los
Manchu
Desde
tiempo inmemorial, la etnia de los Manchu habita en la zona comprendida
entre los ríos Helongjiang y Wusuli, y la sierra de Changbaishan,
en cuya cumbre más alta hay un lago transparente denominado
"lago celestial". Según una antigua leyenda, allí
se bañaban las diosas. Una vez, la más bella de ellas,
al comer una fruta roja que había caido del pico de una urraca
al lago, quedó embarazada. Así, nació el primer
antepasado de los manchu. En una crónica histórica
una anécdota sobre los Sushen, antepasados de los manchu,
cuenta que el año 496 a.c, cayó en el palacio real
del reino de Chen, una aguila herida por una flecha muy grande.
El rey convocó a todos los sabios del reino a fin de saber
el origen de la flecha, pero ninguno pudo darle una explicación
razonable. Fue entonces cuando decidió pedir ayuda al famoso
filósofo Confucio, que se encontraba de viaje en el reino
de Chen. Al ver la flecha, Confucio le dijo: Es una dardo de los
Sushen. Ellos viven en el noroeste de China, dedicados a la cacería.
Probablemente, ésta sea la primera aparición de la
etnia de los Machu en la hisoria. En el siglo VIII, los descendentes
de los Sushen, denominados Mohe, designaron sus propias autoridades
bajo la administración de la dinastía Tang. En los
siguientes siglos, se les conoció como Nuzhen. El año
1115, enfrentándose con la dinastía Song, los Nuzhen
establecieron la dinastía Jin en el norte de China, la cual
fue derrotada por los Mongoles. En el siglo XVII, la familia Aixin
Jueluo encabezada por Nu Erhachi, unificó las tribus, y les
dió el nombre definitivo a la etnia: los Manchu. Despuées
de una serie de victorias en una guerra intensa, conquistó
toda China y fundó la dinastía Qing, la última
dinastía imperial de la historia china. Como los manchu eran
una minoría, para gobernar y controlar todo el país,
se vieron obligados a aceptar la cultura de los Han, sin renunciar
al propósito de salvaguardar y expandir sus propias tradiciones.
Así, tomando como base la escritura mongola., se inventó
su propia escritura. Además impusieron en todo el país
un mismo estilo en el vestir y en el modo de llevar el pelo.
En la antiguedad,
los hombres Manchu solían afeitarse la parte frontal de la
cabeza para evitar que los pelos les cubrieran la vista en la caza
y en la lucha, pues eran cazadores y guerreros. Además, trenzaban
la parte posterior. Durante la noche, luego de la ardua jornada,
la trenza les servía de almohada. Los Manchu tenían
la crencia al cielo, pues allí habitaba el alma. Por eso,
si una persona moría fuera de su tierra matal, podía
ser enterrado allí mismo, pero alguien tenía que llevar
su trenza a su familia. Cuando la dinastía Qing unificó
China, este modo de peinarse fue obligatorio en todo el país.
Las mujeres manchu solían hacerse un mono y ponerse una tabla
cuadrada encima. Tanto sobre el mono como sobre la tabla, ellas
llevaban joyas y flores. Incluso, algunas insertaban un pequeño
florero lleno de agua en el monos para dar vida a la flor que llevaban.
Cuando estalló la Revolución de 1911, El peinado occidental
empezó a desplazar al peinado Manchu.
En comparación
con las mujeres de los Han, las mujeres manchu tenían más
libertad. Desde muy niñas empezaban a estudiar equitación
y tiró al arco junto con los niños. Y no se vendaban
los pies. Las mujeres Manchu usaban un tipo de zapatos de taco alto,
que no se ubicaba en el tacón sino en la parte central de
zapatos. Como la mayoría de las mujeres Manchu son altas
y delgadas, calzadas con este tipo de zapatos, se veían más
esbeltas y elegantes, pero tenían que andar en forma lenta.
El estilo en
el vertir de los Manchu ha dejado una influencia bastante notable
en la ropa de hoy. Por ejemplo, el "qi pao", una falda
cenida y larga con aberturas desde medio muslo que destaca el perfil
femenino, es considerado como la prenda de vestir más representativa
de China. Y el traje "zhong shan zhuang", en que destaca
la chaqueta de cuello cerrado con una hilera frontal de botones,
fue durante muchos años, el estilo nacional de vestir entre
los hombres. La prenda fue diseñada y usada por el líder
de la Revolución de 1911, doctor Sun Yat-sen. Es una mezcla
de los estilos occidnetal y manchu.
En invierno,
la zona nororiental de China, la tierra natal de los Manchu, siempre
es azotada por un frío riguroso. En la antiguedad, los Manchu
solían rellenar los zapatos con un tipo de hierba que servía
para proteger los pies contra el frío. Esta hierba se llama
"wu la", que en lengua nativa significa "que crece
a la orilla del río". Esta hierba, junto con la raíz
del gingshen y el mogote, son considerados como "los tres tesoros
de la zona nororiental". Antes, sólo la ente rica podía
consumir estos dos últimos productos; sin cambio, la hierba
"wu la" era un verdadero tesoro para los pobres. Pero
hoy en día, gracia a la mejora del nivel de vida, el cultivo
de gingshen y la domenticacio de ciervos en gran escala, la gente
común también tiene acceso al consum de estos preciosos
productos medicionales. Actualmente, abrigarse los pies con la hierba
wu la solo es un recuerdo del pasado.
Entre otras
costumbres peculiares de los manchu, destaca una, por contrastar
con la de otras etnias vecinas, como la de los coreanos, que aprecían
mucho la carne de perro. Conviene aclarar que , en muchos lugres
de China, hay granjas especiales de perros destinados al consumo.
Por eso, la enorme consideración que tienen los Manchu hacia
estos animales llama la atención. Y es que los Manchu no
sólo no comen carne de perro, sino que rehusan vestirse con
ropa hecha con la piel de este animal, a quien jamás le pegan
ni menos son capaces de matar. Por eso, si uno se encuentra de visita
en un hogar manchu, debe procurar no hacer ningún mal gesto
contra el perrro de la casa, pues el dueño los tomarán
como una ofensa personal. ¿De dónde viene esta especial
relación de los Manchu con los perro? Una leyenda responde
a esta pregunta: una vez, el gran héroe Nu Erhachi fue derrotado
en una batalla y escapó a un juncal llevando por toda acompañía
a su perro. Debido al excesivo cansacio, se quedó profundamente
dormido, sin darse cuenta de que sus enemigos prendían fuego
a los juncos. Nu Erhachi, entre tanto, seguían dormido. El
perro, en cambio, alerta a todo lo que pasaba, corrió hasta
una riachuelo, empapó su pelambre en agua, regresó
y se revolcó humedeciendo la zona que circundaba a su amo.
Repitió esta operación incontabels veces hasta que
cosignó impedier que el fuego llegara a tocar a Nu Erhachi,
quien, de este modo se salvó, pero no el animal, pues murió
de cansancio. Desde entonces, el perro empezó a ser venerado
por los manchu.
Otra costumbre
tradicional de los Manchu consiste en costruir sus casas levantando
un muro, entre el patio y la puerta principal. Aunuqe otras etnias
de China también tienen la misma costumbre, los Manchu le
dan a ella una peculiar tradición. Según una antigua
leyenda, en el mundo de los mortales, existía un monstruo
enmascarado que devoraba las almas de las personas, pero si uno
también llevaba mascara, el monstruo dejaba de asediar a
su lama. Así, tratándose de la casa, este muro era
considerado como una mascara que protegía a los dueños
de casa del acecho del monstruo enmascarado. Pero había algo
más detras del muro, se alzaba un palo, en cuyo extremo se
colocaba un recipiente lleno de granos de cereales y entrañas
de animales, una ofrenda a las urrucas y los cuervos, pájaros
sagrados para los Manchu.
Desde tiempo
inmemorial, la actividad primordial de los Manchu era la cacería.
Tanto arraigo tenían en ellos esta afición, por esta
actividad, que, incluso, cuando llegaron al dominio del imperio,
cada otoño, en Chengde, un valle próximo a Beijing
comprendido entre la Sierra de Yanshan y la estepa de Mongolia,
el propio emperador encabezaba una opulentas faenas de caza, probablemente,
las más grandes de la historia. El coto de caza alcanzaba
una extensión de 15,000 kilómetro cuadrados, y los
cazadores eran más de 10,000 soldados imperiales. Cada vez,
al final de la jornada, los generales y soldados solían ofrecer
sus piezas al emperador, quien otorgaba un premio especial al mejor
cazador. Por la noche, incendían hogueras que alumbraban
la estepa, y bebían, cantaban y bailaban alrededor de fuego.
En cierto sentido, tratándose a los Manchu, la caza era algo
así como una maniobra militar. En el valle de Chengde, no
sólo se agrupan las suntuosas edificaciones del palacios
imperial, sino también se levantaban monumentales templos
lamaístas, donde los emperadores de la dinastía Qing
recibían a los Dalai Lama y a los Banchan Lama. En la actualidad,
todos estos colocales restos arqueológicos superviven desafiando
al tiempo en el valle de Chengde. Además, debido a la cercanía
a Mongolia, los emperdores siempre invitaban a los príncipes
mongoles a participar en la caza. Como se puede advertir, esta actividad
también condolidaba los lazos entre las diferentes etnias
de China.
Las actividades guerreras de los Manchu alcnazaban niveles épicos.
Cuando el héroe Nu Erhachi empezó la guerra de unificación
de los Manchu en 1583, sus soldados sólo disponían
de 13 armaduras. En 1636, su hijo Huang Taiji fundó el Imperio
Qing en el noroeste de China. Y unos años después,
los Manchu conquistaron toda China. Toda esta serie de triunfos
militares se debieron a su peculiar sistema militar, que distribuía
a la población en "ocho banderas". Todos los Manchu
pertenecían a cada una de estas banderas: la amarilla, la
blanca, la roja, la azul y las cuatro con ribete de difertente color.
Antes, tanto en la caza a gran escala como en las batallas, las
ocho banderas tenían su posición fija en el ala izquierda
o derecha. Esto, que daba pie para que se desatara una gran competencia
entre ellas, es el objetivo escencial de sistema. La bandera que
lograba más efectividad en la batalla, tenía la mejor
porción del botín. Cada soldado tenía un pedazo
de tierra y un salario anual. Generalmente, los Manchu alquilaban
la tierra al fin de poder entregarse a una vida ociosa; cuando se
desataba una guerra, se agrupaban bajo su propia bandera. Los soldados
de las ocho bandera desempeñaron un rol muy importante en
la salvaguardia de la intergridad territorial y la lucha contra
invasión extranjera. El hecho de que le dieran importancia
a la protección de todas las ciudades importantes, explica
que actualmente, los Manchu se hallen distribuidos en todo el país.
Hasta hoy día, cunado dos manchu desconocidos se coinciden,
siempre se preguntan a cuál de las banderas pertenecen. En
la dinastía Qing, los hombres Manchu eran soldados profesionales,
a quienes, salvo las actividades militares, se les prohibía
tener otros oficios. Debido al largo período de paz, desde
mediados de la dinastía Qing, los Manchu se dedicaron a las
actividades culturales, tales como al literatura, el arte de la
caligrafía, música, ect. Entre los intelictuales manchu,
el más famosa es Cao Xueqin, autor de la novela clásica
"Sueños en el Pabellón Rojo", que no sólo
refleja panorámicamente la sociedad de mediados de la dinastía
Qing, con sus taras feudales causantes de tragedia, sino también
destaca los más profundos y los más eterno del alma
humana. Hasta hoy día, los Manchu todavía mantienen
un nivel de educación más alto que promedio nacional.
Muchos de ellos, con famosos artistas, escritores y expertos en
difertente áreas.
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