|
|
La red médica en la ciudad y el campo |
En el antiguo Tíbet sólo existían dos establecimientos
médicos, en Lhasa, pequeños y con equipamientos rudimentarios,
creados por las autoridades locales. En la actualidad, una red médica
cubre toda la Región Autónoma del Tíbet, tanto en
sus zonas urbanas como en las rurales. En 1994, la Región contaba
con 1 200 servicios médicos y 5 200 camas de hospital; con 10 000
trabajadores médicos profesionales. Existen 2.3 camas y 2.1 médicos
por cada mil habitantes; esta cifra es superior al promedio del país.
Los hospitales de categoría superior al de distrito están
equipados de material médico de usos corriente. Los que sirven
a mayor número de distritos cuentan con aparatos de radiografía,
electrocardiograma, un escáner para diagnóstico, una mesa
de operaciones, una lámpara sin sombra, una serie completa de bisturíes,
y una ambulancia; algunos distritos han equipado su hospital con un aparato
para ecografías y uno para endoscopios.
La
prevención y el tratamiento de los enfermos |
En virtud del principio, de
"centrar el trabajo sobre la profilaxis", el gobierno de la
Región apoya la popularización de los exámenes médicos
y del tratamiento y prevención de las enfermedades epidémicas
y endémicas. Desde los años 60, la viruela ha desaparecido
del Tíbet, y la frecuencia de las otras enfermedades, de naturaleza
epidémica o endémica, ha bajado. Los pacientes afectados
por la brucella abortus crónica pueden, en la actualidad, ser curados
en el hospital y la tasa de eficacia del tratamiento llega al 88%. Las
fuentes de infección han sido controladas. Notablemente, en el
caso de la prevención del bocio endémico, donde se ha recurrido
a un método que consiste en adjuntar yodo a la sal y a tomar píldoras
de aceite yodado; según las estadísticas, la tasa de mortalidad
de la enfermedad ha descendido a menos del 8%. Los institutos de investigación
científica se esfuerzan por lograr conocer mejor, y desarrollar
tratamientos más adecuados, para las enfermedades que afectan la
altiplanicie y que causan graves daños a la salud de la población.
Y se han obtenido éxitos remarcables en lo que se refiera a algunas
enfermedades como el edema pulmonar y el coma, ambos característicos
de la altiplanicie, y de otras enfermedades crónicas de esta región,
lo que permite ubicar a los profesionales médicos tibetanos en
el primer nivel mundial.
Las acciones inmunitarias planificadas
se inician en los años 80. Desde 1986, la vacunación básica
es aplicada a todos los niños de la Región Autónoma,
en especial la B.C.G., la pastilla dulce anti-poliomelitis, el jugo anti-coqueluche-difteria-tétanos
y la vacuna contra la rubéola. La tasa de vacunación de
los niños alcanza al 85%. Gracias a una acción sistemática,
la frecuencia de enfermedades epidémicas como la tasa de mortalidad
han descendido considerablemente. En la actualidad, el Tíbet cuenta
con 80 centros de cuidados y servicios sanitarios y profilácticos.
La protección materno-infantil ha sido reforzada, y 29 estaciones
de protección materno-infantil se han creado en el conjunto de
la Región; 108 hospitales de categoría superior a la de
distrito tienen un servicio de ginecología y obstetricia, y 110
cantones importantes cuentan con un dispensario para mujeres y niños.
El tratamiento y la prevención de las enfermedades corrientes en
las mujeres tibetanas, como la vaginitis, la metritis del cuello, etc.
es eficaz; el 50.8% de mujeres aceptan los nuevos métodos de dar
a luz (100% en Lhasa), y la mortalidad de mujeres encinta y de parturientas
ha pasado de 50%, en 1959 a 7%, mientras que la tasa de mortalidad infantil
ha pasado de 430‰ a 91.8‰.
El gobierno aplica la gratuidad
de los servicios médicos para la población tibetana y las
otras etnias minoritarias. Los créditos consagrados especialmente
a la gratuidad de los servicios médicos crecen año tras
año, se trata de lograr cubrir la totalidad de campesinos y pastores
nómades. En la actualidad, cada uno de ellos puede beneficiarse
anualmente de una subvención de 15 yuanes para cubrir sus gastos
médicos. Los gastos de hospitalización y de operación,
de los pacientes que sufren de enfermedades graves, son tomados a su cargo
por el gobierno. Los campesinos deben de pagar una parte de sus gastos
médicos en función a su situación económica.
Medicina
y farmacopea tradicional tibetana |
El gobierno de la Región
Autónoma ha participado en la construcción del Hospital
de Medicina Tibetana de la Región Autónoma del Tíbet
y de seis hospitales de medicina tibetana a nivel de prefectura. La medicina
tibetana tradicional cuenta con 350 camas suplementarias y algunos distritos,
ellos mismos, han construido su hospital de medicina tibetana. La mayor
parte de hospitales a nivel de distrito han abierto un servicio de medicina
tibetana y disponen de camas especialmente reservadas para esta forma
de medicina. Para que sea aún más útil la herencia
de la medicina y farmacopea tradicional tibetana, se han fundado el Instituto
de Medicina Tibetana y la Oficina de Investigaciones sobre Medicina Tibetana.
El gobierno apoya y ayuda a célebres viejos practicantes de medicina
tibetana para que escriban libros médicos de su especialidad, lo
que permitirá sistematizar sus preciosas experiencias. Un célebre
libro "El Tratado de Medicina, en Cuatro Volúmenes",
han sido publicado, además, las planchas de dibujos de este libro
se han publicado en forma separada. También, el capítulo
consagrado a la médicina tibetana de la Enciclopedia de la Ciencia
Médica, al igual que más de una decena de libros de medicina
tibetana y otros manuales sobre biología, etiología, farmacología,
dietética, El Libro de la Ciencia Medica Tibetana (edición
revisada y corregida), etc. Los especialistas en medicina tibetana han
analizados las propiedades científicas de más de 1000 especies
de plantas medicinales, caracterizando su nomenclatura y repertoriando
sus componentes farmacológicos, sus funciones, efectos, dosis,
y métodos de utilización. Todo esto ubica a la medicina
tibetana entre los rangos de la sistematización y de la ciencia.
En la actualidad, en Tíbet, los tres principales laboratorios farmacéuticos
tibetanos son relativamente grandes, y una parte de los hospitales o servicios
hospitalarios pueden preparar, ellos mismos, medicamentos tibetanos tradicionales.
El análisis científico y la práctica clínica
prueban que esos medicamentos son eficaces contra algunas enfermedades
frecuentes y difíciles a tratar, por ejemplo, el método
combinado de la medicina tradicional tibetana y la medicina occidental
es utilizada para curar la gastritis atrofica crónica, la tasa
de eficacia es del 73%.
|
|