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El Gobierno Popular Central y el gobierno popular de la región
autónoma del Tibet prestan una atención sistemática
a la preservación, la transmisión y el fomento del arte
y la cultura de la etnia tibetana. En los años 50, junto con sus
colegas tibetanos, un numeroso grupo de escritores y artistas de diversas
etnias viajó por la región autónoma recogiendo joyas
de la música y las danzas folklóricas, y de los cuentos,
proverbios y baladas populares. Estos hallazgos culturales fueron sistematizados
y publicados en una serie de libros, como el titulado Baladas tibetanas.
A finales de los años 70, el Estado comenzó a compilar y
sintetizar a gran escala y de manera sistemática el patrimonio
folklórico artístico y cultural de la etnia tibetana. A
partir de los años 80, se instituyeron, tanto a nivel de región
como a nivel de prefectura y de municipio, organismos especializados en
sintetizar y estudiar el patrimonio cultural étnico. Estos organismos,
cuya labor no tiene parangón en la historia, se encargan de fomentar
la recogida, la síntesis, el estudio, la redacción y la
edición de obras literarias y artísticas pertenecientes
a la herencia folklórica tibetana. El gobierno de la región
autónoma del Tibet mandó sucesivamente varios equipos de
investigación a los municipios, poblados, zonas rurales y monasterios.
Los materiales recogidos por esos equipos están formados por manuscritos
en tibetano y en han de entre 20 ó 30 millones de caractéres,
numerosas grabaciones en vídeo y sonoras, y cerca de 10.000 fotografías.
Sobre la base de estos materiales, se redactaron y editaron las obras
siguientes: Historia de las óperas de China - Tomo del Tibet; Colección
de baladas folklóricas de China - Tomo del Tibet; Colección
de las danzas folklóricas de China - Tomo del Tibet; y Colección
de proverbios chinos - Tomo del Tibet. Las colecciones de narraciones
folklóricas, canciones populares, óperas, música
y cuentos populares están en fase de redacción y se van
a editar próximamente. La redacción y la edición
de estas grandes colecciones dedicadas a la literatura y el arte constituyen
una magna contribución a la promoción y la protección
eficaces de la espléndida cultura tradicional del Tibet y de su
brillante literatura y arte popular.
La mundialmente famosa Historia del Rey Gesar, preciada epopeya forjada
por el pueblo tibetano a lo largo de un prolongado período de su
historia, es una maravilla insólita dentro del acervo literario
no ya de China, sino del mundo entero. Se trata de una obra épica
conservada y trasmitida oralmente por rapsodas y juglares. Con el fin
de proteger este tesoro cultural de la etnia tibetana, en 1979 el gobierno
de la región autónoma del Tibet estableció un organismo
especial encargado de apoyarla y sistematizarla, desplegándose
al mismo tiempo una amplia campaña de compilación, estudio
y edición de la obra. El Estado incluyó la Historia del
Rey Gesar entre los proyectos prioritarios de investigación científica
del VI, VII y VIII Plan Quinquenal. A lo largo de 20 años de esfuerzos,
se allegaron más de 300 volúmenes de manuscritos y xilografías.
Aparte de los cerca de 100 volúmenes correspondientes a las versiones
en otros idiomas, se han editado oficialmente 70 volúmenes en tibetano,
cuya tirada total ha sido de tres millones de ejemplares. De este modo,
la Historia del Rey Gesar, que ha existido durante largo tiempo como una
obra literaria oral y cantada, se ha convertido en una gran obra literaria
sistematizada que ha merecido el sobrenombre de "Rey de las epopeyas
del mundo". Al mismo tiempo se han editado más de 20 traducciones
al han, además de las versiones en inglés, japonés
y francés. Esta labor no tiene precedentes en la protección
del patrimonio folklórico literario y artístico de la etnia
tibetana ni en los anales de la edición.
La literatura y el arte modernos del Tibet han recibido un gran impulso
al combinarse con las formas, estilos y características tradicionales
de la etnia. Tras la liberación pacífica del Tibet, un grupo
de escritores y artistas del interior del país se adentraron en
la región autónoma. Mientras profundizaban en la vida real
de los tibetanos, exploraron las excelencias del arte y la literatura
popular de esta etnia y crearon una serie de poemas, novelas, danzas y
bellas obras artísticas, cinematográficas y fotográficas.
De este modo, se introdujeron en la total o parcialmente cerrada sociedad
tibetana nuevas ideas acerca de la literatura y el arte, así como
nuevas experiencias en la creación literaria y artística.
Un numeroso grupo de intelectuales tibetanos aficionados a la literatura
y al arte se incorporaron a las nuevas filas de estas disciplinas artísticas
y produjeron una gran cantidad de destacadas obras literarias y artísticas
con evidentes peculiaridades étnicas. Después de la reforma
democrática de 1959, en el Tibet surgieron un sinfín de
obras literarias y artísticas de gran mérito, que acusaban
ciertas influencias nacionales y foráneas, como los cantos de "En
la montaña dorada de Beijing" y el "Canto de los siervos
manumisos", el canto dramatizado "Paseo por la nueva ciudad",
el canto coreográfico "Canto de la colada", la epopeya
musical y coreográfica "Los siervos manumisos alrededor del
sol", la obra teatral "La princesa Wencheng" y la película
"El siervo". En los últimos 50 años, los trabajadores
literarios y artísticos del Tibet han creado y representado 569
obras literarias, artísticas y teatrales, de las cuales 51 han
obtenido premios nacionales y 121 han ganado premios regionales. En los
últimos 5 años, los conjuntos artísticos profesionales
de la región han ofrecido 4.887 espectáculos, a los que
han asistido más de 2.790.000 personas/veces, lo que representa
una media anual de 400 espectáculos en las entidades de base.
La literatura y el arte de las masas populares se desarrollan vigorosamente.
Después de 1959, en las ciudades y las zonas rurales del Tibet
los siervos emancipados organizaron grupos de aficionados al canto, la
danza y la ópera tibetana. Utilizando las formas artísticas
favoritas de las masas populares, estos grupos compusieron y escenificaron
por iniciativa propia diferentes números sobre la nueva vida que
floreció tras la manumisión. En 1963, se celebró
el primer festival artístico popular de la región autónoma
y se mandó una delegación a Beijing para tomar parte en
un concurso artístico nacional de aficionados de las minorías
étnicas. En ambos eventos, se representaron muchos números
artísticos, caracterizados por la novedad de los temas y la notable
presencia de peculiaridades étnicas, que pusieron de manifiesto
el elevado nivel alcanzado por las masas populares en la creación
literaria y artística. En los últimos 5 años, gracias
al apoyo del Gobierno central y de las provincias y municipios hermanos,
se ha acelerado considerablemente la construcción de las instalaciones
culturales, en las que se han acumulado unas inversiones de 140,46 millones
de yuanes. En la actualidad, el Tibet cuenta ya con más de 400
casas de arte popular, centros culturales y bases de difusión cultural
de varios niveles. En estos locales culturales, pueden practicarse diferentes
actividades recreativas y deportivas. La Biblioteca Regional del Tibet,
inaugurada en julio de 1996, ha recibido a más de 100.000 visitantes.
En el Tibet hay 17 compañías itinerantes de espectáculos
artísticos de nivel distrital y 160 compañías no
profesionales de funciones artísticas y ópera tibetana.
Estas compañías hacen giras artísticas y teatrales
por las zonas agrícolas y ganaderas a lo largo de todo el año,
siendo objeto de la calurosa acogida de las masas populares. Muchos de
sus números artísticos han sido premiados en festivales
artísticos nacionales y regionales. Las distintas prefecturas,
municipios y distritos organizan con frecuencia concursos artísticos
para fomentar el desarrollo de las actividades culturales de las masas
populares. En los útimos años, durante la tradicional fiesta
de Shoton del Tibet, se ofrecen espectáculos de la ópera
tibetana y de cantos y danzas, se disfruta de las tradicionales actividades
culturales en sus más variadas y vivas formas. El Estado ha designado
oficialmente "tierras de las artes populares" al distrito de
Lhozhag (ópera tibetana, cantos y danzas), el distrito de Biru
(artes plásticas populares), el cantón de Chenggo en el
distrito de Gonggar (danzas folklóricas), el cantón de Jiongriwuqi
en el distrito de Ngamring (ópera tibetana) y el distrito de Gyangze
(alfombras y tapices tibetanos). Con una inversión de unos 2,6
millones de yuanes, el Estado construyó en el distrito de Doilungdeqen
el Jardín Cultural Nacional para los niños de las zonas
rurales; y en 1996 formó el Conjunto Artístico de los Niños
y Adolescentes del Tibet. Este conjunto viajó dos veces a Beijing
para presentar sus espectáculos y en 1998 participó en el
Festival Artístico Internacional Infantil de Estados Unidos, cosechando
en ambos eventos un gran éxito. Entre 1995 y 1999, la región
autónoma del Tibet envió a más de 40 conjuntos y
grupos artísticos profesionales y aficionados, con más de
360 personas/veces, a más de 20 países y regiones para presentar
espectáculos artísticos y exposiciones, y efectuar intercambios
académicos. Allí donde iban causaban una gran sensación.
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