Preservación eficaz y utilización activa
de reliquias históricas y libros antiguos
     
 



En el viejo Tibet, la preservación de reliquias históricas era casi una práctica inexistente. Tras la reforma democrática del Tibet, este trabajo atrajo poderosamente la atención del Gobierno Popular Central. En junio de 1959, China estableció la Comisión Administrativa de Reliquias Culturales, Lugares Históricos, Documentos y Archivos del Tibet, comisión que se ha encargado de reunir y proteger una gran cantidad de reliquias históricas, archivos y libros. Al mismo tiempo, el Gobierno Popular Central organizó grupos especiales de trabajo, y los envió a Lhasa, Xigaze, Shannan y otros lugares con la misión de investigar sobre el terreno el estado de las principales reliquias históricas. Nueve lugares, entre ellos el palacio de Potala, el templo de Jokhang, el monasterio de Ganden, la tumba del rey tibetano, el monumento anti-británico erigido en la montaña Dzong de Gyangze y las ruinas del reino Guge fueron incluidos en la primera lista de entidades de protección de importantes reliquias históricas de nivel estatal, publicada por el Consejo de Estado en 1961. Incluso en los tiempos especiales de la "gran revolución cultural", el Primer Ministro Zhou Enlai ordenó que se tomaran medidas especiales para la protección de lugares que albergaban importantes reliquias históricas, entre ellas el palacio de Potala, evitándose así su destrucción. Después de la "gran revolución cultural", el Gobierno Popular Central ha restaurado y protegido oportunamente numerosas reliquias culturales, tarea en la que ha invertido más de 300 millones de yuanes para reparar y reabrir más de 1.400 templos y monasterios. Pero la empresa más ambiciosa ha sido la llevada a cabo entre 1989 y 1994, período en el que el Gobierno Popular Central asignó 55 millones de yuanes y una enorme cantidad de metales preciosos, como el oro y la plata, a la restauración del palacio de Potala. Se trata de una iniciativa sin precedentes en la historia de la labor de protección de reliquias culturales de China. En mayo de 1994, por encargo del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO (institución de la ONU), los especialistas inspeccionaron el renovado palacio de Potala. Según su dictamen, tanto el diseño como la ejecución del proyecto de restauración demostraban estar a la altura de los niveles internacionales más avanzados, de modo que representaban un "hito maravilloso en la historia de la conservación de construcciones antiguas" y suponían "una extraordinaria contribución a la protección no ya de la cultura tibetana, sino de la cultura mundial". En diciembre de 1994, el Comité de Patrimonio Mundial aprobó por unanimidad incluir el palacio de Potala en la Lista de Patrimonios Mundiales por el alto valor que tiene y por la mejor protección que goza. Los delegados de los distintos países apoyaron, además, incluir el templo de Jokhang en la misma lista. En la actualidad, el Gobierno Popular Central destina una partida anual de entre 4 y 5 millones de yuanes al fondo para la protección de las reliquias históricas del Tibet. De 1994 a 1997, el Gobierno Popular Central ha invertido cerca de 100 millones de yuanes en la construcción del Museo de la Región Autónoma del Tibet, que ocupa un área de 52.479 metros cuadrados y cuya superficie construida es de 21.000 metros cuadrados. Se trata de uno de los pocos museos modernos del país.

En 1965 el gobierno popular de la región autónoma del Tibet estableció el comité de administración de las reliquias culturales de la región autónoma, cuya principal misión consiste en gestionar la protección de las reliquias culturales de la región. Dicho comité publicó la lista de 11 entidades que gozan de la protección de nivel regional, como el monasterio de Ramoche, el monasterio de Radreng y el monasterio de Tsurpu, y restauró algunas de ellas cuya preservación exigía una acción urgente. A partir de la década de los 80, la región autónoma del Tibet promulgó una serie de leyes y de reglamentos sobre la protección de reliquias culturales: la Proclama del Gobierno Popular de la Región Autónoma del Tibet sobre el Fortalecimiento de la Protección de las Reliquias Históricas, las Disposiciones Provisionales de la Región Autónoma del Tibet sobre la Administración de las Reliquias Culturales Diseminadas, los Reglamentos Administrativos de la Región Autónoma del Tibet sobre la Protección de las Reliquias Culturales, los Procedimientos Administrativos Relacionados con la Protección del Palacio de Potala, etc. Todo ello permite que las labores de protección de las reliquias culturales del Tibet avancen por el camino de la administración legalizada y normalizada. Al mismo tiempo, los recursos humanos dedicados a la protección de las reliquias culturales del Tibet, que eran un cero, aumentan día a día. Según las estadísticas, en Tibet hay más de 270 personas dedicadas exclusivamente a los trabajos arqueológicos de protección de las reliquias culturales, el 95% de las cuales pertenecen a la etnia tibetana.


En los trabajos arqueológicos relacionados con las reliquias históricas se han logrado éxitos notables. Las excavaciones llevadas a cabo en las ruinas de Karuo, Qamdo, han polarizado la atención de los círculos de reliquias culturales tanto de China como del extranjero. A partir de la década de los 70, los arqueólogos chinos emprendieron diversas excavaciones arqueológicas de reliquias culturales en Tibet, en las que hallaron vestigios de seres humanos del neolítico y del paleolítico, de tal manera que poco a poco se ha ido descorriendo el misterioso velo que cubría la sociedad, la historia y la cultura tradicional de la etnia tibetana. En las investigaciones generales de las reliquias históricas de toda la región, realizadas desde mediados de los años 80 hasta principios de los años 90, se descubrieron y estudiaron más de 1.700 yacimientos arqueológicos, se desenterraron y recogieron varios miles de objetos, se procedió a la sistematización inicial de los materiales formados por más de 6 millones de caracteres, más de 670 dibujos, se tomaron más de 30.000 fotos, y se calcaron más de 400 epitafios, esculturas de piedra y murales. Todos estos materiales han permitido trazar las líneas maestras de la evolución y el desarrollo del Tibet desde la antigüedad hasta nuestros días, en las que se ponen de relieve los prolongados intercambios culturales entre, por una parte, la etnia tibetana, y, por otra, la etnia han y las etnias vecinas. Todo ello ofrece a los arqueólogos del presente y del futuro una base detallada y precisa para ampliar y profundizar los trabajos arqueológicos y la protección de las reliquias culturales. Actualmente, hay en Tibet 18 entidades importantes bajo la protección de reliquias culturales de nivel estatal; 3 ciudades culturales e históricas de nivel estatal; 64 entidades bajo la protección de reliquias culturales de nivel regional; y más de 20 entidades bajo la protección de nivel distrital o municipal. En los últimos años, el Tibet ha celebrado con gran éxito exposiciones de sus reliquias históricas en Japón, Francia, Italia, Argentina y otros países. De esa manera se promueve el intercambio cultural entre la etnia tibetana y las otras etnias del mundo, y se incrementa el conocimiento del Tibet por parte de la comunidad internacional.


Los documentos y archivos del Tibet gozan de la protección adecuada. En China, la extraordinaria abundancia y la gran variedad de los documentos y archivos en tibetano siguen inmediatamente a los en han. En cumplimiento de las instrucciones del Consejo de Estado, en junio de 1959 el comité preparatorio de la región autónoma del Tibet promulgó Reglamentos sobre el Fortalecimiento de la Gestión de Reliquias Culturales, Documentos y Archivos; emprendió la tarea de restaurar, recoger y custodiar los documentos, archivos y materiales del antiguo gobierno local y de los departamentos a él subordinados, así como los documentos y archivos coleccionados por los templos, los monasterios y los nobles; y estableció el sistema relativamente completo de archivos depositados en el museo. En 1984, el Gobierno Popular Central asignó cuantiosos fondos a la construcción del Archivo de la Región Autónoma del Tibet, dotado de instalaciones modernas y capaz de cumplir todas sus funciones, lo que ha supuesto una considerable mejora de las condiciones de gestión de los archivos. En la actualidad, el fondo documental del Archivo está formado por más de 3 millones de volúmenes. El Archivo ha redactado y publicado Selección de archivos históricos del Tibet y Lista del año Tigre de Hierro, poniendo así a disposición del público una serie de libros de un valor incalculable para el estudio del Tibet. Los departamentos de los distintos niveles de esta región han coleccionado más de 4 millones de volúmenes de archivos en papel, seda, madera, metal, piedra, hoja de pattra y otros materiales. Más del 90% de los textos están en tibetano, mientras que en el resto están representados 10 tipos de sistemas de escritura, entre los que destacan los correspondientes al han, el manchú, el mongol, el hindi, el sánscrito, el nepalés, el inglés y el ruso. El contenido de los archivos abarca desde la dinastía Yuan hasta la época contemporánea, lo que los convierte en un archivo histórico cronológicamente exhaustivo.