Hay numerosos hechos y abundantes pruebas para demostrar que el incidente en Lhasa fue organizado, premeditado, planeado e instigado por la camarilla del Dalai Lama, declaró hoy martes en Beijing el primer ministro chino, Wen Jiabao, a los periodistas.
El 14 de marzo, los actos violentos, entre los que se incluyeron golpizas, destrozos de propiedades, saqueos e incendios provocados en Lhasa, que tuvieron por objetivo perjudicar la próxima Olimpiada de Beijing, recordó Wen en una rueda de prensa después de la conclusión de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país.
En el incidente de Lhasa, los violentos alborotadores hirieron, o incluso mataron al pueblo inocente en la calle con medios extremadamente crudos, destruyeron vehículos e instalaciones públicas, quemaron viviendas privadas, almacenes y escuelas, detalló Wen.
"Este incidente ha alterado gravemente el orden en Lhasa y causado graves pérdidas de vidas y propiedades del pueblo", indicó.
"El gobierno local y los departamentos relacionados han mantenido su actuación de manera estricta dentro del marco que brindan la Constitución y las leyes, y mostraron una máxima contención", indicó Wen, quien añadió que el gobierno local ha adoptado medidas apropiadas para tranquilizar la situación y proteger los intereses del pueblo en Lhasa y en el Tíbet.
Desde la liberación pacífica y, sobre todo, de las reformas democráticas en el Tíbet, la región ha progresado y ha conseguido un mayor desarrollo.
"Las declaraciones acerca de que el gobierno chino ejerce un 'genocidio cultural' en la región no son nada más que mentiras", destacó Wen.
Sin embargo, el primer ministro confirmó que la puerta del diálogo sigue abierta al Dalai Lama, siempre que abandone su posición por la "independencia del Tíbet", y que reconozca que el Tíbet y Taiwan son partes inalienables del territorio chino.
El premier destacó que la proposición original de China no cambiará.
"Cumplimos lo que decimos", dijo Wen, quien añadió que "debemos observar qué hace el Dalai Lama. Depende de sus acciones".
El gobierno chino es perfectamente capaz de mantener la estabilidad y el orden en el Tíbet, y, al mismo tiempo, continuará apoyando el desarrollo económico y social, mejorará las condiciones de vida de todos los grupos étnicos, y protegerá la cultura y el medio ambiente en la región.
"Nunca vacilaremos en esta postura", expresó.