Agricultura

    En 1999, la agricultura registr� en general un desarrollo continuo y la distribuci�n de los cultivos se reajust� en cierta medida.

    La producci�n cereal�cola se mantuvo b�sicamente en los mismos niveles. La cosecha de grano de ese a�o totaliz� 508 millones de toneladas, 3,97 millones, o el 0,8%, menos que la del a�o anterior. Los cultivos de maduraci�n estival y el de arroz temprano acusaron un aumento de 5,7 millones de toneladas, mientras que el rendimiento de los cultivos de maduraci�n oto�al disminuy� considerablemente debido a la grave sequ�a que afect� el norte del pa�s.

    Entre los principales cultivos industriales, el algod�n, los azucareros, el yute y el ambar� registraron una disminuci�n, pero los dem�s rindieron buenas cosechas. De resultas del impacto provocado por la redistribuci�n de las tierras de cultivo, la producci�n de algod�n y la de azucareros descendieron respectivamente hasta los 3,83 y los 84 millones de toneladas, es decir, cayeron un 14,9 % y 14,2% con respecto al a�o anterior. La producci�n de oleaginosos, de fruta y de t� continu� aumentando, llegando respectivamente a los 26, los 61 y los 0,68 millones de toneladas, cantidades que suponen en cada caso un descenso del 12,4%, del 11,9% y del 2,3% en relaci�n con el a�o precedente. La superficie destinada al cultivo de verduras y hortalizas sigui� ampli�ndose, llegando a los 13,11 millones de hect�reas, un 7% m�s que en el a�o anterior.

    La ganader�a y la pesca crecieron sin cesar. La producci�n de carnes y de productos acu�colas lleg� a los 59,53 y a los 41 millones de toneladas, respectivamente, lo que represent� un aumento en cada caso del 4% y el 5% respecto al a�o anterior.

    La reforestaci�n sigui� avanzando. En 1999 la superficie forestal era de 4,8 millones de hect�reas. Asimismo, se prest� mayor atenci�n a la campa�a de devolver tierras de cultivo a su antigua condici�n de bosques y praderas.

    Se potenci� la construcci�n de obras hidr�ulicas en el campo, los proyectos de control de los grandes r�os avanzaron sin inconvenientes y se fortaleci� la protecci�n de las zonas agr�colas contra las inundaciones y la sequ�a.

    Opiniones del Comit� Central del Partido y del Consejo de Estado     sobre el desarrollo de la agricultura y de las zonas rurales en el a�o     2000

    El 16 de enero de 2000, el Comit� Central del Partido y el Consejo de Estado convocaron una reuni�n sobre el desarrollo de la agricultura y de las zonas rurales en el a�o 2000, reuni�n en la que se expusieron al respecto las 8 directrices siguientes:

    1. Reajustar decididamente la estructura de la producci�n agr�cola. En la actualidad, la estructura de la producci�n agr�cola sigue destacando por su irracionalidad, situaci�n que convierte su reajuste en una tarea ineludible. Para reajustar y optimizar la estructura de la producci�n agr�cola es necesario avanzar en los tres �mbitos siguientes. 1) La optimizaci�n integral de los diversos tipos de cultivo encaminada a elevar poderosamente la calidad de los productos agr�colas. 2) El desarrollo activo de la ganader�a y de la acuicultura orientado a la optimizaci�n de la estructura agr�cola. 3) La redistribuci�n geogr�fica de la producci�n agr�cola dirigida al m�ximo aprovechamiento de las ventajas de las distintas regiones. Las principales zonas productoras de grano deben asegurar la superficie cultivada, aumentar sus rendimientos unitarios, mejorar la calidad de la producci�n y elevar continuamente el nivel de la producci�n cereal�cola. En las zonas litorales econ�micamente desarrolladas y en las afueras de las grandes y medianas ciudades debe reajustarse racionalmente la proporci�n entre las tierras dedicadas al cultivo de cereales y las destinadas a los cultivos industriales, a fin de desarrollar una agricultura de elevada eficacia y orientada a la obtenci�n de divisas. Los cereales constituyen la base del sector agr�cola y, por consiguiente, el fundamento de su reestructuraci�n. Hay que proteger con firmeza las tierras cultivadas y prohibir terminantemente su ocupaci�n ilegal. En la coyuntura actual, caracterizada por los grandes excedentes de grano y por el descenso continuo de su precio, es necesario implementar del mejor modo posible las diversas pol�ticas de la reforma del sistema de circulaci�n de cereales, en especial, la pol�tica consistente en comprar a los campesinos sus excedentes de grano pagando los precios de protecci�n.

    2. Promover el procesamiento y la transformaci�n de los productos agr�colas para elevar su valor. En la actualidad, el procesamiento de los productos agr�colas, especialmente el de los alimentos, est� relativamente atrasado pero posee un gran potencial de desarrollo. Hay que considerar el procesamiento de los productos agr�colas como parte esencial del reajuste estructural de la agricultura, con el prop�sito de convertirlo en la fuerza motriz del desarrollo de la agricultura y de la econom�a nacional en su conjunto.

    3. Desarrollar activamente las ciudades peque�as y los poblados, as� como las empresas de cant�n y de poblado. El desarrollo de las peque�as ciudades, de los poblados y de las empresas de cant�n y de poblado no solamente contribuir� a canalizar la mano de obra excedente del campo, facilitando de este modo la resoluci�n de una serie de contradicciones profundas surgidas en el proceso de desarrollo de las zonas rurales, sino que favorecer� el aumento de las inversiones y de la demanda del consumo, la ampliaci�n de los mercados urbano y rural, y la optimizaci�n de la estructura de la econom�a nacional en su conjunto. Se trata de una ambiciosa estrategia que reviste gran importancia para la mejora de la situaci�n socioecon�mica del pa�s.

    4. Acelerar el progreso cient�fico de la agricultura. Para llevar adelante la reestructuraci�n estrat�gica de la agricultura y de la econom�a rural es indispensable profundizar en la reforma del sistema cient�fico y tecnol�gico, y emprender con energ�a una nueva revoluci�n cient�fica y tecnol�gica de la agricultura, de manera que sea posible establecer un nuevo sistema de producci�n agr�cola cient�fico y tecnol�gico de nivel mundial, un sistema de divulgaci�n tecnol�gica capaz de aplicar con la m�xima eficacia los resultados obtenidos en la investigaci�n cient�fica y un sistema educativo y de capacitaci�n agr�cola que permita elevar constantemente el nivel cient�fico y cultural de los campesinos. En la actualidad, la tarea m�s importante del trabajo cient�fico agr�cola es la divulgaci�n decidida de t�cnicas avanzadas que sirvan de apoyo al reajuste estructural de la agricultura.

    5. Impulsar el desarrollo del mercado de productos agr�colas. Para guiar a los campesinos en el reajuste de la estructura agr�cola conforme a las exigencias del mercado, en el curso de dicho reajuste hay que fortalecer el desarrollo del mercado de productos agr�colas, a fin de que �ste cumpla plenamente su funci�n de fuerza motriz. El mercado de productos agr�colas ya ha comenzado a tomar forma, pero los mercados de distribuci�n al por mayor de los lugares de producci�n est�n relativamente atrasados. He aqu� un eslab�n d�bil que urge fortalecer.

    6. Impulsar el desarrollo de las infraestructuras y del medio ambiente en las zonas rurales. El impulso de la construcci�n de infraestructuras agr�colas y la mejora del medio ambiente de las zonas rurales son estrategias esenciales para lograr un aumento sostenido de la capacidad integral de la producci�n agr�cola, as� como tareas b�sicas que garantizar�n el avance expedito de la reestructuraci�n de la agricultura y la econom�a rural. Hay que aprovechar plenamente las excelentes oportunidades creadas por la activa pol�tica financiera del Estado y por los grandes excedentes cereal�colas estatales para intensificar las inversiones y construir infraestructuras agr�colas de mayor envergadura, haciendo hincapi� en las obras hidr�ulicas, basando la mejora del medio ambiente tanto en la plantaci�n de �rboles y de hierba como en la preservaci�n del agua y del suelo, y centrando la construcci�n de instalaciones para la producci�n y la vida rural en las carreteras, las redes de energ�a el�ctrica, los sistemas de suministro de agua y las telecomunicaciones, con el objetivo de consolidar los cimientos de la agricultura nacional.

    7. Intensificar la administraci�n de la contrataci�n de tierras, impulsar la contabilidad colectiva y reducir las cargas econ�micas que pesan sobre los campesinos. El trabajo continuo consistente en intensificar la administraci�n y la gesti�n del campo y en institucionalizar la aplicaci�n de las pol�ticas econ�micas rurales forma un eslab�n importante que garantiza la implementaci�n efectiva, segura y continuada de las pol�ticas del Partido con respecto al campo. Es necesario administrar bien la contrataci�n de tierras, la contabilidad colectiva y las cargas econ�micas que soportan los campesinos; es decir, es necesario aplicar eficazmente las pol�ticas relacionadas con estos tres aspectos, con el fin de proteger y estimular a�n m�s el entusiasmo de los campesinos.

    8. Impulsar el desarrollo de las organizaciones de base del Partido, de la democracia, del sistema legal y de la civilizaci�n espiritual en las zonas rurales. El trabajo rural siempre debe llevarse a cabo paralelamente en sus dos vertientes, la material y la espiritual. En la actualidad, y durante cierto tiempo, habr� que concentrar los esfuerzos en la reestructuraci�n estrat�gica de la agricultura y del conjunto de la econom�a rural, y adoptar al mismo tiempo medidas eficaces para fomentar el desarrollo de las organizaciones de base del Partido, el progreso de la democracia y de la civilizaci�n espiritual socialista, y el avance social y econ�mico rural en todas sus facetas.