Tratamiento y ayuda a los drogadictos
| ||||
Las leyes chinas estipulan que los drogadictos deben abstenerse de consumir drogas. Actuando en consecuencia, los departamentos correspondientes de los distintos lugares del país han establecido un sistema de registro y seguimiento de la población toxicómana y han creado una red de investigación del abuso de los medicamentos, con el fin de reunir los datos y los materiales necesarios para controlar a tiempo la situación de los drogadictos. El Consejo de Estado promulgó las Medidas para la Implementación de la Abstinencia Forzosa, mientras que los departamentos correspondientes elaboraron las Directrices de las Terapias Estándares de Abstinencia para la Deshabituación del Opio, así como el Reglamento sobre el Control de los Medicamentos Destinados a la Abstinencia de las Drogas. Con todo ello, se ha conseguido estandarizar en el ámbito nacional la labor terapéutica y abstinencial. El Estado no sólo ha establecido centros de investigación sobre la adicción a los medicamentos, centros de seguimiento de su consumo abusivo, centros de deshabituación de los fármacos y laboratorios de estupefacientes, sino que organiza a los especialistas y a las instituciones de investigación que se dedican al estudio de los métodos científicos de abstinencia y de los medicamentos destinados a la abstinencia. Partiendo de la situación nacional, China aplica múltiples métodos para ayudar a los drogadictos a abstenerse de consumir drogas, entre los cuales la abstinencia forzosa es la principal. Los consumidores habituales de drogas son ingresados en centros de abstinencia forzosa establecidos por los gobiernos de los distintos niveles; a quienes recaen en el consumo de drogas después de abandonar los centros de abstinencia forzosa, se les interna en centros de abstinencia mediante el trabajo obligatorio administrados por los departamentos judiciales; a los drogadictos para quienes el ingreso en los centros de abstinencia forzosa se considera inadecuado, se les da un plazo para que, bajo la tutela de sus familiares y con la ayuda y la supervisión de las comisarías de policía locales, abandonen su hábito. Además de todos estos métodos, en las entidades médicas de algunos lugares se aplica una terapia consistente en que los toxicómanos abandonen su adicción por sí mismos; en dichas entidades se trata a los drogadictos que deciden abstenerse del consumo de drogas por voluntad propia. Adoptando medidas acordes con las circunstancias locales, algunas zonas han conseguido que las organizaciones de base y las asociaciones sociales supervisen a los drogadictos y les ayuden a abandonar su adicción. En China, las dos principales terapias para la curación de los toxicómanos son el ingreso en los centros de abstinencia forzosa y en los centros de abstinencia mediante el trabajo obligatorio. Estos dos tipos de centros son escuelas especiales en las que se educa y socorre a los drogadictos. El Reglamento sobre de la Abstinencia Forzosa contienen estipulaciones concretas y explícitas sobre el establecimiento, la administración, las terapias abstinenciales, las condiciones de vida y otros aspectos de los centros de abstinencia forzosa. Tanto los órganos de seguridad pública como los órganos judiciales han elaborado reglamentos al respecto, aplicando una administración tipificada y estandarizada en ambos tipos de centros. Los gobiernos de los distintos niveles invierten anualmente grandes cantidades en la construcción de dichos centros especiales. Actualmente existen en todo el país 746 centros de abstinencia forzosa y 168 centros de abstinencia mediante el trabajo obligatorio. En 1999 se registraron más de 224.000 abstinencias forzosas y 120.000 drogadictos accedieron a seguir el tratamiento dispensado en los centros de abstinencia mediante el trabajo obligatorio. Todos los centros de abstinencia siguen las directrices de educar, formar y socorrer a los drogadictos, y son gestionados de forma estricta, científica, civilizada y conforme a la ley. En los centros de abstinencia, a los internos se les trata con terapias seguras y científicas, se les imparten conocimientos legales y morales, y se les educa estrictamente en un comportamiento correcto. Dichos centros, organizan a los internos para que adquieran conocimientos científicos y culturales, lleven a cabo una amplia gama de animadas actividades recreativas y deportivas, y realicen los trabajos físicos adecuados, de modo que su salud se fortalezca y aprendan alguna ténica para ganarse la vida. Los beneficios generados por el trabajo de los internos se destinan íntegramente a la mejora de sus propias condiciones de vida. Los centros de abstinencia respetan y garantizan plenamente los derechos e intereses legítimos de los internos, aplican el sistema de hacer públicos los asuntos policiales y aceptan la supervisión de los diputados de las asambleas populares y de los representantes de los distintos círculos sociales. En colaboración con los departamentos de la lucha contra las drogas y los departamentos de control de epidemias, llevan a cabo los trabajos de supervisión y tratamiento del SIDA, así como campañas de información sobre esta enfermedad. En algunas provincias, los centros de abstinencia se encargan del seguimiento de la evolución del SIDA entre la población toxicómana. En Yunnan, Guizhou, Gansu, Guangdong y otras provincias, algunos centros de abstinencia crearon una nueva experiencia de administración estandariza-da que se caracteriza por el "tratamiento médico hospitalizado, el establecimiento de diversos niveles educativos, el ajardinamiento del entorno y el restablecimiento de la salud corporal por medio del trabajo físico". A estos centros los internos los llaman "centros para nacer a una nueva vida tras abstenerse de consumir drogas". Con el objetivo de resolver el difícil problema planteado por el alto índice de recaídas en el consumo de drogas, el Gobierno chino, apoyándose en las masas populares y movilizando a todas las fuerzas sociales, sigue apoyando y formando a quienes son dados de alta de los centros de abstinencia. Los órganos de seguridad pública, las organizaciones de las zonas urbanas, las entidades y los familiares han emprendido una cooperación estrecha con los centros de abstinencia, han combinado la terapia de abstinencia forzosa con el refuerzo de los éxitos con la ayuda y la educación social, han establecido un sistema de ayuda y de educación social, y han formado pequeños grupos de diversos tipos para poner en práctica las medidas de ayuda y de educación social. Los sindicatos, las unidades de la Liga de la Juventud Comunista, las federaciones de mujeres, las asociaciones de trabajadores autónomos y otros grupos sociales utilizan plenamente sus propios recursos y prestan ayuda de la manera apuntada a las mujeres, los empleados, los obreros, los adolescentes, los jóvenes y los trabajadores autónomos que forman parte de la población toxicómana. Estas iniciativas han dado muy buenos resultados. En China, los gobiernos de los distintos niveles y las organizaciones de base ayudan activamente a las personas dadas de alta de los centros de abstinencia a resolver las dificultades concretas de la vida y del trabajo, y velan por que no sean discriminadas al buscar trabajo o al ingresar en las escuelas. Son muchas las personas que logran dejar su adicción, se reintegran en la sociedad y nacen a una nueva vida. La prohibición del consumo de drogas y la abstinencia forzosa son dos medidas de gran importancia para eliminar de raíz el problema de las drogas. En los últimos años, Mongolia Interior, Yunnan, Guangxi, Guizhou y otras provincias y regiones autónomas se han centrado primero en la ayuda y la educación social; a continuación, han desarrollado actividades de creación de "zonas residenciales sin drogas"; y, finalmente, han abierto una vía consistente en realizar primero su labor en las zonas residenciales de base, apoyándose en los pilares de la prohibición del consumo y la abstinencia, para fomentar seguidamente la prohibición de las drogas. Las etapas fundamentales de este nuevo enfoque son las siguientes. Tomando como entidades las pequeñas zonas residenciales (es decir, por lo general barrios residenciales en las ciudades y poblados y cantones en las zonas rurales) y bajo la dirección unificada de sus órganos ejecutivos, se establecen para determinada zona residencial un mecanismo administrativo de control de las drogas y un sistema de responsabilidad por los trabajos; se delimitan las responsabilidades en la lucha contra las drogas y se distribuyen entre los grupos y los individuos de la zona para que unos y otros sepan qué tarea les corresponde en el esfuerzo conjunto por alcanzar la meta de erradicar las drogas y crear "zonas residenciales sin drogas"; sobre esta base, se amplía sin cesar el área de cobertura de las "zonas residenciales sin drogas"; finalmente, la meta de erradicar las drogas se materializa en todo un distrito, un municipio y una provincia. Baotou, municipio de la región autónoma de Mongolia Interior, constituye un excelente ejemplo de cómo China ha procedido en la creación de "zonas residenciales sin drogas". En Baotou, el problema de las drogas había llegado a ser muy grave; no obstante, a partir de 1994, basándose en los sólidos cimientos de la prohibición del consumo y la abstinencia, se llevó a cabo en todo el municipio la campaña de establecer la "zona residencial sin drogas" y se creó y se puso en práctica de manera general el sistema de distribución de responsabilidades en la lucha contra las drogas, llegándose hasta los grupos de ayuda y educación en el eje longitudinal y hasta todas las entidades de base de las zonas jurisdiccionales en el eje transversal. Con ello, se ha conseguido que todo el pueblo participe en la lucha contra las drogas. Los 2.169 grupos de ayuda y educación existentes actualmente en Baotou, donde el índice de abstinencia de duración superior al año llega al 70 por ciento, han prestado ayuda a más de 2.000 drogadictos. Recientemente, se han creado 1.436 "zonas residenciales sin drogas", cifra que representa el 90,2 por ciento del número total de zonas residenciales, con lo que se ha alcanzado en lo fundamental el objetivo de eliminar los daños que las drogas causan a la sociedad. La práctica demuestra que la creación de las "zonas residenciales sin drogas" es coherente con la situación nacional de China, satisface las exigencias de la estrategia de movilizar a todo el pueblo y de llevar a cabo una gestión integral, y es un medio eficaz para librar de manera continuada la lucha contra las drogas. En 1999, la Comisión Estatal para el Control de las Drogas divulgó por todo el país las experiencias avanzadas de Baotou y de otros lugares, y dispuso que la creación de "zonas residenciales sin drogas" se extendiera al resto de la nación.
|
||||