China siente claramente la presión inflacionaria que ejerce el alza de los precios de carácter estructural, pero está determinada a alcanzar la meta de mantener su Indice de Precios al Consumidor (IPC) en alrededor del 4,8 por ciento este año, dijo hoy el responsable del máximo órgano de planificación económica de China, Ma Kai.
En 2007, el IPC de China se elevó un 4,8 por ciento sobre el año anterior, mientras que en enero del presente año el IPC registró una subida récord del 7,1 por ciento.
Las fuertes alzas del IPC se atribuyen principalmente al aumento estructural de precios provocado por la irrefrenable subida en los precios de los alimentos y los productos agrícolas, explicó Ma Kai, ministro encargado de la Comisión Estatal de Desarrollo y Reforma, en una rueda de prensa celebrada en el marco de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), máximo órgano legislativo del país.
El alza en los precios de los alimentos contribuyó con un 83 por ciento al aumento del IPC de 2007, y un 84,5 por ciento al de enero pasado, indicó Ma, y añadió que los incrementos en los precios que se están presentando en la actualidad de hecho suponen una "recuperación", si se tienen en cuenta las pequeñas fluctuaciones de la década pasada.
"No obstante, eso no significa que podamos ignorar esta situación. En realidad, tenemos que ser muy concientes del aumento de la presión", destacó.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, admitió el miércoles al presentar el Informe sobre la Labor del Gobierno ante la APN, que su país se está enfrentando a un aumento de la presión inflacionaria, y que la tarea de controlar la inflación es "ardua".
El gobierno se ha fijado la meta de controlar el alza del IPC en alrededor de un 4,8 por ciento, apuntó Wen.