Repuesta: La historia es un espejo. Lo que Ud. dijo es verdad si echamos un vistazo a la historia de emergencia y declinación de los poderes económicos de nuestro planeta en los últimos siglos. Pero no sería en balde que el público hojeara también la historia china. China posee una historia de cinco mil años, su cultura es una de paz, y la aspiración a la armonía siempre ha sido la característica espiritual del pueblo chino. Ya hace seis siglos, el célebre navegante chino Zheng He de la dinastía Ming, al mando de la flota de buques más fuerte del mundo en su tiempo, salió siete veces al “océano occidental”, arribó a más de 30 países y regiones de Asia y África, llevando allí té, porcelanas, sedas y técnicas, y también paz y civilización al mundo, pero sin ocupar ni una pulgada de tierra ajena. Esto comprueba plenamente la tradición histórica y cultural de la nación china de “atesorar la paz por encima de todo” y “apreciar la armonía guardando las diferencias”.

En los más de cien años posteriores a la Guerra del Opio de 1840, China sufrió hartas humillaciones de las potencias. Eliminar la guerra, realizar la paz y construir un país independiente, próspero y de vida feliz para el pueblo es un objetivo de lucha de los chinos desde la época moderna. La China de hoy es distinta a otros países en el pasado. A través de la reforma y el desarrollo y en el contexto del ambiente internacional de la paz ha encontrado un camino adecuado a su propio desarrollo, o sea, el camino del desarrollo pacífico. Los contenidos principales de este camino son: Primero, para el desarrollo pacífico China aprovecha plenamente la buena coyuntura de paz mundial, brega por crecer y robustecerse, y al mismo tiempo salvaguarda la paz mundial con su propio desarrollo. Segundo, para desarrollarse por vía pacífica China se basa antes bien en la fuerza propia, se mantiene independiente y se vigoriza mediante esfuerzos propios, se apoya en el vasto mercado interno, en los recursos de trabajo abundantes propios, en la acumulación propia de una enorme cantidad de fondos, y en la innovación de mecanismos favorecida por la reforma. Tercero, el desarrollo pacífico de China es inseparable del mundo, por lo que China debe persistir en la política de apertura al exterior y desarrollar relaciones económicas y comerciales con todos los países amistosos. Cuarto, para el desarrollo pacífico China necesita de un largo periodo de tiempo y quizá del afán de varias generaciones. Y quinto, el desarrollo pacífico de China no estorba a nadie, en absoluto busca en este proceso convertirse en una potencia militar por la hegemonía en el plano mundial, sino en un gran país de mercado, civilizado y responsable que tenga un papel constructivo en la comunidad internacional.

El gobierno y el pueblo de China saben con sobriedad: Aunque el país ha conseguido grandes logros de desarrollo, sigue siendo el mayor de los en vías de desarrollo debido a su población numerosa, bases pobres y desarrollo desequilibrado. Éstas son precisamente las condiciones nacionales de China. Desde la reforma y la apertura en 1978, hemos desbrozado un camino del desarrollo pacífico y lo seguiremos invariablemente en el futuro. Pues, solamente un desarrollo realizado por vía pacífica podrá ser duradero, sólido y verdaderamente favorable al pueblo chino y a los otros pueblos. Seguir el camino del desarrollo pacífico es un compromiso solemne del gobierno y pueblo de China ante los demás países del mundo.

La experiencia histórica enseña que la solución al desarrollo de China y al problema de sus 1.300 millones de persona no está en otros países sino en la China misma. Ella no debería trasladar los problemas y contradicciones a otros, y menos aún saquear al prójimo para su propio desarrollo. Construir un mundo de paz duradera, prosperidad compartida y armonía es el deseo común a todos los pueblos, y también un noble objetivo de China en su desarrollo pacífico.