Acelerado desarrollo de la prensa, la edición,
la radiodifusión, el cine y la televisión
     
 




Antes de la liberación pacífica del Tibet, en la región no había prensa ni industria editorial tal como las entendemos hoy en día. Las escasas imprentas xilográficas existentes se dedicaban casi exclusivamente a la impresión de cánones. Tras la liberación pacífica del Tibet, la prensa y la industria editorial crecieron gradualmente desde la nada. La edición de libros, periódicos y materiales audiovisuales ha experi-mentado un progreso notable, especialmente en los últimos 20 años, sentándose así las bases de un sistema completo de prensa y edición, que cubre toda la región autónoma.


La industria editorial prospera en el Tibet. En esta región autónoma se han fundado sucesivamente cuatro editoriales y una planta de producción de materiales audiovisuales. Durante los más de 30 años transcurridos desde su fundación, las prensas de la Editorial Popular del Tibet han imprimido más de 78,9 millones de ejemplares repartidos entre más de 6.600 títulos. Alrededor del 80% de ellos están publicados en tibetano y cerca de 100 han obtenido premios nacionales y regionales. En la actualidad, en el Tibet hay 25 imprentas de distintos tipos, entre ellas la Imprenta Xinhua del Tibet. En el sector de la impresión se están introduciendo nuevas tecnologías, como la composición electrónica, la litografía en offset, la separación electrónica de colores y la impresión polícroma. Antes de su liberación pacífica, el Tibet no disponía de sistema alguno de distribución de libros que mereciera el nombre de tal. Hoy día, en cambio, cuenta con 67 librerías Xinhua de nivel regional, prefectural o municipal, y distrital, es decir, dispone de una red básica de distribución de libros que se extiende por toda la región autónoma. En los últimos 20 años, a través de esta nueva red se han distribuido más de 90 millones de libros en tibetano correspondientes a más de 8.000 títulos diferentes. La publicación tanto de periódicos como de revistas también avanza de forma constante. Desde que se fundó el Diario del Tibet en 1956 y la Literatura y arte del Tibet en 1977, el número de revistas y periódicos publicados ha aumentado hasta llegar a 52.


La radiodifusión, el cine y la televisión del Tibet se desarrollaron a partir de su liberación pacífica. En 1953 se estableció la emisora de radio con cables de Lhasa; en 1958 se inició la radiodifusión sin cables; en 1959 se instituyó oficialmente la Radio Popular del Tibet; en 1978 se emitieron programas de televisión en blanco y negro con carácter experimental; en 1979 se transmitieron programas de televisión en color a título de prueba; en 1985 se instituyó oficialmente la Cadena de Televisión del Tibet; y en 1995 se inauguró el Centro de Estudio y Doblaje de Programas de Radio y Televisión del Tibet. A lo largo de unos 40 años, el Estado y la región autónoma han invertido más de 530 millones de yuanes en la mejora de la radiodifusión, el cine y la televisión. El Gobierno central y las provincias y municipios hermanos han apoyado al Tibet aportando una gran cantidad de equipos y materiales. Por otra parte, más de 200 técnicos y cuadros distribuidos en 5 grupos se desplazaron al Tibet, donde prepararon a un nutrido grupo de profesionales para la radiodifusión, el cine y la televisión. En la actualidad funcionan en el Tibet 2 radioemisoras, 36 estaciones transmisoras y repetidores de radio en ondas corta y media, 45 repetidores de radio en FM a nivel distrital, 2 emisoras de televisión sin cables, 354 repetidores de televisión y 1.475 estaciones terrestres de emisiones vía satélite. La radio y la televisión llegan, respectivamente, al 65% y el 55% de la población regional. El 75% de la población del municipio de Lhasa y de sus inmediaciones ven la televisión. En las zonas agrícolas y ganaderas, el cine constituye una de las principales opciones culturales. En la región autónoma, hay 436 cines y 650 equipos de base de proyección de películas, así como más de 9.300 locales en los que se proyectan películas siguiendo una programación regular, llegando el número anual de proyecciones a las 130.000 y el de espectadores a los 28,5 millones. Según estas cifras, las masas populares formadas por los campesinos y los pastores ven por lo menos una película al mes. En las zonas agrícolas y ganaderas, las películas se proyectan dobladas al tibetano, de manera que los campesinos y los pastores no tienen problema alguno de comprensión. La radio, el cine y la televisión ya se han convertido en una importante faceta de la vida cultural del pueblo de las diversas etnias del Tibet.