los
Jing
Con
una población de 19 mil habitantes, la etnia de los Jing
viven principalmente en las islas de Wuwei, Wutou y Shanxin de la
Región Autónoma de la Nacionalidad Zhuang de Guangxi.
Debido a la situación geográfica del área en
que viven, la mayoría de los Jing se dedica a la pesquería.
En los últimos años han venido dando mayor atención
a la agricultura, el procesamiento del pescado y el cultivo de perlas
del mar. Y de perlas en sentido figurado podemos mencionar que en
la tradición cultural de esta etnia, se atesora tres perlas
de singular valor: la Fiesta del canto, la danza del bambú
y el Duxianqin, instrumento musical típico de una sola cuerda.
Como otros
grupos étnicos de China, los Jing también celebran
la fiesta del canto, ocasión en que los jóvenes entablan
relaciones sentimentales a través del canto. En la celebración,
tanto chicos como chicas pasean por la playa o por el bosque. La
iniciativa de la relación le corresponde al chico ,de modo
que cuando encuentra la joven que cautiva su corazón, le
arroja hojas de árboles. Si ella es tocada también
por el llamado del amor, expresa su acuerdo haciendo lo mismo. Entonces
los dos salen de la muchedumbre y empiezan un diálogo a través
de las canciones, sea en la playa o en el bosque.
La danza del
bambú es un acto de extraordinaria habilidad de los bailarines.
Para los Jing es, además de una expresión artística,
un rito a através del cual se reza por la buena cosecha.
En la danza del bambú, muy popular en otros países
asiáticos, especialmente en Malasia, intervienen, además
de las chicas que bailan, 8 hombres divididos en dos grupos de cuatro
que se colocan frente a frente, a una distancia adecuada, la que
permite a cada cual coger el extremo de cuatro cañas de bambú.
Al son del tambor, ellos marcan el ritmo haciendo chocar las cañas
y separándolas, siempre al ras del suelo. Las chicas bailan
dando saltos entre las cañas, con sorprendente habilidad,
para evitar ser golpeadas por ellas. Entre los instrumentos musicales
de la etnia destaca el de una sola cuerda, en el que es posible
interpretar piezas de complicada estructura melódica. El
origen de este singular instrumento se halla explicado en una leyenda.
Según ella, en tiempos remotos, un huérfano decidió
un día salir de casa en busca de la felicidad. A poco de
iniciar sus andanzas, se topó con un gran lago, en cuyas
orillas vio a un anciano, a quien le confió su objetivo.
"Puedes hallar la felicidad" , le dijo, "si puedes
conseguir tres cosas: un pelo de la barbilla del dragón,
un melón de características muy especiales y una madera
divina. " El huérfano logró conseguir las tres
cosas luego de incalculables dificultades. Pero no salía
feliz. Entonces se dio cuenta de que con esos materiales podía
hacer un instrumento musical de una sola cuerda. Cuando lo terminó,
el anciano, que había vuelto a aparecer, le dijo que por
fin la humanidad podía ser feliz escuchando las melodías
interpretadas en ese instrumento musical.
La búsqueda
de la felicidad, un afán en que se halla embarcada desde
siempre la humanidad entera, se manifiesta en los Jing en otra de
sus costumbres: su preferencia por el dulce. Así, por ejemplo,
el mejor modo que tienen ellos de agasajar a sus huéspedes
es ofrecerles sopa dulce de arroz glutinoso, almíbar de frijol
verde o de camote. Entre los Jing, el azúcar o cualquier
alimento dulce es un tesoro que simboliza la felicidad y, por eso
mismo, es uno de los regalos más apreciados en los casamientos.
Pero su gastronomía no se limita a las comidas dulces. Otro
plato que merece mencionar es el caldo de pescado encurtido, propio
de esta etnia. Para señalar sus bondades, ellos cuentan que
cierto emperador lo probó una vez y vivió toda su
vida evocando su inolvidable sabor.
Hay otro plato
ligero y delicioso hecho de arroz triturado en agua caliente. Una
vez desmenuzado al máximo, se inicia otro proceso al cocerlo
al vapor hasta que se forme en la superficie una nata. En este momento,
se le añaden granos de sésamo, previamente tostados
y convertidos en algo tan liviano que puede flotar en el aire. Este
mismo plato, de consistencia glutinosa, casi como una gelatina,
se suele cortar en tirillas que luego se ponen a secar. Con motivo
de las fiestas y del Año Nuevo los Jing preparan una sopa
de cangrejos, caracoles, camarones y estas tirillas.
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