los
Bai
Los
Bai que cuenta con una población de un millón ciento
32 mil habitantes y posee su propio idioma y escritura.
Los Bai viven principalmente
en la Prefectura Autónoma de la Nacionalidad Bai de Dali,
una antigua zona de importancia histórica y cultural. Como
allí hace buen tiempo en las cuatro estaciones, los Bai tienen
la costumbre no sólo de plantar árboles y flores sino
también de extasiarse en su contemplación. Casi en
todas las familias hay un macizo donde cultivan flores de todas
las estaciones. Al mismo tiempo plantan perales, melocotoneros,
granados, etc.
El 14 del segundo mes
lunar es la fiesta del culto a las flores. Aquel día, para
llamar la atención de la gente que concurre a dicha actividad,
delante de cada vivienda se exhiben macetas con plantas en pleno
florecimiento. Cuando llega el otoño, época en que
florecen los laureles, a las muchachas les gusta llevarse un ramito
de esta flor, en razón de que les sirve de ornamento y de
perfume; además, las flores simbolizan nobleza de sentimientos
y pensamientos.
A los Bai les parece
elegante el color blanco, pues en chino Bai significa blancura.
Arrollan la trenza con un hilo rojo, lo enroscan en la cabeza y
lo envuelven en un pañuelo bordado. La ropa de las muchachas
es la más bonita. Llevan una chaqueta blanca cenida de tela,
sobre la que se ponen otra roja de pana, y unos pantalones azules,
en una demostración de armonía de colores. La cinta
de la falda que flamea al viento y el delantal bordado que aprieta
la cintura ponen de manifiesto el talle fino y atractivo de las
mujeres.
Además del vestido
de variados colores, las chicas de la zona de Er Yuan suelen usar
un sombrero en forma del ave fenix, cuyo origen es referido por
una leyenda popular que asegura que una vez, dos hermanas se perdieron
en la montaña donde vivía el ave fenix. Como eran
bellas y bondadosas las dos, el ave dorada les regalo sombreros
de la misma forma ya mencionada. Al ponerselos las hermanas, vieron
como se acrecentaba su belleza.
Cierto día el
emperador se encontró con la hermana mayor durante la cacería,
la llevó con violencia al palacio e intentó apoderarse
de ella, pero la muchacha, al ver que no le quedaba forma de escapar,
se suicidó. Al saber la noticia funesta, la hermana menor
vino a la capital, con el sombrero puesto y el rey, al verla, se
sintió atraido por su elegancia y quiso casarse con ella.
Esta vez, ante la propuesta, la hermana fingió sentirse feliz,
pasó a los aposentos del rey y el día de la boda lo
envenenó, vengando así, a su hermana mayor.
En memoria y homenaje
de las dos chicas de probada honestidad y rectitud, empezó
la tradición de usar ese tipo de sombrero entre las mujeres
Bai de la zona de Er yuan.
Cada etnia tiene sus
propias peculiaridades alimentarias y, por supuesto la de los Bai
no es una excepción. Así, en esta área, cabe
mencionar el té tostado. Cuando llegan huéspedes a
la casa de los Bai, el anfitrión arroja un poco de té
verde en una vasija puesta en el fogón. Cuando el té
se dora y despide el aroma, echa un poco de agua hirviendo y al
mismo tiempo que se escucha chasqueteos semejantes a truenos, se
ve elevarse del fondo la espuma en forma de una bola bordada. Luego
echa más agua hirviendo a la vasija y queda listo el té
tostado. Los Bai suelen añadir agua en tres ocasiones para
seguir tomando el té. Al comienzo, tiene un sabor amargo
y al añadir agua por segunda taza, se la añaden también
pedacitos de nuez, azucar moreno y miel. Cuando los huéspedes
terminan la infusión en la taza, vendrá el tercer
té. Este contiene azúcar rojo y una especie de producto
lacteo. A este te lo llaman " te perfumado". Es decir,
para recibir a los visitantes los pueblos de la etnia Bai ofrecen
necesariamente 3 veces el té de diferentes sabores.
En Dali, la zona en
que viven los Bai, hay tres cosas consideradas como tesoros: el
mármol, el batik y los sombreros de paja. En cualquier situación,
la mayoría de los jóvenes Bai llevan consigo un sombrero
de paja, que aparte de servir para defenderlos del sol y de la lluvia,
les sirve también de prueba de amor. Casi todas las mujeres
Bai de la zona de Erhai saben tejer sombreros de paja. Por eso,
se dice que en la habilidad con que tejen el sombrero se refleja
la inteligencia de las mujeres. Cuando llega la Feria del Tercer
mes lunar, sacan a la venta una gran variedad de sombreros de paja.
La Feria del tercer
mes lunar, que dura seis días, desde el 15 hasta el 20 del
tercer mes lunar, es una fiesta típica de la etnia Bai a
la cual concurren centenares de miles de personas de diversas etnias.
En dicho mercado, los caballos y los medicamentos son los productos
de mayor demanda, en razón de que los caballos no son altos
ni grandes, pero si fornidos y diestros en subir montañas.
Las medicinas tradicionales son siempre acogidas por los comerciantes.
Durantes los 6 días de la fiesta hay también actividades
divertidas tales como danzas, óperas locales, juego de faroles
festivos. A poco de finalizar la Feria del Tercer mes lunar, empieza
la temporada de cultivar plantones. Resuelta sumamente interesante
ver como cuatro músicos tocan ánimadamente melodías
mientras los demás realizan las faenas agrícolas para
marcar el ritmo del trabajo.
Según una leyenda
de la etnia Bai, antes había una Diosa de la música
que, al ver que todos trabajaban duramente, llevó tres recipientes
de canciones y las distribuyó entre los habitantes. Con ello,
pensó aliviar su cansancio. Cuando llegó a la zona
de Dali, cayó enferma y murió. Se propagó en
los lugares donde moraban los Bai. Desde entonces, todos tienen
el convencimiento de que cuando más trabajan, más
música nececitan.
Todo el mundo está
enterado del carnaval de Brasil y de la fiesta de San Fermin de
España. No obstante, quizá nadie sepa una especial
celebración de los Bai, entre los días 23 a 25 del
cuarto mes lunar. El objetivo principal de la fiesta es venerar
a tres Espíritus; es decir, al Díos de Cangshan, al
héroe que mató una vibora y a la hija del emperador
que fundó el antiguo reino de Dali y a su marido. La fiesta
es un auténtico carnaval en que todos cantan, bailan, comen
y se divierten a lo grande.
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