share
spanish.china.org.cn | 05. 12. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Es necesario una explicación honesta, precisa y completa sobre el tema de Taiwan

Palabras clave: Japón, Taiwan
Spanish.china.org.cn | 05. 12. 2025

Por Xiang Haoyu


La controversia en torno a las declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sobre Taiwan cobra intensidad. Su más reciente intervención ha puesto de manifiesto la oscura intención de Tokio de jugar con las palabras y salir del paso.

Durante una sesión plenaria de la Cámara de Consejeros el miércoles, al responder a la pregunta de un miembro del partido Komeito sobre las relaciones con China y la cuestión de la isla, Takaichi afirmó que la posición básica del Gobierno sigue siendo la misma establecida en la Declaración Conjunta Sino-Japonesa de 1972, y que no ha habido cambio alguno.

Esto demuestra que Takaichi sigue sin arrepentirse. No solo no ha rectificado sus equivocadas palabras anteriores, sino que se niega a aclarar de forma honesta, precisa y completa la postura japonesa sobre Taiwan. Si insiste en esta actitud evasiva y superficial, no contribuirá a calmar la situación, sino que solo la agravará. China no tolerará ni perdonará esto.

Ante la reacción diplomática y las contramedidas sin precedentes de Beijing, la seriedad del asunto es entendida gradualmente en Japón, lo que ha provocado una división de opiniones en el espectro político. Entre ellos, los conservadores de derecha, que constituyen la base política de Takaichi, sostienen que no ha dicho nada incorrecto. El respaldo de figuras como el vicepresidente del Partido Liberal Democrático, Taro Aso, permite a Takaichi negarse a enmendar errores y a seguir actuando con impunidad.

La política japonesa, especialmente la gobernante, sigue sin reflexionar de forma exhaustiva y profunda en torno a las declaraciones de Takaichi sobre Taiwan. Los conservadores de derecha continúan de manera obstinada con la postura de «utilizar Taiwan para contener a China». Las autoridades rechazan sistemáticamente enfrentar los desacertados comentarios de Takaichi desde la perspectiva del derecho internacional y los fundamentos políticos de las relaciones entre China y Japón, y adoptan una estrategia de minimizar el problema y salir del paso con el deseo de que todo se vaya desvaneciendo.

En el pasado, Japón se adhirió a una «estrategia ambigua» sobre la isla, tratando de usarla para frenar el avance chino y evitar las graves consecuencias de dañar los lazos bilaterales. Intentó ocultar su posición con afirmaciones vagas, tanteando los límites sin cruzar la línea en temas delicados. Sin embargo, los tiempos son otros, dada la naturaleza maliciosa y las graves consecuencias de las declaraciones de Takaichi, la fantasía de volver a esta línea de pensamiento ya no es viable.

Taiwan es un tema fundamental que afecta a la base política de los vínculos bilaterales. No es una moneda pasible de manipular a voluntad. Se trata de normas explícitas del derecho internacional y conclusiones históricas inequívocas. Solo si respeta estrictamente los principios y el espíritu de los cuatro documentos políticos entre China y Japón, así como los instrumentos jurídicos internacionales pertinentes, y si expone su posición de forma honesta, precisa y exhaustiva, Japón podrá evitar el desplome de las relaciones.

En primer lugar, debe abandonar su enfoque evasivo y superficial. En lugar de salir del paso con comentarios dobles, como señalar que «no hay ajustes», debe afrontar con franqueza sus obligaciones al respecto.

En segundo lugar, debe reafirmar el contenido básico de la Declaración Conjunta Sino-Japonesa de 1972, según la cual «el Gobierno de Japón reconoce al de la República Popular China como el único Gobierno legal de China». Este reitera que Taiwan es parte inalienable del territorio de la República Popular China. Tokio comprende y respeta plenamente esta postura y la mantiene firmemente en virtud del artículo 8 de la Proclamación de Potsdam». Estos tres elementos son indispensables y no deben omitirse.

En tercer lugar, debe ofrecer una explicación completa y explícita del contenido concreto de su posición «inmutable» sobre Taiwan. No puede solo citar conceptos y eludir lo esencial, debe abarcar todos los aspectos clave, incluidas sus obligaciones en el marco del derecho internacional y sus compromisos políticos en los documentos con China.

Debe reconocer con seriedad que, en cuanto a Taiwan, no hay una «zona gris» ni margen para la ambivalencia. Los juegos de palabras no funcionarán. No se puede poner a prueba la línea roja de China, y su paciencia no es ilimitada. La retractación de Takaichi es solo el mínimo exigible y articular su posición de forma honesta, precisa y completa es imperativo.


El autor es investigador del Departamento de Estudios de Asia-Pacífico del Instituto Chino de Estudios Internacionales.