Chen Huai
 

La gran explotación del oeste debe tomar el desarrollo y la transformación de la economía urbana como punto de avance clave
El investigador Chen Huai, subdirector del Instituto de Investigación de la Economía de Mercado subordinado al Centro de Investigación del Desarrollo del Consejo de Estado,

 
 

 

 

señaló en un artículo que para la explotación del oeste la clave consiste en tener un nuevo lineamiento de pensar. En los pasados veinte años de reforma y apertura, las regiones del oeste tuvieron en realidad varias oportunidades de desarrollo propicias, pero ¿por qué no pudieron emerger en general? Una importante causa es que hemos pasado por alto, desde el comienzo mismo, el desarrollo y la transformación de la economía urbana.

Los datos muestran que, hasta finales de 1998, China tenía un total de 231 ciudades de nivel de prefectura y superior. El mismo año el PIB de estas ciudades (no incluidos los distritos bajo su jurisdicción y lo mismo más adelante) fue de 3.655.700 millones de yuanes, lo que supone un incremento de 13,2% sobre el año anterior, estando muy por encima del promedio nacional de 7,8%, y dichas ciudades realizaron el 44% del PIB del país. De ahí se desprende que el papel de la economía urbana es notable. No obstante, correspondió al oeste solamente un 12,64% del PIB realizado por las ciudades de nivel de prefectura y superior. El oeste tiene tan sólo siete de las 45 ciudades cuyo PIB supera los 20.000 millones de yuanes cada una, mientras que ninguna de las cinco ciudades con un PIB superior a los 100.000 millones de yuanes se encuentra allí. La gran mayoría de las 34 ciudades cuyo PIB por persona sobrepasa los 10.000 yuanes son ciudades desarrolladas localizadas en el litoral del este, exceptuándose unas cuantas en las que predomina la tabaquería o minería. El quid del desarrollo retrasado del oeste reside en la ausencia de focos de confluencia de factores importantes para el crecimiento económico. La creciente disparidad de desarrollo entre el este y el oeste se debe a que se ensancha constantemente la brecha de desarrollo entre las ciudades de una y la otra parte.

La economía urbana es en sí el punto de nexo más feliz para la conciliación de las diversas contradicciones surgidas en la explotación del oeste. En cuanto a la devolución de tierras labrantías a los bosques, los lagos y las praderas y al programa de dejar las tierras labrantías de laderas en barbecho, ambos trabajos contemplados en el reajuste de la estructura agrícola, la clave consiste en el oeste. El desarrollo de la economía urbana es la opción inevitable para aliviar la presión sobre el medio ambiente natural, sortear la desventaja del ecosistema frágil y facilitar el uso eficaz de los recursos en el proceso de la explotación del oeste.

Para la explotación del oeste es necesario, antes que nada, preparar zonas locomotoras del crecimiento económico propias. En los 15 años venideros o un período más largo, hay que desarrollar con energía no sólo las capitales de provincia o región autónoma del oeste, sino también esforzarse por formar varias ciudades centrales de nivel económico mediano en cada provincia o región autónoma, en orden a hacer de las ciudades las "primeras en desarrollarse".