los Tujia


Los Tujia, que, con una población de 5 millones 704 mil 200 habitantes, mora principalmente en las provincias de Hunan, Hubei y Sichuan.

Sobre el origen de esta etnia, circulan muchas leyendas. Una de estas dice que en la antigüedad, cuando aún no existían ni el cielo ni la tierra, el viento trajo una nube dentro de la cual venía un huevo. El huevo se agrietó y salió una niña que, como pronto se supo, se llamaba Nuan Yu, ser considerado hoy como el antepasado más remoto de los Tujia. Como no tenía hijos y temía no tener con quien pasar la vejez, una diosa llamada Nu Wa le aconsejó que comiera a los 8 melocotones y las flores del melocotonero que encontraría caminando a lo largo del río Amarillo. Cuando lo hizo, quedó embarazada y 3 años y medio después, dio a luz 8 hijos y una hija. Fue así como hizo su ingreso en el mundo el género humano. Siguiendo la tradición que inaugura esta leyenda, los niños de esta etnia, cuando cumplen 40 días, se cortan el pelo de modo que su cabeza parece un melocotón. Además es frecuente ver los caracteres chinos que significan esta flor en los nombres de las niñas. Por otra parte, los Tujia tienen la costumbre de plantar melocotoneros en sus huertas.

Los Tujia se dedican principalmente al tejido y al bordado. El Xilan Kapu, tejido por los Tujia, figura entre los tres brocados más famosos de China.

La etnia de los Tujia que toman como elemento básico el arroz combinado con maíz, se caracteriza por su tendencia a lo agrio y lo picante. Esta costumbre alimentaria se atribuye a la necesidad de dar sabor a los alimentos y observar el régimen de profilaxis contra las posibles enfermedades gastrointestinales, pues esta etnia vive en zonas montañosas donde los manantiales son fríos y las aguas en estanques pueden contener microorganismos dañinos.

Otra comida típica de esta etnia es la Hezha, preparada con el puré de soya molida. Es el manjar con que suelen agasajar a sus huéspedes, acompañado de hojas de verduras, maíz o camote, todo condimentado de ají y otros sazonadores típicos de la localidad.

Entre las fiesta propias de esta etnia, la más celebrada es la Fiesta del Gannian que quiere decir Año Nuevo Lunar Anticipado. Se dice que esta fiesta se originó en tiempos de la dinastía Ming, en el reinado de Jiajing, cuando piratas japoneses invadieron varias ciudades de la costa suroriental de China. En esa ocasión, el emperador les impuso a los Tujia de las provincias de Hunan y Hubei la obligación de llegar al frente antes del Año Nuevo Lunar. La urgencia de cumplir la orden imperial les llevó a los Tujia a celebrar la fiesta más importante de los chinos con un día de anticipación.

La fiesta empieza el 29 del duodécimo mes lunar, día en el que los Tujia acuden a las sepulturas de sus antepasados y les ofrecen ofrendas. Ese mismo día, según la tradición, uno debe recordar devolver a los dueños originales todo utensilio que han tomado por pedido, sea pequeño o grande.

Algunas de las fiestas de la etnia de los Tujia son similares a las de los Han, diferenciándose sólo en fechas y modalidades. Por ejemplo, los Tujia celebran dos fiestas de las regatas. Una cae en el quinto día del quinto mes lunar, y la otra, que es la más importante, en el décimoquinto. A las primeras horas de ese día, los Tujia matan cerdos, muelen soya y preparan una comida ligera hecha de artemisa. La ofrecen al Dios de los cereales mientras rezan por la buena cosecha. También van a la montaña a recoger hierbas medicionales con las que cuecen una pócima. Los Tujia creen que si uno se baña con ella, podrá evitar todo tipo de heridas en los 365 días del año.

La Fiesta del Medio Otoño de los Tujia se celebra el décimoquinto día del octavo mes lunar. Para celebrarla, los Tujia cogen una calabaza blanca en cualquier huerto y la colocan envuelta en panales en la cama de las parejas que aún no tienen hijos luego de haber llevado 3 años casados.

La Fiesta de los Ancianos es celebrada por los Tujia en dos ocasiones, el noveno día del noveno mes lunar y el décimonoveno del mismo mes. Con motivo de ese día los Tujia preparan pasteles con flores de laureles, harina de arroz y azúcar.