Todos
los hechos y las leyes relevantes demuestran que Taiwan es
una parte inalienable del territorio chino. En abril de 1895,
mediante la agresión a China, Japón se apoderó de esta isla
y obligó al Gobierno de la dinastía Qing a firmar el Tratado
de Shimonoseki. En julio de 1937 Japón emprendió la invasión
masiva de China. En diciembre de 1941 el Gobierno chino emitió
la Declaración de Guerra contra Japón, en la que se anunciaba
claramente al resto del mundo que todos los tratados, acuerdos
y convenios correspondientes a las relaciones entre China
y Japón, incluido el Tratado de Shimonoseki, quedaban anulados
y sin efecto, y en la que se proclamaba solemnemente que China
recuperaría Taiwan. En diciembre de 1943, China, Estados Unidos
y Gran Bretaña firmaron la Declaración de El Cairo, en la
cual se estipulaba que Japón debía devolver a China los territorios
ocupados, es decir, las provincias del nordeste, Taiwan y
el archipiélago Penghu. En 1945 los tres países mencionados
firmaron la Declaración de Potsdam, firmada posteriormente
por la Unión Soviética, acto que conllevaba el obligado cumplimiento
de todas las condiciones en ella contenidas. En agosto de
ese mismo año Japón se rindió incondicionalmente y se comprometió
a cumplir todas las condiciones formuladas en la Declaración
de Potsdam. El 25 de octubre el Gobierno chino recuperó Taiwan
y el alchipiélago Penghu, reasumiendo así el ejercicio de
su soberanía sobre Taiwan.
El
1.º de octubre de 1949 se proclamó la fundación de la República
Popular China, que sustituyó al Gobierno de la República de
China, convirtiéndose en el único Gobierno legítimo de China
y en el único representante legítimo en el escenario internacional.
Con ello el status histórico de la República de China llegó
a su fin. Por consiguiente, lo que se produjo fue la sustitución
de un viejo poder por un nuevo régimen, sin que ello implicase
cambio alguno en el cuerpo principal del derecho internacional,
en la soberanía de China ni en su integridad territorial.
El Gobierno de la República Popular China se erigió en heredero
natural y único de la soberanía nacional y empezó a ejercerla
sobre toda China, incluida Taiwan.
Aunque la camarilla dominante del
Partido Guomindang ha venido utilizando los nombres de "República
de China" y "Gobierno de la República de China" desde que
se retiró a Taiwan y se estacionó en la isla, ya no tiene
ningún derecho a representar a China en el ejercicio de la
soberanía nacional, puesto que en realidad es un gobierno
local en territorio chino.
Durante los 40 años posteriores a
1949, las autoridades de Taiwan, a pesar de no reconocer que
el Gobierno de la República Popular China es el representante
legítimo de toda China, siguieron perseverando en la postura
de que Taiwan forma parte de China y de que sólo existe una
China, oponiéndose tanto a la creación de "dos Chinas" como
a la "independencia de Taiwan". Todo ello demuestra que durante
un prolongado período, los chinos de ambos lados del estrecho
de Taiwan han estado de acuerdo en las cuestiones fundamentales
de que solamente hay una China y de que Taiwan forma parte
del territorio chino.
La postura solemne y razonable del
Gobierno chino de que sólo existe "una China" se ha granjeado
la comprensión y el apoyo de un número creciente de países
y organizaciones internacionales. El principio de "una China"
ha sido gradualmente aceptado por la mayor parte de la comunidad.
En octubre de 1971, en la 26.ª Asamblea General de las Naciones
Unidas, se aprobó la resolución 2758, por la cual se procedía
a la expulsión de los representantes de las autoridades de
Taiwan y a la restitución al Gobierno de la República Popular
China de su puesto en la Asamblea General y de todos sus derechos
legítimos. En la Declaración Conjunta Sino-Japonesa firmada
por China y Japón en septiembre de 1972 se anunció el establecimiento
de relaciones diplomáticas entre ambos países y, ahondando
en lo estipulado en el artículo 8 de la Declaración de Potsdam,
Japón reconoció que el Gobierno de la República Popular China
es el único gobierno legítimo de China, dando así muestras
suficientes de comprender y respetar la postura del Gobierno
de la República Popular China de que Taiwan es una parte inseparable
del territorio chino. En diciembre de 1978 China y Estados
Unidos hicieron público el Comunicado del Establecimiento
de Relaciones Diplomáticas, en el cual Estados Unidos reconocía
que el Gobierno de la República Popular China es el único
gobierno legítimo de China y se mostraba de acuerdo con la
postura de China de que sólo hay una sola China y de que Taiwan
forma parte de China. Todos los países que actualmente mantienen
relaciones diplomáticas con China reconocen el principio de
"una China" y se comprometen a tratar las relaciones con Taiwan
dentro del marco de este principio.
El
principio de "una China" es la base y la premisa de la reunificación
pacífica
El
principio de "una China" es la piedra angular de la política
del Gobierno chino con respecto a Taiwan. Gracias a la propuesta
de Deng Xiaoping, desde 1979 el Gobierno chino ha venido practicando
la política de "reunificación pacífica" y elaborando el concepto
de "un país, dos sistemas". Sobre esta base, se establecieron
los principios básicos de "reunificación pacífica" y de "un
país, dos sistemas". Los puntos clave de estos principios
y de las políticas relacionados con ellos son los siguientes:
El Gogierno chino está siempre por la reunificación pacífica,
pero no se compromete a renunciar al uso de la fuerza; estimula
activamente los contactos personales y los intercambios económicos
y culturales entre ambos lados del estrecho, a fin de establecer
lo antes posible lazos directos en las comunicaciones postales,
en el transporte marítimo y aéreo, y en el comercio entre
ambas orillas del estrecho; llevará a cabo la reunificación
por medio de negociaciones pacíficas y está dispuesto a discutir
con Taiwan cualquier tema en el marco del principio de "una
China"; tras la reunificación, el Gobierno chino aplicará
la política de "un país, dos sistemas", manteniendo el sistema
socialista en la parte continental y manteniendo sin cambios
el sistema capitalista en Taiwan durante un período prolongado;
concederá a Taiwan un alto grado de autonomía y no enviará
a la isla ni tropas ni personal administrativo; siendo un
asunto interno de China, la solución del problema de Taiwan
corresponde a los chinos, por lo que no es necesario recurrir
a fuerzas ajenas. Estos principios y políticas del Gobierno
chino muestran no sólo su postura fundamental y su determinación
de perseverar en el principio de "una China", sino su respeto
hacia el deseo de los compatriotas de Taiwan de ser dueños
de la isla y de administrarla por su cuenta. En enero de 1995,
el Presidente Jiang Zemin hizo pública su propuesta de ocho
puntos sobre el desarrollo de las relaciones entre ambas orillas
del estrecho y sobre el fomento del proceso de reunificación
pacífica de la patria, señalando que el principio de "una
China" es la base y la premisa de la materialización de la
reunificación pacífica.
Para conseguir la reunificación pacífica,
el Gobierno chino ha adoptado una serie de políticas y medidas
activas encaminadas a fortalecer las relaciones entre ambos
lados del estrecho. Desde 1987, año en que se puso fin a la
incomunicación entre ambos lados del estrecho, hasta finales
de 1999, los compatriotas de Taiwan se han desplazado a la
parte continental en 16 millones de ocasiones con el propósito
de visitar a sus familiares, hacer turismo o realizar intercambios;
el volumen del comercio indirecto entre ambos lados del estrecho
ha llegado a los 160.000 millones de dólares; y las inversiones
pactadas y las inversiones reales de los empresarios taiwaneses
en la parte continental han sobrepasado, respectivamente,
los 44.000 millones y los 24.000 millones de dólares; las
comunicaciones postales y las telecomunicaciones entre ambos
lados del estrecho han experimentado numerosos avances, mientras
que en el transporte marítimo y en el aéreo se han hecho progresos
parciales. La APN, su Comité Permanente, el Consejo de Estado
y los gobiernos locales han elaborado una serie de leyes y
reglamentos para proteger los derechos legítimos de los compatriotas
taiwaneses. Con el objetivo de resolver mediante consultas
los problemas concretos planteados por los contactos entre
ambos lados del estrecho, en noviembre de 1992, la Asociación
para la Relación entre Ambos Lados del Estrecho (ARALE) y
la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho (FIE)
acordaron que en las negociaciones sobre los asuntos rutinarios,
ambas partes deben manifestar en voz alta que "ambos lados
del estrecho perseveran en el principio de una China". Sobre
esta base, los directores de ambas organizaciones celebraron
con éxito las primeras conversaciones Wang-Koo, cuyo resultado
fue la firma de varios convenios relacionados con la protección
de los derechos legítimos de los compatriotas de ambos lados
del estrecho. En octubre de 1998 los directores de ambas organizaciones
se reunieron en Shanghai para entablar un diálogo político
entre ambos lados. Las negociaciones se llevaron a cabo en
pie de igualdad. La práctica demuestra que partiendo del principio
de "una China" es posible encontrar un método adecuado para
que ambos lados del Estrecho negocien en pie de igualdad.
Decidido a conseguir la reunificación
pacífica, el Gobierno chino ha insistido siempre en que se
celebran negociaciones en pie de igualdad entre ambas orillas
del estrecho basándose en el principio de "una China". Tomando
debidamente en consideración la realidad de Taiwan así como
la petición de las autoridades taiwaneses de situar las negociaciones
en un plano de igualdad, el Gobierno chino propuso sucesivamente
que éstas se celebrasen sobre la base de la posición paralela
del Partido Comunista de China y el Partido Guomindang, y
que contasen con la participación de representantes de otros
partidos de Taiwan; pero lo que el Gobierno chino no hizo
en ningún momento fue afirmar que "las negociaciones se llevarán
a cabo entre el Gobierno Central y el gobierno local". Por
otra parte, el Gobierno Chino sugirió iniciar el diálogo,
incluido el diálogo político, y pasar luego gradualmente a
las conversaciones sobre los procedimientos de las negociaciones
políticas a fin de resolver los problemas relacionados con
su título, temática y forma, para finalmente llevar a cabo
las negociaciones políticas, que pueden celebrarse por etapas.
En la primera etapa se negociará el fin de las hostilidades
partiendo del principio de "una China" para llegar a un acuerdo
sobre la defensa de la soberanía y la integridad territorial
de China y para planificar el futuro desarrollo de las relaciones
entre ambos lados del Estrecho. En enero de 1998, con el fin
de asentar y ampliar la base política de las relaciones entre
ambos lados del Estrecho, el Gobieno chino expuso a la parte
de Taiwan que antes de la reunificación, en la discusión de
los asuntos concernientes a las relaciones entre ambas partes
y, sobre todo, en las negociaciones entre ellas, se persistiría
en el principio de "una China"; es decir, en el principio
de que en el mundo sólo existe una China y de que Taiwan forma
parte de China, por lo que la soberanía y la integridad territorial
de China no admiten divisiones. El Gobierno chino desea que
las negociaciones que entablen ambas partes pueden celebrar
negociaciones de igualdad siguiendo el principio de "una China"
para conversar sobre la reunificación.
Lee
Teng-hui, principal representante de los separatistas
En
1988 Lee Teng-hui asumió el cargo de máxima autoridad de Taiwan.
En aquel entonces manifestó en numerosas ocasiones que la
política de las autoridades de Taiwan era la de defender que
"sólo existe una China, no dos " y la de "abogar en todo momento
por la reunificación de China y el respeto del principio de
'una China'". Sin embargo, a partir los años 90 Lee Teng-hui
fue alterando paulatinamente el principio de "una China";
comenzó hablando de "dos gobiernos", "dos entidades políticas
iguales"; prosiguió diciendo que "Taiwan es un país independiente"
y que "en la actualidad, 'la República China está en Taiwan'
y 'la República Popular China en la parte continental'"; y
terminó desdiciéndose de todas sus palabras, afirmando que
"jamás había hablado de 'una China'". Por otra parte, Lee
Teng-hui toleró y apoyó a las fuerzas separatistas y sus actividades
a favor de la "independencia de Taiwan"; ello explica tanto
la rápida difusión de la idea de la "independencia de Taiwan"
como el aumento concomitante de las fuerzas partidarias de
la misma. Dirigidas por Lee, las autoridades taiwanesas dieron
en la práctica una serie de pasos hacia la secesión. En el
ámbito de la estructura política, intentaron transformar Taiwan
en "una entidad política independiente" mediante la "reforma
de la política constitucional", maniobra cuyo objetivo era
justificar la necesidad de crear "dos Chinas". En las relaciones
exteriores, emprendieron la "exploración del espacio internacional
de existencia" con el propósito de crear "dos Chinas". Desde
1993, y durante los siete años siguientes, organizaron actividades
para lograr su "entrada en las Naciones Unidas". En el terreno
militar, Taiwan compró gran cantidad de armamento avanzado
en el exterior, intentó incorporarse al sistema de defensa
de teatro de misiles de operación y trató de establecer cierta
alianza militar con Estados Unidos y Japón. Por lo que respecta
a la ideología y a la cultura, las autoridades de Taiwan intentaron
suprimir entre los compatriotas taiwaneses, sobre todo entre
los jóvenes, la conciencia de ser chinos y el reconocimiento
de la patria, y trataron de sembrar entre la población sentimientos
de incomprensión y alejamiento de la patria, todo ello con
miras a cercenar los vínculos ideológicos y culturales que
unen a los compatriotas de ambas orillas del estrecho. A partir
de 1999 las actividades separatistas de Lee cobraron un ímpetu
aún mayor. En mayo de dicho año Lee publicó un libro titulado
"La posición de Taiwan", en el que preconizaba y alababa la
división de China en siete regiones dotadas de "suficiente
automomía". En un intento por modificar el hecho de que Taiwan
forma parte de China, el 9 de julio de ese mismo año Lee malinterpretó
abiertamente las relaciones entre ambos lados del estrecho
al calificarlas de "relaciones de Estado a Estado o, por lo
menos, relaciones especiales de Estado a Estado", perjudicando
con ello las relaciones entre ambos lados del estrecho y,
sobre todo, socavando la base del diálogo político y las negociaciones
entre éstos y destruyendo los cimientos de la reunificación
pacífica. Lee se ha convertido en el principal representante
de las fuerzas separatistas de Taiwan, en el destructor de
la estabilidad en el estrecho de Taiwan, en un obstáculo para
el desarrollo de las relaciones entre China y EE.UU. y en
un artífice de amenazas para la paz y la estabilidad en la
región Asia-Pacífico.
Defensa
enérgica de la reunificación de la patria
Cuando
en junio de 1995 Lee Teng-hui efectuó una visita de carácter
personal a Estados Unidos, el Gobierno chino emprendió de
inmediato una lucha contra el separatismo y la "independencia
de Taiwan". Además de presentar enérgicas protestas ante el
Gobierno estadounidense por la autorización de la visita de
Lee, la violación de los compromisos contraídos en los tres
comunicados conjuntos de China y EE.UU. y las actuaciones
hostiles a la soberanía china, el Gobierno chino realizó solemnes
gestiones. Esta lucha, que puso de relieve la firme decisión
del Gobierno y el pueblo chinos de salvaguardar la soberanía
y la integridad territorial de su nación, ha ejercido una
influencia profunda y de primer orden: Los compatriotas taiwaneses
comprendieron mejor los serios perjuicios que conlleva la
"independencia de Taiwan"; el mundo asestó un duro golpe a
las actividades separatistas de Lee; una parte de las fuerzas
partidarias de la "independencia de Taiwan" se vio obligada
a abandonar su separatismo extremo; la comunidad internacional
cayó en la cuenta de la importancia que reviste el mantenimiento
de la política de "una China"; y el Gobierno de Estados Unidos
se comprometió a no apoyar la "independencia de Taiwan", ni
las propuestas de "dos Chinas" o "una China y un Taiwan",
y a no respaldar la entrada de la isla en cualquier organización
internacional cuyos miembros sean países soberanos.
Desde que Lee lanzó su alegato a favor
de "dos Estados", el Gobierno y el pueblo chinos han sostenido
una lucha más enérgica. A medida que se desplegaban las actividades
de las fuerzas separatistas taiwaneses dirigidas a la legalización
del alegato de "dos Estados", el Gobierno chino y sus departamentos
correspondientes señalaron que los pasos que estaban dando
las autoridades de Taiwan hacia la secesión eran sumamente
graves y peligrosos, y constituían un atentado contra la reunificación
pacífica de la patria. Si lograban su objetivo, la reunificación
pacífica de China resultaría imposible. Esta lucha se convirtió
en una fuerte condena del alegato de "dos Estados" impulsada
con vehemencia por los chinos de dentro y de fuera del país.
La mayoría de los países del mundo reiteraron su apoyo a la
política de "una China". El Gobierno de Estados Unidos reafirmó
su apoyo a la política de "una China" y ratificó el compromiso
de los tres "no apoyos" a Taiwan. Las autoridades de Taiwan
se vieron obligadas a manifestar que no modificarían la "constitución"
ni las "leyes" para dar cabida al alegato de "dos Estados".
Sin embargo, las fuerzas separatistas
taiwanesas siguen intentando separar a China y Taiwan, a la
que llaman "República de China", por vías pretendidamente
legales, recurriendo para ello a supuestas formas de "elaboración
de la constitución", "modificación de la constitución", "explicación
de la constitución" o a la "legislación". Hay que permanecer
especialmente alerta ante el hecho de que las fuerzas separatistas
de Taiwan no cesan en su empeño de envenenar las relaciones
entre China y EE.UU. y sembrar la discordia entre ambos países
con el objetivo de alcanzar su meta separatista.
A fin de promover el desarrollo de
las relaciones entre ambos lados del estrecho, antes de transcurridos
los dos primeros meses del año 2000 en la parte continental
de China el Presidente Jiang Zemin había pronunciado un discurso
en el té con el que la CCPPCh celebró el Año Nuevo, el Vicepremier
Qian Qichen había pronunciado un discurso el 28 de enero y
la Oficina de Asuntos de Taiwan y la Oficina de Información
del Consejo de Estado habían publicado un libro blanco. Todos
estos acontecimientos tuvieron una gran resonancia tanto en
Taiwan como en la comunidad internacional y polarizaron la
atención de los medios de comunicación. Estos tres importantes
documentos han transmitido claramente el siguiente mensaje:
El Gobierno chino persistirá en los principios básicos de
"la reunificación pacífica" y de "un país, dos sistemas";
proseguirá con la aplicación de la propuesta de ochos puntos
elaborada por el Presidente Jiang Zemin sobre el desarrollo
de las relaciones entre ambas orillas del estrecho y sobre
el impulso del proceso de reunificación pacífica de la patria;
y continurá esforzándose por lograr la reunificación pacífica.
Al mismo tiempo, el Gobierno chino se mantiene firme en su
decisión de defender la reunificación, la soberanía nacional
y la integridad territorial de China, y de no permitir a fuerza
alguna separar a Taiwan de China.
En su discurso, el Presidente Jiang
reafirmó que "tenemos depositadas esperanzas en las autoridades
de Taiwan y esperanzas aun mayores en el pueblo taiwanés",
y manifestó una vez más que "cuando las condiciones estén
maduras para ello se entablarán conversaciones y negociaciones
entre ambos lados del estrecho basadas en el principio de
'una China'".
En su discurso, el Vicepremier Qian
Qichen concretó la afirmación de que "cualquier problema puede
someterse a discusión" diciendo: "Puede discutirse el problema
del fin oficial de las hostilidades entre ambos lados del
estrecho; las relaciones directas entre ambas partes, en particular,
las correspondientes a los servicios postales, el transporte
marítimo y aéreo, y el comercio, problema que preocupa al
común de los compatriotas taiwaneses; los problemas que surjan
en las relaciones comerciales entre ambas partes tras el ingreso
de China en la OMC; el problema del statu quo de Taiwan y
de sus adecuadas esferas de actividad económica, cultural
y social; y el problema de la postura política adoptada por
las autoridades de Taiwan". Ello demuestra que la parte continental
piensa constantemente en los problemas que pueden aflorar
en las futuras conversaciones y negociaciones entre ambos
lados del Estrecho y que está dispuesta a hacer todo lo posible
por tomar en consideración los temas que más preocupan al
pueblo y a las autoridades de Taiwan. Cuando las condiciones
maduren, la parte continental retomará con entusiasmo las
conversaciones y negociaciones basadas en el principio de
"una China".
En agosto de 1993 se publicó un libro
blanco titulado "El problema de Taiwan y la reunificación
de China". El 21 de febrero del 2000 la Oficina de los Asuntos
de Taiwan y la Oficina de Información del Consejo de Estado
publicaron un segundo libro blanco titulado "El principio
de una sola China y el problema de Taiwan". En este importante
documento se explicaba a la comunidad internacional la postura
y la política del Gobierno chino con respecto al mantenimiento
del principio de "una China". Más concretamente, se exponía
y analizaba la realidad y el fundamento jurídico del concepto
de una sola China, se ofrecía una visión relativamente completa
y detallada de la posición de principios y de la política
de China con respecto al asunto de Taiwan, se rebatían los
argumentos esgrimidos en el alegato de "dos Estados" lanzado
por los separatistas taiwaneses y se reiteraba la postura
coherente del Gobierno chino de persistir en el principio
de "una China" en los asuntos internacionales.
En su Informe sobre la Labor del Gobierno
presentado en la inauguración de la III Sesión de la IX Asamblea
Popular Nacional, el Primer Ministro Zhu Rongji subrayó que
el Gobierno chino de ninguna manera permanecerá de brazos
cruzados ante las actividades separatistas graves, como lo
son las destinadas a atentar contra la soberanía y la integridad
territorial de China y las encaminadas a llevar a la práctica
la "tesis de dos Estados" y la "independencia de Taiwan".
En la posterior conferencia de prensa Zhu dijo: "Las elecciones
de Taiwan son elecciones locales, por lo que se trata de un
asunto de los taiwaneses y no vamos a interferir en él. Con
todo, debemos dejar completamente claro que asuma quien asuma
el poder, a Taiwan nunca se le permitirá ser independiente.
Y la independencia de Taiwan, adoptase la forma que adoptase,
sería inaceptable. Esta es nuestra línea básica y la voluntad
de 1.250 millones de chinos. Nuestro principio consecuente
para resolver el asunto de Taiwan es 'la reunificación pacífica;
un país, dos sistemas'. Pero jamás nos comprometeremos a renunciar
al uso de la fuerza. Todo aquel que esté a favor de una China
contará con nuestro apoyo. Podemos hablar con él y nuestras
conversaciones pueden abarcarlo todo. También pueden haber
concesiones por nuestra parte. Todo aquel que insista en la
independencia de Taiwan no terminará bien".
Elecciones
locales de los líderes de Taiwan
Las
actividades electorales de dirigentes de la región de Taiwan
terminaron la noche del 18 de marzo de 2000. Chen Shui-bian,
el candidato del Partido Progresista Democrático, resultó
vencedor con el 39,3 por ciento de los votos; Song Chu-yu,
el candidato independiente, obtuvo el 36,84 por ciento; y
Lien Chan, el candidato del Partido Guomindang, el 23,1 por
ciento. La Oficina de Asuntos de Taiwan del Comité Central
del Partido Comunista de China y la Oficina de Asuntos de
Taiwan del Consejo de Estado emitieron conjuntamente una declaración
sobre los nuevos dirigentes electos de la región de Taiwan
en la noche del 18 de marzo, en la que se afirmaba que en
el mundo sólo hay una China, que Taiwan es una parte inalineable
de China y que ni las elecciones locales de los dirigentes
de Taiwan ni sus resultados pueden cambiar el hecho de que
Taiwan forma parte del territorio chino.
En la declaración se señalaba asimismo
que el principio de "una China" es la premisa para la reunificación
pacífica de la patria. La "independencia de Taiwan", cualquiera
que sea la forma que adopte, será inaceptable. Queremos juzgar
a los nuevos líderes de Taiwan por sus acciones, no sólo por
sus palabras; vamos a esperar y ver en qué dirección orientarán
las relaciones entre ambos lados del estrecho.
En la declaración se expresaba el
deseo de intercambiar opiniones con todos los partidos, grupos
y ciudadanos taiwaneses defensores del principio de "una China"
acerca de las relaciones entre ambos lados del estrecho y
la reunificación pacífica. También se exhortaba a los taiwaneses
a unir sus esfuerzos a los de sus compatriotas de la parte
continental para salvarguardar la soberanía y la integridad
territorial del país, proteger los intereses fundamentales
de la nación china y lograr la reunificación completa de la
patria.
Tras el desastre sufrido por el Partido
Guomindang en las elecciones celebradas el 18 de marzo en
la región de Taiwan, se levantó un fuerte clamor exigiendo
la dimisión de Lee Teng-hui. Las manifestaciones, lejos de
cesar, se extendieron del exterior de la sede del Partido
Guomindang a toda la isla y a ultramar. Frente a tal presión,
Lee Teng-hui se vio obligado presentar su dimisión como presidente
del Partido Guomindang. Al conocer la noticia, las masas que
habían permanecido congregadas 7 días consecutivos ante la
sede del Partido Guomindang pidiendo su dimisión inmediata
prorrumpieron en gritos de júbilo.
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