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Hipotesis
sobre la reunificación pacífica de la parte continental de China y Taiwan---Deng
Xiaoping (26 de junio de 1983)
El
meollo del problema es la reunificación de la patria. La reunificación
pacífica ha pasado a ser lenguaje común entre el Partido
comunista de China y el Partido Guomindang. Sin embargo, ella no significa
la anexión de ninguna de las dos partes por la otra. Esperamos
que los dos partidos aúnen sus esfuerzos para hacer realidad la
reunificación nacional, y contribuyan así a la nación
china.
No aprobamos la tesis de la "autonomía completa" de Taiwan.
La autonomía no puede ser ilimitada. Puesto que son necesarios
ciertos límites, no puede ser "completa". La "autonomía
completa" supondría "dos Chinas", y no una sola.
Cierto que las dos partes podrán aplicar sistemas distintos, pero
sólo la República Popular China representará a China
en el plano internacional. Admitimos que el gobierno local de Taiwan pueda
adoptar políticas propias en el orden interno. Tratándose
de una zona administrativa especial, el gobierno de Taiwan, a pesar de
su carácter local, será diferente de los gobiernos locales
de las demás provincias y municipios e incluso de las regiones
autónomas. Podrá tener ciertos poderes particulares que
no tienen los demás, a condición de que no salgan perjudicados
los intereses del país unificado.
Una vez reunificada la patria, Taiwan podrá disfrutar de cierta
independencia inherente a una zona administrativa especial, y aplicar
un sistema social diferente del que rige en la parte continental. Su sistema
jurídico será independiente, con poder de fallo final, sin
necesidad de acudir a Beijing para tal efecto. Taiwan podrá mantener
su propio ejército, siempre que éste no constituya una amenaza
para la parte continental. Esta no enviará a Taiwan ni personal
militar ni gubernamental. Taiwan ejercerá su autoridad sobre todas
las instituciones de partido, gobierno y ejército de la zona. Además,
en el Gobierno Central se reservarán plazas para Taiwan.
La reunificación pacífica no supone la anexión de
Taiwan por la parte continental y tampoco lo contrario desde luego. No
es un enfoque realista pretender "la unificación de China
sobre la base de los Tres Principios del Pueblo".
Para continuar la reunificación, es preciso buscar una vía
apropiada. Por lo tanto, proponemos que los dos partidos celebren negociaciones
en pie de igualdad a fin de alcanzar una tercera cooperación, en
lugar de plantear la celebración de conversaciones entre las autoridades
centrales y las locales. Una vez que logremos un acuerdo, lo haremos público
de manera oficial. Sin embargo, jamás permitiremos la intervención
extranjera, porque ésta significaría que China aún
carece de independencia y traería nefastas consecuencias para el
futuro.
Esperamos que las autoridades de Taiwan estudien cuidadosamente los nueve
principios de política presentados por Ye Jianying en septiembre
de 1981 y el discurso de apertura pronunciado por Deng Yingchao en la
I Sesión del VI Comité Nacional de la Conferencia Consultiva
Política del Pueblo Chino, celebrada en junio de 1983, y que hagan
a un lado todo tipo de recelos y malentendidos.
Ustedes hicieron muy bien en celebrar en marzo pasado en San Francisco,
Estados Unidos, el foro "Perspectivas de la reunificación
de China".
Lo que nos proponemos realizar es una obra de reunificación que
nuestros antecesores dejaron inconclusa. Si el Partido Comunista de China
y el Guomindang pueden consumar conjuntamente esta obra, Jiang Jieshi
y su hijo merecerán comentarios más favorables en los anales
de la historia. Huelga decir que la reunificación pacífica
requiere un tiempo determinado. Mentiríamos si afirmáramos
que no ardemos en deseos de solucionar este problema. Nosotros, hombres
ya entrados en años, esperamos fervientemente que el problema sea
resuelto lo más pronto posible. Es necesario multiplicar los contactos
entre ambas partes para profundizar la comprensión. En todo momento
estamos dispuestos a enviar representantes a Taiwan cuyas actividades
pueden ser limitadas a visitas, sin que tengan que sostener negociaciones.
También estamos dispuestos a recibir representantes del otro lado.
Garantizaremos su seguridad y guardaremos reserva sobre el asunto. Cumpliremos
lo que decimos, nunca urdimos intrigas ni damos golpes bajos.
Ya hemos alcanzado la estabilidad y la unidad en el verdadero sentido
de la palabra. La política de reunificación pacífica
de la patria fue adoptada a raíz de III Sesión Plenaria
del XI Comité Central de nuestro Partido. Esta política
se irá perfeccionando paso a paso, pero persistiremos invariablemente
en ella.
Recientemente las relaciones entre China y los Estados Unidos han experimentado
una ligera mejora, pero los gobernantes norteamericanos nunca han renunciado
a la idea de crear "dos Chinas" o "una China y media".
No obstante que los estadounidenses ponen por las nubes sus propias instituciones
políticas, las declaraciones de su presidente varían según
sea el momento: el de la campaña electoral, el de los primeros
tiempos de su mandanto, el de las elecciones intermedias o el de los días
cercanos a las subsiguientes elecciones. ¡Y pensar que los norteamericanos
hablan de la inestabilidad de nuestra política! En realidad, la
nuestra es mucho más estable que la de los Estados Unidos.
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