En 1978, cuando el gobierno chino tomó la decisión de reformar su estructura económica, emprendió de modo planificado y metódico su apertura al exterior. A partir de 1980, China estableció cinco zonas económicas especiales y otras zonas económicas abiertas, abrió al exterior 14 ciudades litorales, un grupo de ciudades fronterizas y todas las capitales de las provincias y regiones autónomas; y creó, en ciudades grandes y medianas, 15 zonas francas, 54 áreas de desarrollo económico y tecnológico y 53 de desarrollo de alta y nueva tecnología de categoría nacional. De este modo, quedó configurada una amplia estructura de apertura al exterior en todos los frentes y a diversos niveles, que conecta las regiones costeras, fronterizas e interiores del país. Gracias a una serie de medidas políticas preferenciales, estas áreas han venido a desempeñar un importante papel en el fomento de la economía orientada al exterior, a la exportación generadora de divisas, a la introducción de tecnologías avanzadas y al impulso del desarrollo económico de las regiones interiores del país. En 2000, se inició el plan de explotación del oeste. El oeste, que comprende las provincias de Gansu, Guizhou, Qinghai, Shaanxi, Sichuan y Yunnan, las regiones autónomas del Tíbet, de Xinjiang, de Ningxia, de Guangxi, Mogolia Interior y el municipio de Chongqing bajo jurisdicción central, cubre el 70% de la superficie nacional y alberga a cerca de 30% de la población del país. Las regiones occidentales de China lindan con más de 10 países y abundan en recursos terrestres y minerales. Se estima que ellas se conviertan en la segunda área de oro para la apertura al exterior, después de las regiones orientales. Al elaborar el plan integral para el desarrollo del oeste, el gobierno chino ha aprobado una serie de medidas políticas preferenciales para estimular la inversión extranjera. Por ejemplo, las empresas de capital foráneo, una vez cumplido el plazo de cobro tributario preferencial, gozarán durante los tres años siguientes de una reducción del impuesto sobre la renta empresarial de hasta el 15%, y si son empresas orientadas a la exportación, disfrutarán de mayores reducciones y exenciones, con el 10% como tasa mínima. Al igual que la costa, el oeste está facultado para autorizar proyectos de inversión foránea cuyo valor no supere los 30 millones de dólares. En los últimos años, el oeste de China se ha convertido en un nuevo punto candente de atracción para las inversiones foráneas, lo que significa entradas por más de dos mil millones de dólares anuales, las cuales crecen sin cesar. Hasta finales de 2006, en estas regiones funcionaban tres mil empresas de capital foráneo, muchas de las corporaciones transnacionales han entrado en la logística, IT, el comercio y las finanzas entre otros sectores, promoviendo con energía la optimización de la estructura industrial del oeste.