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Entre la población de la Región Autónoma del Tíbet, la creencia que cuenta con más adeptos es la del budismo lamaísta; además hay 2 000 musulmanes, y 600 católicos.
Constituye una secta particular del budismo chino. En el siglo VII, bajo la dinastía Tubo, y proveniente de las planicies centrales de China y del Nepal, se introdujo el budismo en la región. Al principio, éste fue seguido por los príncipes y la nobleza, poco después por toda el pueblo. Su propagación puede dividirse en un período llamado anterior, (del siglo VII al IX, que corresponde con el reino de los Tubo) y un período posterior (del siglo X hasta mediados del siglo XX). Durante el largo período posterior, monjes llegados de la India y de la región de Cachemira predicaron la doctrina del budismo en la altiplanicie de Qinghai-Tíbet. En este tiempo se opera un proceso de sincretismo entre el budismo y la antigua religión del Tíbet, el Bon, dando nacimiento al budismo lamaista, que pertenece al budismo del Gran Vehículo (Mahayana). El budismo tibetano posee sus propias características, entre ellas figura un modo de transmisión del poder por reencarnación del Buda Viviente. En su proceso de desarrollo, el budismo tibetano se ha dividido en muchas sectas: la de los Gorros Rojos (Nyingmapa), los Tricolores (Sakyapa), llamada así en razón de los tres colores utilizados en la decoración de los monasterios, la de los Vestidos Blancos, (Kagyurpa) y la secta de los Gorros Amarillos (Gelugpa). Esta última, fundada a principios del siglo XV por Tsong Kha-pa, un reformador del lamaísmo, fue la más influyente. Es esta secta la que instituye dos sistemas de Budas Viviente: el Dalai Lama y el Panchen. Respetar y proteger la libertad religiosa constituye una de las políticas fundamentales del Gobierno chino. En el Tíbet, como en el resto del país, es esta política la que se puesta en práctica. Ella significa que cada ciudadano tiene la libertad de practicar o no practicar una religión, la libertad de creer hoy día y de no creer mañana, o, a la inversa, y la libertad de elegir y practicar sus creencias religiosas. Después de la Liberación Pacífica del Tíbet, los órganos del gobierno, a diferentes escalones, han practicado y protegido de manera efectiva la libertad religiosa, lo que les ha ganado la estima y el aprecio de monjes y laicos. En la actualidad, protegido por la ley y la constitución, el pueblo del Tíbet puede desarrollar sus actividades religiosas legales en toda libertad. Al igual que en las otras regiones del país, la política en el Tíbet en lo concerniente a la religión no ha sido practicada durante la "revolución cultural" (1966-1976). Los lugares de culto y sus instalaciones han sido gravemente deteriorados. Después de la "revolución cultural", la Región Autónomo del Tíbet ha vuelto a poner en práctica integralmente la libertad religiosa, restablecido y restaurado las instituciones religiosas y los lugares de culto. Las fiestas religiosas tradicionales se han vuelto a celebrar. Numerosos nuevos lugares de culto han sido abiertos. Actualmente, más de 1 400 monasterios, de diferente tamaño, y lugares de culto han sido abiertos en el Tíbet, lo que responde en lo esencial a las necesidades de la vida religiosa de los monjes y fieles. Durante esta última década, el estado ha invertido, en el marco de su política religiosa en el Tíbet, más de 220 millones de yuanes para la restauración del monasterio de Jokhang en Lhasa, que es del siglo VII, el monasterio de Samye, construido durante el siglo VIII, por un rey de la dinastía Tubo, y otros cuatro célebres monasterios de la secta de los Gorros Amarillos: Drepung, Sera, Ganden y Tashilhunpo. Además, el Estado a consagrado, en diferentes momentos, 55 millones de yuanes, en la restauración del Potala, cuyos trabajos han durado 5 años. 6,7 millones de yuanes, 111 kg de oro, 2 000 kg de plata y una gran cantidad de piedras preciosas han sido donados para restaurar los stupas y las salas conmemorativas del V, VI, VII, VIII y IX Panchen. En enero de 1992, el X Panchen Erdini falleció. El Estado participó financieramente en la construcción de la stupa y de la Sala Conmemorativa del X Panchen en el monasterio de Tahilhunpo. Después, siguiendo una tradición del budismo tibetano, una gran ceremonia se llevó a cabo para inaugurar la stupa que guardaba el cuerpo embalsamado del Panchen. Con la aprobación del Gobierno central, la búsqueda de la reencarnación del X Panchen, dirigida por el comité de administración del monasterio de Tashilhunpo, ha sido llevada a cabo.
Las organizaciones religiosas
del Tíbet llevan a cabo sus actividades de manera autónoma.
La Asociación de Budistas del Tíbet, relacionada con la
Asociación de Budistas de China, ha creado el Instituto de Budismo
del Tíbet y abierto cursos sobre los sutras en algunos monasterios.
Cada año envía cierto número de Budas Vivientes y
jóvenes monjes a Beijing para su perfeccionamiento en el Instituto
de Budismo Tibetano de China. En 1984, el gobierno de la Región
Autónoma regaló la "Versión de Lhasa" del
libro canónico "Tanjur", escrito en lengua tibetana,
a la Asociación de Budistas del Tíbet y creado, en Lhasa,
una imprenta con el fin de ofrecer un ejemplar de esta obra a todos los
monasterios budistas de lengua tibetana. En 1990, la Asociación
de Budistas del Tíbet ha comenzado, en el monasterio de Meru, a
grabar el Canon Budista en lengua tibetana "Tanjur" (Las Enseñanzas
de Buda) que quería hacer grabar el XIII Dalai Lama. En 1985, la
Asociación de Budistas del Tíbet ha creado "El Budismo
Tibetano", una revista en tibetano. En la actualidad, la Región
Autónoma del Tíbet cuenta con más de 34 000 monjes.
Muchas centenas de personalidades del mundo religioso han sido elegidas
como representantes de las asambleas populares, miembros de las conferencias
consultivas políticas y de las asociaciones budistas a todos sus
niveles. Estos, así como personalidades del medio religioso, han
visitado en varias oportunidades los países extranjeros, efectuado
viajes de estudios o llevado a cabo relaciones de intercambio científico.
Asimismo han recibido la visita de asociaciones y personalidades de decenas
de países venidos al Tíbet en peregrinaje o para visitar
o investigar. |