Ante
la complejidad y diversidad de la situaci�n internacional,
China ha aplicado el pensamiento diplom�tico de Deng Xiaoping
y ha persistido en la pol�tica exterior independiente y de
paz, se ha opuesto al hegemonismo, ha salvaguardado la paz
mundial y ha defendido con decisi�n la soberan�a y la integridad
territorial del pa�s. Ha tomado invariablemente como punto
de apoyo b�sico de su pol�tica exterior el fortalecimiento
de las relaciones de unidad y cooperaci�n con los dem�s pa�ses
en v�as de desarrollo. Sobre la base de los Cinco Principios
de Coexistencia Pac�fica, ha desarrollado con vigor la cooperaci�n
en pie de igualdad y para el beneficio mutuo con los pa�ses
desarrollados. China sigue manteniendo una estructura general
estable en relaci�n con las grandes potencias mundiales. Ha
desempe�ado un papel activo y constructivo en la escena multilateral
internacional. Ha promovido el establecimiento del nuevo orden
pol�tico y econ�mico internacional pac�fico, estable, justo
y razonable, y ha promovido el desarrollo de la multipolarizaci�n.
China-EE.UU.
Se
han registrado altibajos en las relaciones entre China y EE.UU.,
pero gracias a los esfuerzos de ambas partes se ha mantenido
la estructura de relaciones normales. En abril de 1999 el
Premier Zhu Rongji realiz� una exitosa visita a Estados Unidos.
Sin embargo, en mayo, la OTAN encabezada por Estados Unidos
bombarde� la Embajada china en Yugoslavia, perjudicando las
relaciones entre China y EE.UU. La parte china conden� en�rgicamente
la violaci�n estadounidense de la soberan�a china y de las
normas del derecho internacional, y exigi� a la parte estadounidense
que diera una explicaci�n satisfactoria al pueblo chino sobre
el bombardeo de la Embajada china en Yugoslavia. El Gobierno
estadounidense y el Presidente Clinton pidieron excusas al
Gobierno y al pueblo chinos en repetidas ocasiones, y la parte
estadounidense pag� una indemnizaci�n a la parte china por
las p�rdidas humanas y materiales causadas por el bombardeo
de la Embajada china. El 8 de abril de 2000 el Gobierno de
EE.UU. inform� al Gobierno chino del resultado de las investigaciones
sobre el bombardeo de la Embajada china en la Rep�blica Federal
de Yugoslavia, llevado a cabo por la parte estadounidense
el 8 de mayo del a�o pasado. La parte estadounidense se limit�
a reconocer que hab�a utilizado un m�todo de localizaci�n
de blancos inadecuado y que en ninguno de los niveles de control
se hab�a detectado el error. La parte estadounidense sancion�
a ocho miembros de la CIA y despidi� a uno de ellos. Zhu Bangzao,
vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, dijo
que la Embajada china en Yugoslavia ten�a rasgos muy perspicuos
y que su ubicaci�n aparec�a claramente se�alada en los mapas
que usaban Estados Unidos; por lo tanto, la alegaci�n de desconocimiento
de la ubicaci�n exacta de la Embajada china carece de fundamento.
El cuartel general de la Direcci�n General de Aprovisionamiento
y Log�stica de Yugoslavia no era un organismo secreto, se
encontraba a medio kil�metro de la Embajada china y su aspecto
era muy distinto del de la Embajada china; por consiguiente,
EE.UU. no pod�a confundir ambos edificios. La parte estadounidense
explic� que debido al "error" de varias personas, ese mismo
error recorri� todos los eslabones del proceso de revisi�n,
lo cual resulta incre�ble. Zhu se�al� que la parte china reafirm�
que el bombardeo de la Embajada china en Yugoslavia por parte
de Estados Unidos caus� graves da�os humanos y materiales,
en lo que signific� una flagrante violaci�n de las normas
del derecho internacional y de los principios b�sicos de las
relaciones internacionales, un serio atentado contra la soberan�a
de China y una grave ofensa a los sentimientos del pueblo
chino, todo lo cual afect� negativamente a las relaciones
entre China y EE.UU. Dicho bombardeo constituy� un delito
internacional de extrema gravedad. El Gobierno chino exigi�
en�rgicamente al Gobierno de EE.UU. que realizara investigaciones
amplias y exhaustivas sobre el bombardeo de la Embajada china
en Belgrado, castigara con severidad a los responsables y
diera una explicaci�n satisfactoria al Gobierno y al pueblo
chinos.
En
septiembre de 1999 el Presidente Jiang Zemin sostuvo una reuni�n
oficial con el Presidente Clinton mientras ambos asist�an
a la cumbre informal de los dirigentes de la Cooperaci�n Econ�mica
de Asia y el Pac�fico celebrada en Auckland (Nueva Zelanda).
Este encuentro supuso un significativo avance hacia la recuperaci�n
y la mejora de las relaciones entre China y EE.UU. Posteriormente,
aumentaron los contactos de alto nivel entre ambos gobiernos,
lo que repercuti� positivamente en los intercambios y la cooperaci�n
en los campos pertinentes. Pero fueron sobre todo el cuidado
y la preocupaci�n de los dirigentes de China y de EE.UU. los
que permitieron concluir con �xito las negociaciones bilaterales
sobre el ingreso de China en la OMC, basadas en la igualdad,
el provecho mutuo, la comprensi�n rec�proca y las concesiones
por ambas partes, logr�ndose as� el resultado de "ganador
a ganador". Ello tiene una gran importancia para la estabilidad
y el desarrollo de las relaciones entre China y EE.UU.
El problema de Taiwan sigue siendo
el m�s importante y el m�s delicado en las relaciones entre
China y EE.UU.
El 1 de febrero, haciendo caso omiso
de las solemnes protestas elevadas por la parte china, la
C�mara de Representantes de EE.UU. aprob� la llamada "Ley
de Fortalecimiento de la Seguridad de Taiwan", cuyo objetivo
es la consolidaci�n de la base legal que permita tanto llevar
a cabo y expandir los contactos e intercambios entre las fuerzas
armadas de EE.UU. y de Taiwan, como suministrar toda clase
de armas y tecnolog�as avanzadas a esta isla. Tal objetivo
va en contra de los tres comunicados conjuntos firmados por
China y EE.UU., puesto que significa el incumplimiento de
los compromisos que la parte estadounidense contrajo en los
mismos, y supone una grave violaci�n de la soberan�a nacional,
as� como una burda injerencia en los asuntos internos de China,
dado que lo que se persigue es crear "una China y un Taiwan"
o "dos Chinas". El Gobierno y el pueblo chinos han expresado
su en�rgica condena de estas maniobras y su firme oposici�n
a ellas. Tras la aprobaci�n de la Ley de Relaciones con Taiwan,
algunos congresistas estadounidenses partidarios de Taiwan
y hostiles a China elaboraron el Proyecto de Ley de Fortalecimiento
de la Seguridad de Taiwan, con el prop�sito de obstaculizar
la gran causa de la reunificaci�n de China. Al presentarse
dicho proyecto de ley, el Gobierno chino elev� solemnes protestas
al Gobierno de EE.UU., en las que exig�a a la parte estadounidense
que tomara medidas concretas para impedir su aprobaci�n. El
Gobierno de EE.UU. se comprometi� a impedir la aprobaci�n
de ese proyecto de ley, que fue rechazado sin ambages por
los miembros m�s perspicaces del Senado y de la C�mara de
Representantes estadounidenses. Sin embargo, presionada por
las alharacas y la propaganda de los congresistas protaiwaneses
y antichinos, la C�mara de Representantes de EE.UU. aprob�
ese proyecto de ley cuyo prop�sito no es otro que el de dividir
a China. Si este proyecto de ley se aprueba y se convierte
en ley, ello espolear� la arrogancia de los defensores de
"la tesis de los dos Estados" de Lee Teng-hui y de la "independencia
de Taiwan", provocar� una escalada de la tensi�n en el estrecho
de Taiwan, pondr� en peligro la paz y la estabilidad de la
regi�n Asia-Pac�fico y tendr� graves repercusiones en las
relaciones entre China y EE.UU.
Al dirigir la mirada hacia el siglo
XXI, se constata que las relaciones entre China y EE.UU. se
enfrentan tanto a oportunidades como a desaf�os. El establecimiento
de relaciones sanas, estables y activas entre China y EE.UU.
no solamente se corresponde con los intereses fundamentales
de los pueblos de ambos pa�ses, sino que favorece la salvaguardia
de la paz y la estabilidad mundiales. La parte china sostiene
que siempre que ambas partes persistan en examinar y tratar
las relaciones entre ellas desde una perspectiva estrat�gica
y a largo plazo, y con la condici�n de que cumplan lo estipulado
en los tres comunicados conjuntos sino-estadounidenses y los
correspondientes compromisos, sus relaciones bilaterales avanzar�n
continuamente en el nuevo siglo hacia la meta de establecer
una asociaci�n estrat�gica constructiva.
China-Rusia
La
asociaci�n estrat�gica de coordinaci�n entre China y Rusia
ha sido complementada y enriquecida. Desde 1999 los dirigentes
chinos y rusos vienen manteniendo estrechos contactos y la
asociaci�n estrat�gica de coordinaci�n entre los dos pa�ses
se ha desarrollado de manera ininterrumpida. A principios
de 1999, el Premier Zhu Rongji visit� Rusia y sostuvo la cuarta
reuni�n regular con su hom�logo ruso, promoviendo as� el desarrollo
de las relaciones bilaterales y, sobre todo, de la cooperaci�n
econ�mica y comercial. Los problemas fronterizos entre ambos
pa�ses legados por la historia se han resuelto en lo b�sico.
Tanto China como Rusia est�n por la construcci�n de un mundo
multipolar, han intensificado las consultas mutuas sobre temas
internacionales y han colaborado de forma fruct�fera en una
serie de importantes problemas. Los d�as 9 y 10 de diciembre
el Presidente ruso Boris Yeltsin visit� China por cuarta vez
y mantuvo en Beijing su segunda reuni�n informal con el Presidente
Jiang Zemin. Esta reuni�n, muy provechosa, cerr� con broche
de oro la historia de las relaciones sino-rusas a lo largo
del siglo XX. Adem�s de avenirse con los intereses fundamentales
de ambos pa�ses, el fortalecimiento de la cooperaci�n entre
China y Rusia en todos los campos contribuye al mantenimiento
de la paz y la estabilidad no s�lo regionales sino incluso
mundiales. Ambas partes han demostrado tener plena confianza
en que en el nuevo siglo el desarrollo de sus relaciones bilaterales
adquirir� mayor brillantez.
La asociaci�n estrat�gica de cooperaci�n
establecida entre China y Rusia es una relaci�n normal de
Estado a Estado, caracterizada por la no alineaci�n, la no
confrontaci�n y el hecho de no ir dirigida contra terceros
pa�ses o terceras partes. Esta relaci�n est� en armon�a con
los intereses fundamentales de ambos pa�ses y de ambos pueblos,
raz�n por la cual puede desarrollarse de manera sostenida
y a largo plazo, contribuyendo con ello a la paz y el desarrollo
mundiales.
Tanto la parte china como la parte
rusa han manifestado que se apoyan mutuamente en la salvaguardia
de la unidad de la patria, la soberan�a nacional y la integridad
territorial. La parte rusa apoya la gran causa de la reunificaci�n
de China y reafirma que su postura ante el problema de Taiwan
sigue siendo la misma que la expresada en los documentos hechos
p�blicos por ambos pa�ses en el pasado; por otra parte, declara
que no acepta el alegato en el que se afirma que las relaciones
entre ambos lados del estrecho son "relaciones de Estado a
Estado". La parte china ha expresado su satisfacci�n ante
la postura de la parte rusa, la cual ha reiterado que el problema
de Chechenia es un asunto interno de la Federaci�n de Rusia.
La parte china apoya las acciones antiterroristas del Gobierno
federal de Rusia, postura ante la que la parte rusa se ha
mostrado muy satisfecha.
China-Europa
Las relaciones entre China y los pa�ses
de Europa Occidental y de la Uni�n Europea han experimentado
nuevos avances. En 1999 el Presidente Jiang Zemin ha visitado
Europa Occidental en dos ocasiones. El Presidente del Comit�
Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Li Peng, y otros
dirigentes chinos tambi�n han visitado este continente. A
su vez, dirigentes de varios pa�ses de Europa occidental han
visitado China. En abril se celebr� en Beijing la segunda
reuni�n anual de los dirigentes de China y de la Uni�n Europea.
El intercambio de visitas de alto nivel ha fortalecido la
comprensi�n rec�proca y ha ampliado el consenso, ha abierto
perspectivas a la cooperaci�n bilateral en beneficio mutuo
y ha sentado una s�lida base para el desarrollo de una asociaci�n
constructiva entre China y la Comunidad Europea orientada
al nuevo siglo. Las relaciones econ�micas y comerciales entre
China y Europa se han desarrollado de forma continuada; la
cooperaci�n y los intercambios en los �mbitos de la ciencia,
la tecnolog�a, la educaci�n y la cultura se han ampliado;
y las consultas y la cooperaci�n en los asuntos internacionales
se han intensificado cada vez m�s.
El importante desarrollo de las relaciones
sino-europeas tiene sus fundamentos estrat�gicos. Su tel�n
de fondo est� compuesto por los grandes cambios registrados
tanto en China como en la Comunidad Europea. En efecto, fue
al entrar en la d�cada de los 90 cuando la pol�tica de reforma
y apertura de China comenz� a cosechar �xitos llamativos,
se fund� oficialmente la Comunidad Europea (1992) y se puso
en marcha la unificaci�n monetaria de Europa cuya culminaci�n
es el euro. Todo ello ha elevado la posici�n, las funciones
y la influencia de la Comunidad Europea y de China en la econom�a
mundial y en las relaciones internacionales. Al mismo tiempo,
para ambas partes existen grandes intereses econ�micos y comerciales
cifrados en decenas de miles de millones de d�lares. Lejos
de ser pasajeros, estos intereses tienen un significado estrat�gico
a largo plazo. Aunque en los �ltimos 20 a�os las relaciones
comerciales entre China y Europa han experimentado un gran
desarrollo, su nivel actual es cuantitativa y cualitativamente
bajo, si se tienen en cuenta el poder�o econ�mico y la posici�n
internacional de ambas partes. Una y otra est�n dispuestas
a fortalecer una cooperaci�n amistosa de gran potencialidad
y amplias perspectivas.
China-Jap�n
Desde
1972, a�o en que ambos pa�ses establecieron relaciones diplom�ticas,
las relaciones sino-japonesas han mantenido en general un
ritmo de desarrollo estable. En 1996 el volumen de comercio
entre China y Jap�n super� los 60.000 millones de d�lares.
El incremento de los intercambios de personal y culturales
ha permitido potenciar la compresi�n mutua entre ambos pueblos.
Tanto China como Jap�n son pa�ses con influencia en la regi�n
y en el mundo, por lo que sus relaciones bilaterales son importantes
para la estabilidad y el desarrollo de Asia. Si dichas relaciones
son amistosas, la regi�n resultar� beneficiada; pero si son
conflictivas, �sta se ver� envuelta en un desastre. Dada la
situaci�n general, y adoptando una visi�n amplia y a largo
plazo, el desarrollo de las relaciones entre China y Jap�n
ha rebasado su esfera bilateral. Es por ello que el Presidente
Jiang Zemin realiz� una exitosa visita a Jap�n en 1998. En
esa ocasi�n, ambos pa�ses publicaron una "Declaraci�n Conjunta",
en la que se redefin�an las relaciones sino-japonesas en el
nuevo siglo y se volv�an a confirmar los principales problemas
de principio en las relaciones bilaterales. Esta declaraci�n
conjunta es un importante documento orientador de las relaciones
sino-japonesas, que viene a sumarse a la Declaraci�n Conjunta
Sino-japonesa y al Tratado de Paz y Amistad entre China y
Jap�n. Si se observa lo estipulado en estos tres documentos,
las relaciones sino-japonesas se desarrollar�n; de lo contrario,
se ver�n perjudicadas. Bas�ndose en el �xito de la visita
del Presidente Jiang a Jap�n, en julio de 1999 el Primer Ministro
de Jap�n Keizo Obuchi visit� oficialmente China a invitaci�n
del Gobierno chino. Los dirigentes de ambos pa�ses ratificaron
el consenso pol�tico alcanzado en ocasiones anteriores y definieron
el punto clave y la direcci�n de la cooperaci�n pr�ctica.
Los gobiernos y los diferentes sectores de ambos pa�ses han
concretado en sus l�neas generales los logros de las visitas
de los Jefes de Estado de ambos pa�ses y han enriquecido el
contenido de las relaciones de asociaci�n amistosa por la
paz y el desarrollo, para promover la buena marcha de las
relaciones bilaterales en todos los �mbitos. A finales de
1999, el Presidente del CCPPCh efectu� una visita de amistad
a Jap�n, visita que sirvi� para aumentar la compresi�n mutua.
En el avance de las relaciones bilaterales, por buenas que
�stas sean, de vez en cuando aparecen algunos escollos, entre
los que sobresalen el reconocimiento de la verdad hist�rica
y el problema de Taiwan.
El 23 de enero de 2000, las fuerzas
derechistas de Jap�n organizaron en Osaka un mitin antichino
en el que negaron la Matanza de Nanjing y la agresi�n contra
China. Tang Jiaxuan, Ministro de Relaciones Exteriores de
China, llam� al embajador japon�s en China, Sakutaro Tanino,
para expresarle la firme postura de China. Tang le comunic�
que desde principios de enero, el Ministerio de Relaciones
Exteriores de China, la Embajada china en Jap�n y el consulado
chino en Osaka hab�an presentado en varias ocasiones en�rgicas
protestas ante el Gobierno japon�s y el gobierno local de
Osaka, en las que se manifestaba una firme oposici�n a la
organizaci�n de un mitin hostil a China por parte de las fuerzas
derechistas, se expresaba la honda preocupaci�n del Gobierno
y el pueblo chinos, y se exig�a en�rgicamente a la parte japonesa
que tomara medidas inmediatamente para impedir la celebraci�n.
No obstante, tanto el Gobierno japon�s como el gobierno local
de Osaka hicieron caso omiso de las repetidas protestas y
la solemne petici�n de la parte china, provocando con ello
un agravamiento de la situaci�n pol�tica. Unos d�as antes,
y de forma absurda, el Tribunal Supremo de Jap�n hab�a fallado
en contra de Shiro Azuma, quien hab�a puesto al descubierto
la verdad sobre la Matanza de Nanjing. El Gobierno y el pueblo
chinos expresaron su indignaci�n ante los actos retr�grados
de las fuerzas derechistas japonesas y el comportamiento del
Tribunal Supremo de Jap�n, que, recurriendo a medios judiciales,
reprimi� el esp�ritu de la justicia y apoy� abiertamente a
los derechistas. Tang se�al� que las actividades de las fuerzas
derechistas japonesas encaminadas a embellecer el hecho hist�rico
de la agresi�n japonesa contra China no son casuales ni aisladas,
puesto que tienen un tupido tel�n de fondo social e hist�rico.
Los hechos demuestran que las fuerzas remanentes del militarismo
japon�s y su manera de pensar est�n profundamente enraizadas
en la sociedad japonesa, por lo que debemos permanecer alerta.
La historia nos ha ense�ado una y otra vez que no pueden menospreciarse
los graves da�os pol�ticos que pueden causar dichas fuerzas.
El Gobierno japon�s, sin hacer ning�n caso a la oposici�n
de los chinos y de la mayor�a de los japoneses, complaci�
a los elementos derechistas con el pretexto de la "libertad
de expresi�n". �Acaso esa llamada "libertad" puede ejercerse
hasta el punto de ofender los sentimientos del pueblo de otro
pa�s y de permitir a un pu�ado de personas que pisoteen la
justicia y los principios com�nmente aceptados? El Gobierno
japon�s ha declarado en repetidas ocasiones que las falacias
propaladas por las fuerzas derechistas van en contra de su
postura en este asunto. Si ello es as�, �por qu� se ha cruzado
de brazos y no ha tomado medida alguna para refutarlas? Si
persevera en esa l�nea, el Gobierno japon�s da�ar� las relaciones
con los pa�ses vecinos, socavar� su imagen y perjudicar� a
la naci�n japonesa. Tang subray� que el problema hist�rico
es una importante cuesti�n de principio vinculada con la base
pol�tica de las relaciones sino-japonesas. En los documentos
pol�ticos bilaterales y por otros procedimientos, el Gobierno
japon�s expres� su seria actitud y compromisos con respecto
a este problema hist�rico, reconoci� la agresi�n, se oblig�
a hacer una autorreflexi�n y present� sus disculpas al pueblo
chino. Valoramos la actitud y las promesas de la parte japonesa,
pero �stas no pueden quedarse en simples palabras; Jap�n debe
cumplir sus compromisos y mostrarse decidido en sus acciones,
debe llevar a la pr�ctica esa actitud y esos compromisos,
y debe cumplir estrictamente sus deberes internacionales.
Tang pidi� una vez m�s al Gobierno
japon�s que se mostrara sincero, cumpliera con su deber de
impedir a la corriente adversa de las fuerzas derechistas
la invocaci�n del esp�ritu militarista japon�s y la negaci�n
de la agresi�n, mejorara la formaci�n hist�rica de sus j�venes
y adolescentes, borrara con acciones concretas la mala influencia
dejada por este incidente y protegiera la base pol�tica de
las relaciones sino-japonesas. Esta es la �nica manera de
que Jap�n se gane la confianza de sus vecinos asi�ticos, del
pueblo japon�s amante de la paz, as� como del pueblo de todos
los pa�ses del mundo.
Desarrollo continuo de las relaciones
con otros pa�ses
China es el mayor pa�s en v�as de
desarrollo del mundo. El fortalecimiento de la solidaridad
y la cooperaci�n con los otros pa�ses en v�as desarrollo es
el puntal de la pol�tica exterior de China. Las relaciones
de cooperaci�n amistosa con los dem�s pa�ses en v�as de desarrollo
en los diferentes sectores pol�ticos y econ�micos han registrado
nuevos progresos en las nuevas coyunturas. En 1999, los dirigentes
de m�s de 30 pa�ses en v�as de desarrollo visitaron China.
El Presidente Jiang Zemin, el Presidente del Comit� Permanente
de la APN Li Peng, el Premier Zhu Rongji, el Presidente del
CCPPCh y el Vicepresidente Hu Jintao visitaron m�s de 30 pa�ses
de Asia, Africa y Latinoam�rica. Estas visitas han profundizado
la compresi�n y la confianza entre China y los dem�s pa�ses
en v�as de desarrollo, han servido para intensificar las consultas
y el apoyo mutuo en los principales problemas internacionales,
y han fomentado la cooperaci�n y los intercambios rec�procamente
provechosos en los sectores econ�micos, comerciales y culturales.
Recientemente, el Presidente Jiang se dirigi� por escrito
a los dirigentes de los pa�ses africanos para proponerles
la convocatoria de un "Foro de Cooperaci�n China-Africa--Conferencia
Ministerial' 2000 de Beijing". La propuesta recibi� una calurosa
respuesta por parte de los gobiernos africanos. Los contactos
e intercambios entre China y Latinoam�rica han ido fortaleci�ndose
de manera continua.
La consolidaci�n de las relaciones
de buena vecindad y de amistad con los pa�ses del entorno
constituye una pol�tica estatal b�sica del Gobierno chino.
El objetivo de la diplomacia con los pa�ses del entorno es
fortalecer la buena vecindad y la confianza mutua, salvaguardar
la paz y la estabilidad, y promover el desarrollo conjunto.
En 1999, las relaciones entre China y los pa�ses del entorno
se han caracterizado por la frecuencia de las visitas rec�procas
del alto nivel. Los dirigentes de m�s de diez pa�ses de Asia
y Asia Central visitaron China, mientras que los dirigentes
chinos visitaron a su vez m�s de diez pa�ses del entorno.
Se consolidaron las relaciones de buena vecindad, de confianza
mutua y de cooperaci�n entre China y los pa�ses del entorno.
Aunque surgieron algunas complicaciones, el ambiente en el
entorno de China ha sido uno de los mejores de los �ltimos
50 a�os.
Las relaciones de China con la Rep�blica
Popular Democr�tica de Corea (RPDC) y con la Rep�blica de
Corea (RC) hicieron nuevos progresos. En el primer semestre
de 1999, Kim Yong Nam, Presidente del Pres�dium de la Asamblea
Popular Suprema, visit� China. Ambas partes acordaron mantener
y desarrollar sus tradicionales relaciones de amistad. La
asociaci�n de cooperaci�n entre China y la RC orientada hacia
el siglo XXI se desarroll� de igual manera. En la cuarta reuni�n
cuatripartita sobre los problemas de la pen�nsula Coreana,
China, vecino cercano, asumi� un papel positivo y constructivo
en el mantenimiento de la paz y la estabilidad en la pen�nsula.
Esta actitud de China mereci� los elogios de la comunidad
internacional. La cooperaci�n entre China y Mongolia ha mantenido
un buen ritmo.
Las relaciones entre China y la Asociaci�n
de Naciones del Sudeste de Asia (ANSEA) han entrado en una
nueva etapa de desarrollo. En septiembre de 1999, el Presidente
Jiang Zemin visit� Tailandia. Recientemente, el Premier Zhu
Rongji asisti� a la tercera cumbre informal de la ANSEA, China,
Jap�n y la RC, as� como a la cumbre informal entre China y
la ANSEA. Zhu tambi�n visit� Malasia, Singapur, Filipinas
y Viet Nam, ensanchando as� las relaciones de buena vecindad
y de confianza mutua con los pa�ses de la ANSEA. China y Viet
Nam llegaron a un acuerdo sobre su problema de la frontera
terrestre, poniendo fin de este modo a las largas negociaciones.
Tras asumir la presidencia, el Presidente de Indonesia, Abdurrahman
Wahid, eligi� a China como primer destino de sus visitas oficiales.
Las relaciones entre China e Indonesia tienen ante s� un brillante
futuro.
China contin�a desarrollando las relaciones
de amistad con Pakist�n y sigue mejorando sus relaciones con
India. Debido a factores hist�ricos, religiosos y �tnicos,
algunos problemas existentes en los pa�ses de Asia Meridional
no pueden resolverse a corto plazo. Se trata de una realidad
innegable. Por su cercan�a a Asia Meridional, China desea
sinceramente que los pa�ses de esta regi�n resuelvan de manera
adecuada sus disputas desde una perspectiva estrat�gica y
de largo alcance, por v�a pac�fica y a trav�s del di�logo
y la negociaci�n, con el fin de mantener la estabilidad y
el desarrollo de dicha regi�n.
China ha afianzado en mayor medida
sus relaciones de amistad con los pa�ses de Asia Central.
En 1999, el Presidente Jiang Zemin asisti� a la cuarta reuni�n
de los Jefes de Estado de China, Kazajst�n, Kirguizist�n,
Rusia y Tayikist�n. Los cinco m�ximos dirigentes llegaron
a un amplio consenso sobre los problemas internacionales,
la seguridad y la cooperaci�n econ�mica regionales, e hicieron
p�blica la Declaraci�n de Bishkek, de gran trascendencia tanto
para fortalecer la cooperaci�n de buena vecindad y amistad
entre estos cinco pa�ses, como para asestar duros golpes y
contener a las fuerzas �tnicas separatistas. Los Presidente
de Tayikist�n, Kazajist�n y Uzbekist�n visitaron China. China
y Kazajist�n firmaron el Comunicado Conjunto sobre la Soluci�n
Completa de los Problemas Fronterizos.
Las relaciones entre China y los pa�ses
desarrollados han experimentado nuevos avances.
Participaci�n
activa en los asuntos de la ONU
China, el �nico pa�s en v�as de desarrollo
que es miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU,
particip� en las actividades diplom�ticas multilaterales,
defendi� firmemente los objetivos y los principios de la ONU,
salvaguard� el papel dirigente de esta organizaci�n en los
asuntos relacionados con la paz y el desarrollo internacionales,
se opuso categ�ricamente a los absurdos del neointervencionismo,
entre ellos la falacia de que "los derechos humanos est�n
por encima de la soberan�a", y, como resultado de todo ello,
se labr� una excelente imagen de persistencia en los principios
de defensa de la justicia, de salvaguarda de la paz y de fomento
del desarrollo. En la ONU, China derrot� por octava vez la
propuesta antichina presentada por EE.UU. con el pretexto
de defender los derechos humanos y frustr� por s�ptima vez
el intento de Taiwan de "volver a la ONU". La posici�n internacional
de China se elevaba continuamente.
El
problema de Kosovo
El
24 de marzo de 1999 la OTAN, encabezada por EE.UU., aprovech�ndose
del problema de Kosovo, inici� un bombardeo contra la Rep�blica
Federal de Yugoslavia que iba a durar 78 d�as. El Gobierno
chino se�al� inmediatamente que ese acto de la OTAN encabezada
por EE.UU. violaba gravemente la Carta de la ONU y las normas
del derecho internacional, creando un peligroso precedente
de intervenci�n armada en los asuntos internos de un pa�s
soberano. La situaci�n en Kosovo sigue siendo tensa y llena
de conflictos atizados por la hostilidad �tnica. Los hechos
del �ltimo a�o constituyen dos serias advertencias para el
mundo: en primer lugar, el neointervencionismo, que sit�a
los derechos humanos por encima de la soberan�a nacional,
no s�lo se muestra incapaz de solucionar los problemas relacionados
con los derechos humanos, sino que agudiza las desavenencias
originales y es causa de desgracias horribles; en segundo
lugar, los principios consignados en la Carta de la ONU sobre
la igualdad de los derechos soberanos y la no intervenci�n
en los asuntos internos de otros pa�ses, lejos de haber perdido
vigencia, conservan un importante significado real. China
espera que la OTAN encabezada por EE.UU. se examine a fondo,
aprenda las oportunas lecciones y no vuelva a fomentar situaciones
contrarias a los deseos de "paz y desarrollo" de los pueblos
del mundo, en el momento en que la humanidad se est� adentrando
en el nuevo siglo.
La pol�tica del Gobierno chino sobre
el problema de Kosovo, caracterizada por su coherencia, es
la siguiente: la soberan�a y la integridad territorial de
Yugoslavia deben ser respetadas; los intereses leg�timos de
las diversas etnias de Kosovo deben gozar de garant�as suficientes;
y debe llevarse a la pr�ctica la resoluci�n 1244 del Consejo
de Seguridad de la ONU. S�lo as� se pueden crear las condiciones
necesarias para la soluci�n pol�tica del problema de Kosovo.
China, que no tiene intereses particulares en esa regi�n,
ha adoptado al respecto una posici�n de principio centrada
en la salvaguarda de la Carta de la ONU y de las normas universalmente
aceptadas que rigen las relaciones internacionales.
Derechos
humanos: di�logo y cooperaci�n
El Gobierno chino siempre ha concedido
suma importancia al fomento y a la protecci�n de los derechos
humanos. Durante el �ltimo a�o, al tiempo que se esforzaba
por desarrollar la econom�a y elevar el nivel de vida del
pueblo, China hac�a hincapi� en el desarrollo de la democracia
y del sistema legal, con el fin de fomentar y proteger los
derechos civiles y pol�ticos. Asimismo, China tomaba medidas
activas para intensificar la transparencia judicial, fortalecer
la supervisi�n del cumplimiento de la ley, sancionar legalmente
los casos de corrupci�n y perfeccionar la democracia y el
sistema legal. Hay que decir que la situaci�n de los derechos
humanos es la m�s esplendorosa de la historia de China. La
Constituci�n china establece categ�ricamente la existencia
de la libertad de expresi�n, de reuni�n, de asociaci�n y de
la libertad religiosa. Amparados por la Constituci�n y otras
leyes nacionales, los ciudadanos chinos ejercen tales libertades
sin coacciones. Los derechos humanos de todas las etnias,
incluida la tibetana, gozan de respeto y de protecci�n suficientes.
En febrero de 2000 la Oficina de Informaci�n
del Consejo de Estado public� "50 a�os de desarrollo de los
derechos humanos en China", libro blanco en el que se exponen
de manera objetiva la historia del desarrollo de los derechos
humanos en China a lo largo de la segunda mitad del siglo
XX y su situaci�n actual. Este libro blanco se divide en seis
partes: 1. Viraje hist�rico del desarrollo de los derechos
humanos en China; 2. Mejora extraordinaria de los derechos
a la subsistencia, al desarrollo y al disfrute del progreso
econ�mico, social y cultural; 3. S�lida garant�a de los derechos
civiles y pol�ticos; 4. Protecci�n de los derechos de las
mujeres y los ni�os; 5. Igualdad de derechos y protecci�n
especial para las minor�as �tnicas; y 6.
Perspectivas
del desarrollo de los derechos humanos en China en el nuevo
siglo
El
1 de marzo del 2000 se celebr� en Beijing el VIII Simposio
sobre los Derechos Humanos de la regi�n Asia-Pac�fico, acto
patrocinado conjuntamente por el Gobierno chino y la Oficina
de la Alta Comisi�n de la ONU para los Derechos Humanos. La
titular de dicha comisi�n, Mary Robinson, fue invitada a participar
en el simposio, y durante su estancia en Beijing intercambi�
impresiones con diversos dirigentes chinos acerca de los problemas
de inter�s com�n, incluida la cooperaci�n bilateral. En la
jornada inaugural del simposio el Presidente Jiang Zemin envi�
a �ste una carta en la que afirmaba que el fortalecimiento
de la cooperaci�n internacional en el campo de los derechos
humanos y el fomento del desarrollo de dichos derechos constituyen
temas de gran importancia, que la comunidad internacional
deber� abordar a lo largo del nuevo siglo. Jiang manifest�
que a pesar de que la situaci�n objetiva var�a de un pa�s
a otro y de que entre los diversos pa�ses existen divergencias
sobre los derechos humanos, todos ellos tienen como meta com�n
el fomento y la protecci�n de tales derechos. Todos los pa�ses
deben atenerse al esp�ritu de igualdad y de respeto mutuo
que permite entablar un di�logo y llevar a cabo unos intercambios
conducentes a la profundizaci�n de la comprensi�n, la disminuci�n
de las divergencias, la ampliaci�n del consenso y el progreso
conjunto. En el siglo XXI seguiremos desarrollando la democracia,
progresaremos en la administraci�n del pa�s conforme a la
ley, garantizaremos eficazmente la concesi�n al pueblo de
libertades y derechos m�s amplios, y nos esforzaremos por
hacer de China un pa�s moderno, pr�spero, poderoso, democr�tico
y civilizado. El Gobierno chino siempre ha concedido importancia
al papel positivo que los convenios internacionales sobre
los derechos humanos desempe�an en su promoci�n. China ha
suscrito 17 de ellos y cumple concienzudamente los compromisos
consignados en los mismos.
En cuanto a la ratificaci�n por parte
de China de "los dos convenios de los derechos humanos", Zhu
Bangzao, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores, declar�
recientemente que el Gobierno chino siempre ha respetado el
principio de la universalidad de los derechos humanos y ha
valorado en mucho los dos convenios de la ONU sobre este tema.
Desde la firma de ambos convenios, los correspondientes departamentos
del Gobierno chino vienen preparando su ratificaci�n, habiendo
realizado previamente un estudio minucioso y exhaustivo de
los mismos. Durante este per�odo, la parte china ha llevado
a cabo numerosos intercambios con la Uni�n Europea y con otros
pa�ses occidentales relacionados con la ratificaci�n y el
cumplimiento de dichos convenios. Todo ello ha puesto de manifiesto
la actitud meticulosa y responsable adoptada por la parte
china hacia su ratificaci�n. El Gobierno chino ya ha sometido
a la Asamblea Popular Nacional la propuesta de ratificaci�n
del convenio sobre los derechos econ�micos, sociales y culturales.
Asimismo, los departamentos gubernamentales implicados siguen
estudiando minuciosamente el convenio sobre los derechos civiles
y pol�ticos.
El 23 de marzo de 2000, ante la 56.�
Conferencia de la ONU sobre los Derechos Humanos, celebrada
en Ginebra, el embajador Qiao Zonghuai, jefe de la delegaci�n
china, refut� solemnemente las calumnias y los ataques lanzados
infundadamente por Estados Unidos y algunos otros pa�ses occidentales
contra la situaci�n de los derechos humanos en China. Qiao
dijo que a lo largo de 1999 el Gobierno chino, partiendo de
las condiciones nacionales, ha seguido concentrando sus esfuerzos
en el desarrollo econ�mico, el PIB ha aumentado un 7,1% en
comparaci�n con el a�o anterior y m�s de 8 millones de personas
se han librado de la pobreza. La poblaci�n pobre, que en 1978
estaba formada por m�s de 250 millones de personas, es actualmente
de algo m�s de 30 millones. Al mismo tiempo, el Gobierno chino
ha dedicado grandes esfuerzos al desarrollo de la democracia
y del sistema legal, poniendo en pr�ctica en�rgicamente la
orientaci�n estrat�gica de gobernar el pa�s de acuerdo con
la ley y garantizando los derechos civiles y pol�ticos por
medio de las leyes y las instituciones. Qiao indic� que en
tan solo un a�o China ha logrado �xitos notables, y que �sta
es la conclusi�n a la que llegar� todo aquel que observe los
hechos sin prejuicios.
No obstante, Estados Unidos, en pertinaz
desaf�o de los hechos, ha vuelto a levantar calumnias acerca
de la situaci�n de los derechos humanos en China y en otros
pa�ses en v�as de desarrollo. Las causas principales de este
proceder son su mentalidad arraigada en la guerra fr�a, su
doblez moral y su intento de politizar el tema de los derechos
humanos. Qiao manifest� que en China, al igual que sucede
en los dem�s pa�ses, la situaci�n de los derechos humanos
todav�a no es perfecta. China acepta de buen grado las cr�ticas
y las propuestas constructivas relacionadas con los derechos
humanos; y, a fin de que las diversas partes implicadas en
esta cuesti�n aprendan unas de otras y avancen juntas, est�
dispuesta a adoptar un talante activo y abierto que fomente
el di�logo y los intercambios con otros pa�ses y con las organizaciones
internacionales, siempre que se basen en la igualdad y el
respeto mutuo. Pero China se opone firmemente a que un pa�s,
movido por sus necesidades pol�ticas internas, presione a
otros pa�ses y provoque enfrentamientos. Una vez m�s, el intento
estadounidense de interferir en los asuntos internos de China
escud�ndose en los derechos humanos ha fracasado ante la oposici�n
de China y el apoyo de otros pa�ses.
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