Hay numerosos hechos y abundantes pruebas para demostrar que el incidente en Lhasa fue organizado, premeditado, planeado e instigado por la camarilla del Dalai Lama, declaró hoy martes en Beijing el primer ministro chino, Wen Jiabao, a los periodistas.
"El gobierno local y los departamentos relacionados han mantenido su actuación de manera estricta dentro del marco que brindan la Constitución y las leyes, y mostraron una máxima contención", indicó Wen, quien añadió que el gobierno local ha adoptado medidas apropiadas para tranquilizar la situación y proteger los intereses del pueblo en Lhasa y en el Tíbet.
Wen realizó estas afirmaciones en una rueda de prensa después de la conclusión de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país.
Desde la liberación pacífica y, sobre todo, de las reformas democráticas en el Tíbet, la región ha progresado y ha conseguido un mayor desarrollo.
"Las declaraciones acerca de que el gobierno chino ejerce un 'genocidio cultural' en la región no son nada más que mentiras", destacó Wen.
Sin embargo, el primer ministro confirmó que la puerta del diálogo sigue abierta al Dalai Lama, siempre que abandone su posición por la "independencia del Tíbet", y que reconozca que el Tíbet y Taiwan son partes inalienables del territorio chino.
El gobierno chino es perfectamente capaz de mantener la estabilidad y el orden en el Tíbet, y, al mismo tiempo, continuará apoyando el desarrollo económico y social, mejorará las condiciones de vida de todos los grupos étnicos, y protegerá la cultura y el medio ambiente en la región.
"Nunca vacilaremos en esta postura", indicó.