| spanish.china.org.cn | 08. 12. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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China y España forjan de la mano un nuevo futuro industrial de beneficio mutuo
Por Álvaro Paños para China.org
2025: 50 años de las relaciones China-UE y 20.º aniversario de la Asociación Estratégica Integral China-España
2025 ha sido un año de celebración doble: el 50.º aniversario de las relaciones diplomáticas China-Unión Europea, y el 20.º aniversario del establecimiento de la Asociación Estratégica Integral entre China y España. En este contexto, presento unas reflexiones sobre la situación actual de la cooperación bilateral entre España y China, con énfasis en los ámbitos de las energías renovables y las infraestructuras. Incluyo ejemplos de experiencias exitosas y analizo las ventajas complementarias de las dos economías, así como el enorme potencial y el valor estratégico de la cooperación China-España.
En los últimos años, España ha sido uno de los países de la UE más cordiales con China. España está intensificando sus relaciones económicas con China con mayor vigor que la media de la UE, gracias a la mayor consideración que la administración pública y las empresas españolas han venido otorgando a China. En este sentido, España aspira a seguir aprovechando las oportunidades económicas que ofrece China desde que puso en marcha su proceso de apertura económica.
La visita de Estado del rey Felipe VI a China en noviembre de 2025 ha fortalecido las relaciones bilaterales, resultando en la firma de 10 acuerdos de colaboración en áreas como economía, ciencia, cultura y comercio. En el marco de dicha visita también se firmó un memorando de entendimiento para profundizar las relaciones económicas entre ambos países, hecho que refuerza los objetivos del Plan de Acción 2025-2028 suscrito por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, en abril de 2024, para fortalecer la Asociación Estratégica Integral entre China y España.
Felipe VI reconoció el papel de China en el nuevo escenario geopolítico mundial y destacó el impulso de los lazos bilaterales a través de un diálogo basado en el respeto y el beneficio mutuo, con el objetivo de que la cooperación sea "amplia y ambiciosa", así como el interés de “seguir fortaleciendo” las relaciones con China. “España se ha consolidado como un socio fiable y un destino cada vez más atractivo para la inversión y la colaboración empresarial china”, afirmó. Por su parte, el presidente Xi Jinping declaró que “China está lista para trabajar mano a mano con España para construir una asociación estratégica integral que sea más estable estratégicamente, más dinámica en desarrollo y con mayor influencia internacional”, con el propósito de contribuir “de forma aún más significativa a la prosperidad, la paz y el desarrollo del mundo”.
Estos esfuerzos diplomáticos conjuntos afianzan la Asociación Estratégica Integral y sientan las bases para una colaboración más estrecha y fructífera entre España y China en las próximas décadas.
China y España: Alianza estratégica en la era de las energías renovables y las infraestructuras
China se ha convertido en un socio clave en inversión sostenible para España en los últimos años:
China fue en 2023 el tercer inversor asiático en España y el primer receptor de inversión española en Asia, y ha invertido más de 10.000 millones de euros en España en los últimos años, focalizándose en energías verdes y vehículos eléctricos. China también es el primer socio comercial de España en Asia y el cuarto a nivel global. El intercambio bilateral alcanzó los casi 53.000 millones de euros en 2024.
La relación entre China y España ha transitado desde un intercambio comercial tradicional hasta una alianza estratégica centrada en dos pilares fundamentales para el futuro: las energías renovables y las infraestructuras. Esta cooperación no es fruto de la casualidad, sino el resultado de una gran complementariedad económica y una visión compartida sobre la necesidad de una transición ecológica y un desarrollo sostenible. Así, la relación entre China y España en materia de energías renovables e infraestructuras ha madurado hasta convertirse en un ejemplo de cooperación económica dentro del marco internacional. Es una asociación basada en el beneficio mutuo y el reconocimiento de fortalezas complementarias. España (y en mayor medida Europa) puede beneficiarse en gran medida de las importaciones chinas para su transición digital y energética, así como de la inversión y las importaciones chinas para el crecimiento de su economía, particularmente en industrias como la automovilística.
Energías renovables
La cooperación hispano-china en energías renovables es el epicentro de la relación económica bilateral. España, tras dos décadas de intenso desarrollo, se ha consolidado como una potencia renovable en Europa. Dispone de un parque de generación líder en energía eólica y solar, una red eléctrica robusta y adaptada a la intermitencia de estas fuentes, y un ecosistema de empresas, ingenierías y centros de investigación de primer nivel. Sin embargo, para alcanzar los ambiciosos objetivos del Pacto Verde Europeo y la descarbonización total para 2050, necesita una inyección de capital, capacidad manufacturera a gran escala y la tecnología más avanzada en almacenamiento y digitalización. La inversión sostenible china en tecnologías verdes es fundamental para la estrategia de descarbonización de España y la UE. Al mismo tiempo, España busca que estos capitales se traduzcan en la creación de puestos de trabajo cualificados y actividades productivas de mayor valor.
Es aquí donde China despliega sus fortalezas. Como la fábrica del mundo y el mayor productor e instalador de paneles solares, turbinas eólicas y baterías de ión de litio, China posee una cadena de suministro incomparable y costes de producción que le permiten abastecer la demanda masiva que requiere la transición energética global. Además, las empresas chinas no solo venden componentes; invierten, se instalan y colaboran. Así, China adelanta proyectos de inversión sostenible en España, enfocándose en la transición energética.
Los proyectos de inversión de China más importantes en España en los últimos años se centran en la energía verde, como la compra de la planta solar de Mula (Murcia) por 550 millones de euros por parte de China Three Gorges Corporation (CTG), y la automoción, con el objetivo de construir fábricas de coches eléctricos y baterías. Estas operaciones son apuestas estratégicas por el conocimiento del mercado local, la cartera de proyectos y la gestión operativa española. La española Iberdrola firmó hace años un importante acuerdo con el fabricante de paneles solares chinos Yingli Solar en el marco de su solución de generación solar fotovoltaica para autoconsumo, y el año pasado se alió con el gigante chino Aiko para que sus paneles solares ocupen menos superficie en los tejados, todo lo cual pone de manifiesto la confianza en los equipos chinos.
La china Envision tiene previsto invertir más de 1.000 millones de dólares en España para construir un parque industrial de hidrógeno verde y una fábrica de electrolizadores. Este proyecto busca impulsar el hidrógeno verde y las tecnologías de cero emisiones en Europa, con la construcción planeada para empezar en 2026 y creando alrededor de 1.000 empleos. El hidrógeno verde se produce a partir de electricidad renovable y España se está posicionando como líder en este campo en Europa, aprovechando su abundante potencial eólico y solar. Si bien se considera clave para descarbonizar la economía europea en el futuro, los proyectos de hidrógeno verde en general no son competitivos sin subsidios debido a sus altos costos. España aspira a ser un exportador clave a Europa, y China necesita socios para desarrollar y escalar la tecnología de electrolizadores.
Proyectos como el anterior reflejan el compromiso de China con la agenda global de sostenibilidad, como lo demuestra su apoyo al Pacto Verde Europeo y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. La cooperación chino-española no solo fortalece las economías de ambos países, sino que también promueve un futuro bajo en carbono, en línea con los principios de la Iniciativa de la Franja y Ruta de promover un desarrollo armonioso y respetuoso con el medio ambiente. España, por su parte, valora estas colaboraciones que generan empleo y progreso tecnológico, siempre dentro del marco normativo de la UE.
En un momento en el que todo el mundo está pendiente de los coches eléctricos chinos, no se puede obviar el ejemplo de la compañía china de automoción Chery, la cual abrirá un centro de innovación y desarrollo en la zona de Barcelona. Se trata de una base de operaciones desde donde poder identificar las tendencias de los conductores europeos. Esta planta planea llevar a cabo una producción total de 100.000 unidades anuales para finales del 2027. Estos proyectos buscan la fabricación de coches eléctricos en España, en lugar de solo exportarlos, lo que conlleva un mayor valor añadido y transferencia de tecnología. Asimismo, el fabricante de vehículos eléctricos Leapmotor, el fabricante de baterías de litio Sematec y el fabricante chino de electrolizadores Hygreen también están valorando nuevos proyectos. Recordemos que en la visita oficial realizada por Pedro Sánchez a China en abril de 2024 se avalaron proyectos de cooperación en automoción verde.
Infraestructuras
La empresa estatal china COSCO ostenta el 51 % de la mayor terminal de contenedores de Valencia, la CSP Iberian Valencia Terminal, que compró al principal operador portuario español, Noatum Ports. En España, COSCO ha seguido una estrategia de expansión en red, dado que tiene participaciones en dos terminales intermodales, una en Zaragoza y otra en Madrid, y posee el 40 % de la otra terminal marítima en Bilbao. COSCO también es propietaria de un operador ferroviario en la Península Ibérica para optimizar las conexiones entre estas cuatro terminales y de este modo ofertar un sistema integral.
Otras inversiones importantes se han realizado en el sector de las infraestructuras, a través de compras de empresas como la constructora española Aldesa por parte de China Railway Construction Corporation (CRCC) y la mayor parte del grupo gallego Puente por China Road and Bridge Corporation (CRBC). En este terreno la cooperación es igualmente profunda, aunque con un enfoque más internacional.
Ventajas complementarias
La solidez de la amplia cooperación descrita en el apartado anterior se sustenta en las ventajas complementarias de ambas economías.
Para empezar, España es la puerta de entrada a Europa. España es un “hub” energético y logístico estratégico para el sur de Europa y para las conexiones con África y América Latina. Para China, tener un socio fuerte en España significa un acceso privilegiado al Mercado Único Europeo. España también es la salida natural de Europa hacia América. Es decir, a China le interesa la influencia política de España en Europa y Latinoamérica.
En segundo lugar, España ofrece know-how técnico y gestión de redes. La experiencia española en integrar altos porcentajes de energías renovables variables en la red eléctrica es un conocimiento valiosísimo. Las empresas españolas son líderes en operación y mantenimiento de parques renovables.
Tercero, marca y adaptación a estándares europeos. La presencia de empresas españolas da a los proyectos chinos una capa de “europeísmo” y confianza, facilitando la aceptación regulatoria y social. España actúa como un puente cultural y normativo.
En cuarto lugar, en lo que respecta a la innovación en hidrógeno verde y almacenamiento, España se ha posicionado como un futuro “hub” europeo de hidrógeno verde. La colaboración con China en I+D para reducir costes y escalar esta tecnología es un campo de enorme potencial.
Por su parte, China aporta escala manufacturera y reducción de costes. La capacidad de producción china es fundamental para abaratar y acelerar el despliegue masivo de renovables que necesita España, haciendo la transición energética más eficiente en costes.
Lo segundo, financiación y capacidad de inversión. Los fondos soberanos y empresas estatales chinas tienen un apetito por activos estables e infraestructuras a largo plazo, perfecto para el sector energético.
En tercer lugar, tecnología de vanguardia en la cadena de suministro. China lidera la producción de tecnologías críticas como baterías, paneles solares de nueva generación y componentes para vehículos eléctricos, asegurando el suministro a la industria española. Ambas naciones tienen un interés común en desarrollar cadenas de suministro circulares para los materiales críticos de la transición energética, como los paneles solares y las baterías al final de su vida útil.
Cuarto, capacidad de ejecución en grandes proyectos. La velocidad y experiencia china en la construcción de infraestructuras complejas es un valor añadido en proyectos de gran envergadura. A través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR), China ha desarrollado una capacidad sin parangón para ejecutar megaproyectos de infraestructura en todos los continentes. La complementariedad es clara: las empresas españolas aportan su know-how en gestión de proyectos complejos, estándares medioambientales y conocimiento normativo de mercados desarrollados, mientras que las compañías chinas contribuyen con financiación competitiva, capacidad de construcción acelerada y acceso a materiales. Aunque España no es miembro de la Iniciativa de la IFR, la inversión china en infraestructuras del país es considerable, y la Autoridad Portuaria de Valencia mantiene relaciones estrechas con China, habiendo participado en varias cumbres sobre logística y de la IFR desde 2017.
Conclusiones
La cooperación entre China y España ofrece ventajas complementarias significativas en múltiples ámbitos, beneficiando a ambas naciones y sus pueblos. En la actualidad estamos presenciando un impulso general de las relaciones entre ambos países, que se han reforzado tras eventos como la visita del rey Felipe VI a China en noviembre de 2025. Esta visita, sumada a los tres viajes realizados por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, desde 2023, se inserta en una dinámica de creciente acercamiento entre Beijing y Madrid, y pone de relieve que China se ha convertido en un actor sin el cual ninguna estrategia económica o diplomática son viables. La amistad y la cooperación con China son hoy la mejor opción si Europa quiere aspirar a un futuro de paz y prosperidad económica sostenible.
Este acercamiento entre España y China puede elevar el perfil internacional de España en Europa, si España consigue alcanzar un modelo que permita una cooperación más fructífera entre Europa y China, en el actual escenario de inestabilidad e incertidumbre en la relación con Estados Unidos.
En el ámbito económico, China, cuenta con una sólida capacidad de fabricación y un vasto mercado, mientras que España posee una ventaja única en el sector de las energías renovables (por no hablar del turismo o la agricultura). China y España han establecido una relación de cooperación en el ámbito de las energías renovables y las infraestructuras, basada en el respeto mutuo y el beneficio recíproco, que se alinea con los principios de desarrollo sostenible y responsabilidad global. Los proyectos de inversión china en España en estos sectores son ejemplos de la colaboración de ganancia mutua, contribuyendo al crecimiento económico y a la transición energética de ambos países.
En el ámbito cultural, ambas naciones tienen historias culturales largas y profundas, y el intercambio cultural y la cooperación en educación enriquecen la diversidad cultural y promueven la armonía social.
En el ámbito político, China y España han mantenido una comunicación y coordinación frecuentes en asuntos internacionales y regionales, defendiendo conjuntamente el multilateralismo y el sistema internacional centrado en la ONU, lo que ha hecho contribuciones positivas a la paz y el desarrollo mundial.
Los desafíos, como la competencia geopolítica entre China y EE. UU. y entre China y la UE o las preocupaciones sobre la seguridad de suministro, existen y deberán gestionarse con diálogo y reciprocidad. A este respecto considero que España debería expresar una voz con personalidad propia más allá de la confusa estrategia de Bruselas que define a China como “socio, competidor y rival sistémico”. Por ello, España debe esforzarse para aumentar su peso político en las instituciones europeas, especialmente en el Consejo.
En cualquier caso, la lógica económica y la urgencia climática son fuerzas demasiado potentes como para que esta alianza no se fortalezca. El camino hacia un futuro descarbonizado y con infraestructuras resilientes es largo y complejo, y China y España han descubierto que recorrerlo juntas es, sencillamente, más inteligente, rápido y provechoso para ambos.














