| spanish.china.org.cn | 23. 12. 2025 | Editor:Eva Yu | ![]() |
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Cómo las iniciativas de China están allanando un nuevo camino hacia un mundo mejor
Imagen del 1 de abril de 2025 de trabajadores cargando suministros médicos donados a un avión, en el Aeropuerto Mangshi de Dehong, en la ciudad de Mangshi, en la prefectura autónoma dai y jingpo de Dehong, en la provincia de Yunnan, en el suroeste de China. (Xinhua/Chen Xinbo)
Cuando los historiadores del futuro echen una mirada restrospectiva a esta transformación global no vista en un siglo y analicen la lógica subyacente de la evolución de las relaciones internacionales, sin duda reconocerán el 1 de septiembre de 2025 como un momento crucial: el día en que el presidente chino, Xi Jinping, propuso la Iniciativa para la Gobernanza Global (IGG).
Antes de esto, Beijing había presentado una serie de importantes iniciativas globales: la Iniciativa para el Desarrollo Global (IDG) en 2021, la Iniciativa para la Seguridad Global (ISG) en 2022 y la Iniciativa para la Civilización Global (ICG) en 2023. Junto con la IGG, constituyen un marco holístico para fomentar una comunidad de futuro compartido para la humanidad.
Cada iniciativa aborda un pilar fundamental de la cooperación global: la IDG busca sentar las bases materiales, la ISG está diseñada para salvaguardar la estabilidad, la ICG trata de fomentar el entendimiento común y la IGG pretende proporcionar la arquitectura institucional. Como señaló el secretario general de la ONU, António Guterres, las cuatro iniciativas globales propuestas por China "son totalmente compatibles con la Carta de las Naciones Unidas". Muchos países también las consideran como soluciones pragmáticas y constructivas a los retos globales contemporáneos.
Sin embargo, el mundo sigue fracturado en medio de una creciente ola de incertidumbre y turbulencias. Mientras que algunos abogan por el diálogo y la cooperación, otros se aferran al unilateralismo y a la política de bloques, lo que agrava las crisis de larga data y crea nuevos riesgos.
El desarrollo mundial sigue siendo frágil, caracterizado por el aumento de las disparidades entre el Norte y el Sur y agravado por la superposición de las crisis energética y alimentaria. En todo el mundo, más de 1.000 millones de personas siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema. La seguridad se está deteriorando, con conflictos armados que alcanzan niveles máximos desde la posguerra, un aumento de los desplazamientos y una mayor dependencia de las sanciones y la disuasión militar por parte de cierto país.
Mientras tanto, el discurso del "choque de civilizaciones" parece eclipsar los intercambios entre ellas, al tiempo que la gobernanza global se ve erosionada por las retiradas de los tratados internacionales, las prácticas de desacoplamiento y la expansión de barreras que socavan la equidad y la igualdad, especialmente para el Sur Global.
La cruda realidad subraya la relevancia y la oportunidad de las cuatro iniciativas globales, poniendo aún más de relieve la necesidad de crear consenso internacional y reforzar la solidaridad.
UN LLAMAMIENTO AL DESARROLLO COMPARTIDO
Como ha señalado el presidente Xi, el desarrollo es la llave maestra para resolver todos los problemas. La Iniciativa para el Desarrollo Global se centra en las necesidades de desarrollo compartidas de la humanidad, se alinea estrechamente con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y aborda directamente los retos reales en el ámbito del desarrollo global. Esta iniciativa aporta la sabiduría y las soluciones de China para impulsar conjuntamente el desarrollo global hacia una nueva etapa de crecimiento equilibrado, coordinado e inclusivo.
Tras diez años, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se ha estancado. De sus 169 objetivos específicos, solo alrededor del 35 por ciento están camino de alcanzarse, mientras que casi la mitad avanzan de una manera demasiado lenta y el 18 por ciento han retrocedido.
A nivel mundial, el desarrollo se está revirtiendo en áreas clave. La pobreza extrema ha aumentado por primera vez en dos décadas, y la mitad más pobre de la humanidad posee solo el 2 por ciento de la riqueza mundial. Unos 2.600 millones de personas siguen sin tener acceso a Internet, y los países en desarrollo, donde viven dos tercios de la población mundial, solo reciben una quinta parte de la inversión mundial en energía limpia.
Además, las guerras y los conflictos han empujado a 140 millones de personas a una situación de inseguridad alimentaria aguda, mientras que las sanciones unilaterales siguen afectando gravemente a los medios de vida de miles de millones de personas.














