China aplicará este año una política monetaria austera para enfrentar el aún no resuelto problema del exceso de liquidez, aunque al mismo tiempo el gobierno se ha comprometido a incrementar en varios miles de millones de yuanes los fondos adicionales para promover el desarrollo de la agricultura, la educación, y la asistencia médica, así como para fortalecer la red de seguridad social de la nación.
El primer ministro chino, Wen Jiabao, dijo en el Informe sobre la Labor del Gobierno presentado ante la primera sesión de la XI Asamblea Popular Nacional que la aplicación de una política monetaria austera obedece principalmente a "la fuerte posibilidad del repunte de las inversiones en activos fijos, al pertinaz exceso de la emisión monetaria y la concesión de créditos, al aún no solucionado problema del exceso de liquidez, y a la considerable presión de la inflación".
Sin embargo, Wen señaló que todavía es necesaria una política fiscal prudente para "impulsar la reestructuración y el desarrollo balanceado", pero también es necesario aumentar los gastos en áreas como los eslabones débiles, la mejora de la vida del pueblo, y la profundización de la reforma.
En el pasado, China ha mantenido su política fiscal a la par con la monetaria, fueran ellas proactivas, prudentes, o austeras.
Expertos economistas consideran que la ruptura de la tradición que tiene lugar este año indica que el gobierno se está esforzando por prevenir el sobrecalentamiento de la economía, al tiempo que utiliza el fruto del dinámico crecimiento económico del país durante las últimas tres décadas para beneficiar al grueso de la población, especialmente los habitantes de las áreas rurales y los de las urbanas con pocos recursos.
Cuando el público general tenga más dinero para gastar, puede convertirse en otra fuerza para impulsar el desarrollo económico de la nación en el futuro, opinaron los observadores.