China es un país de población numerosa mientras que su tierra cultivada es tan poca que representa sólo el 7% de la mundial. ¿Quién va a alimentar a los chinos? Esta era una pregunta que preocupaba a ciertas personas del exterior. Los dirigentes y expertos agrónomos chinos contestaron: “Los chinos nos alimentaremos a nosotros mismos”. El rápido desarrollo de la agricultura china se inició en 1978 cuando comenzó la reforma en las zonas rurales. Las medidas principales de esta reforma consistieron en: impulsar el sistema de responsabilidad que tiene como punto clave la contratación de la producción sobre la base de la familia, haciendo que los campesinos recuperaran el derecho al uso de la tierra, administraran por cuenta propia las labores agrícolas y decidieran el destino de los productos cosechados con sus manos; eliminar el monopolio en la adquisición y la venta de los mismos, liberalizando los precios de la mayor parte de los productos agrícolas y de ocupaciones secundarias; anular numerosas medidas políticas restrictivas anteriores, permitiendo a los campesinos desarrollar actividades diversificadas, establecer empresas a nivel de cantón y de poblado, movilizando la iniciativa productiva de los campesinos. Esta reforma ha liberado y desarrollado las fuerzas productivas de las zonas rurales, ha impulsado un acelerado aumento de la producción agrícola, en especial de los cereales, y una optimización incesante de la composición de la agricultura, lo que le ha permitido alcanzar notables éxitos. Actualmente China ocupa el primer lugar mundial en la producción de cereales, algodón, materias oleaginosas, frutas, carnes, huevos, productos acuáticos y verduras. Durante el último quinquenio, la importación y la exportación de los productos agrícolas de China aumentaron a gran velocidad. Entre las 15 variedades de productos agrícolas, que ocupan el 85%-90% del monto total de su índole, los cereales y otras ocho variedades presentan una tendencia de aumento neto en la exportación y de disminución neta en la importación, mientras que los productos acuáticos, verduras y frutas ya están dotados de una fuerte capacidad competitiva en la exportación neta.
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