“Un día después de escaparse de los escombros causados por el terremoto, vi al Primer Ministro en el Gimnasio Jiuzhou, anécdota que no nos habíamos imaginado”, Bai Lin precisó; “En aquel entonces, sentí que al ver al Primer Ministro Wen, ya tendremos esperanza. No sabía el porqué, al verlo, me puse a llorar, pues me sentí algo injusto para mí”.
La firmeza y tenacidad mostradas por los niños en los pesados golpes de la calamidad natural conmovieron a todos los presentes. “Aunque hemos perdido a nuestros allegados y estamos solos sin recursos, debemos vivir de la mejor manera tal como nos dijo el Primer Ministro Wen. El gobierno no nos abandona y nosotros tenemos las dos manos. Debemos aprender de los tanshaneses que experimentaron el gran seísmo y dedicaremos 20 y 30 años para reconstruir nuestro hogar. No estamos solos y no abandonamos. Ahora tenemos 16 años de edad, con 20 y 30 años, estoy convencida de que nosotros, los jóvenes de nuestra generación, podremos edificar de nuevo nuestro hogar con nuestras propias manos”.