Protección de los derechos de las mujeres y los niños
     
 

En la vieja China, la mujer no tenía derecho a participar en los asuntos políticos. Después de la fundación de la nueva China, los derechos de las mujeres a la participación y a la administración de los asuntos estatales y sociales están garantizados conforme a la ley, elevándose sin cesar el nivel de su participación. El porcentaje de diputadas a la I Asamblea Popular Nacional, convocada en 1954, fue del 11,9% y entre los diputados a la IX Asamblea Popular Nacional, electos en 1998, figuraron 650 diputadas, lo que suponía el 21,81% del número total. En la I Conferencia Consultiva Política Nacional, los miembros del sexo femenino ocuparon un 6,6% del total y en la IX Conferencia Consultiva Política Nacional figuraron 341 mujeres, representando el 15,54%. De los representantes del XV Congreso Nacional del Partido Comunista de China, 344 son mujeres, siendo un 16,8% de la totalidad. Actualmente, entre los dirigentes del Estado figuran 4 mujeres, en el Consejo de Estado trabajan 18 ministras y viceministras, y en todos los grupos dirigentes del Partido y de los gobiernos de 31 provincias, regiones autónomas y municipios directamente subordinados al Poder central de todo el país se cuenta con la participación femenina, cuyo número total es un 46,47% más elevado que hace cinco años. A finales de 1997, entre los funcionarios de los órganos estatales, y el personal administrativo y técnico de empresas e instituciones estatales, 13.838.000 personas eran mujeres, representando el 34,4%.

En la vieja China, las mujeres tenían pocas oportunidades de ser empleadas. Ahora, además de los derechos, iguales que los hombres, al trabajo y al empleo, disfrutan de los derechos a igual salario por igual trabajo y a la protección laboral particular conforme a la ley. En 1949, en todo el país sólo había 600.000 empleadas y obreras, el 7,5% del número total de los empleados y obreros. En 1998, 340.670.000 mujeres servían en algún puesto de trabajo. Esta cifra fue el 48,7% de la población empleada social, y superior al promedio mundial del 34,5%. En las zonas rurales de China, de los 450 millones de mano de obra, 320 millones se dedican a la producción agrícola lo que supone el 71%, y de estos últimos, 210 millones son mujeres ocupando el 65,6%. Sólo en cinco países del mundo, el salario de la mujer llega al 80% del salario del hombre, y en China el salario del sexo femenino alcanza al 80,4% del salario del sexo masculino. Las trabajadoras son objeto de atención especial durante menstruación, embarazo, parto y lactancia. Las empleadas y obreras parturientas disfrutan de un permiso de maternidad de tres meses manteniendo su salario normal.

En la vieja China, el 90% de las mujeres eran analfabetas. En 1997, la tasa de analfabetismo femenino se redujo al 23,2%, llegando al 8,5% entre las jóvenes y las de edad adulta. El ingreso en las escuelas de las niñas en edad escolar subió del 15% en 1949 al 98,86% en 1998, y se garantizó en lo fundamental el derecho de las niñas a recibir la educación obligatoria. Desde 1990, la diferencia entre los niños y las niñas escolarizados se ha reducido del 1,28% al 0,1%. En China, en 1998, el nivel de educación del sexo femenino era de 6,5 años per cápita. La proporción representada por las estudiantes pasó del 19,8% en 1949 al 38,3% en 1998 en los centros docentes superiores regulares; del 26,5% en 1950 al 46,5% en 1998 en las escuelas secundarias; y del 28% en 1951 al 47,6% en 1998 en las escuelas primarias. A finales de 1998, en la Academia de Ciencias de China y en la Academia de Ingeniería de China existían 62 académicas femeninas, lo que suponía el 6% del total, y un porcentaje superior al de otros países del mundo.

El estado de la salud de las mujeres chinas mejoró notablemente. En 1949, únicamente había, en todo el territorio nacional, 9 centros sanitarios para mujeres y niños, con pocas camas de hospital y escaso personal. En 1998, funcionaban 514 hospitales de cuidados materno-infantiles y de obstetricia con 87.000 camas de hospital y 82.000 empleados sanitarios, y 2.724 centros de salud para mujeres y niños con 88.000 empleados sanitarios. En forma preliminar, se ha constituido una red de asistencia médica para mujeres y niños, que cubre casi todo el territorio nacional. En los primeros años de la nueva China, el servicio médico y sanitario era muy atrasado. Se recurría en general a métodos anticuados en la asistencia al parto y la tasa de mortalidad de embarazadas y parturientas llegó al 15‰. En 1998, existían, en todo el país 47 hospitales de obstetricia, 108.634 médicos, y el número de comadronas profesionales aumentó de 13.900 personas en 1949 a 48.696 personas y las comadronas del área rural se totalizaron en 310.000 personas. Las parturientas ingresadas llegaron al 66,8%. Los partos asistidos con la nueva metodología en el ámbito rural fueron el 94,5% y la mortalidad de embarazadas y parturientas descendió al 0,562‰. La esperanza de vida de las mujeres se elevó de 36 años en 1949 a 73,2 años en 1997, 4,5 años más que la de los hombres y 8 años por encima de la esperanza de vida de 65 años de las mujeres del mundo que anunció la ONU para el año 2000.

China aplica medidas efectivas para impulsar el servicio médico y sanitario de los niños y garantizar su salud y vida. En 1949 existían en todo el país 5 hospitales infantiles con 139 camas de hospital. En 1998, China ya tenía establecidos 37 hospitales infantiles con 9.808 camas de hospital y 60.446 pediatras. Además, en más de 15.000 hospitales, a niveles de distrito y superiores, se han instalado departamentos de ginecología, obstetricia y pediatría. La incidencia del tétano en los neonatos bajó al 0,27‰. La mortalidad de los neonatos descendió del 200‰ en los primeros años de la nueva China al 33,2‰ en 1998 y la de los niños menores de 5 años fue del 42‰. El estado de salud de los niños chinos mejoró de forma evidente. En 1997, las tasas de mortalidad de los niños menores de 5 años por diarrea y pulmonía descendieron respectivamente el 67,8% y el 44,6% respecto al año 1991. La incidencia y la mortalidad por el sarampión bajaron el 98,1% y el 99% en comparación con el 1978. La tasa de vacunación planificada para los niños de un año de edad llegó al 96% contra el bacilo de Calmette-Guérin; al 96%, contra los bacilos de tos ferina, difteria y tétano; al 97%, contra la poliomielitis; y al 95%, contra el sarampión.

Se elevó rápidamente el nivel de la educación infantil. En 1990, el ingreso en guarderías infantiles de los niños de 3 a 6 años fue del 32%; a finales de 1998, había en todo el país 180.000 guarderías infantiles con 24 millones de niños registrados, estando el ingreso de los niños que iban a empezar sus estudios en escuelas primarias al año siguiente en torno al 70%. Según una encuesta de muestreo entre los alumnos del primer curso de escuelas primarias de todo país el 94,8% de ellos habían recibido educación preescolar.