grupos étnicos, y protegiendo la cultura y el medio ambiente de la región.
"Nunca vacilaremos en esta posición", sentenció.
Por otra parte, Wen afirmó que China considerará la posibilidad de organizar una visita por parte de representantes de los medios de comunicación extranjeros a Lhasa, para que éstos puedan ver sobre el terreno lo que ocurrió allí.
"Básicamente la situación está regresando a la normalidad. Lhasa será reabierta al resto del mundo", afirmó el primer ministro.