Las artes marciales tienden puentes culturales entre China y Alemania

Esta foto muestra la imagen reflejada en un espejo de los alumnos practicando en la Academia XUAN-Gong Fu de Berlín, Alemania, el 13 de noviembre de 2025. Ismet Himmet, cuyo nombre chino es You Lihan, habla chino con fluidez y lleva más de treinta años dedicado a las artes marciales chinas. Himmet, que ahora tiene 48 años, comenzó a aprender kung-fu en 1991. Nueve años más tarde, viajó a China por primera vez. A partir de 2006, comenzó a enseñar artes marciales chinas a tiempo completo en Alemania. En la Academia XUAN-Gong Fu, una escuela de kung-fu que Himmet fundó en Berlín, alumnos de todas las edades practican a diario taichí, ba gua zhang, xing yiquan y otros estilos de kung-fu. En su opinión, las artes marciales no son solo un deporte, sino también una forma de vida y algo que ayuda a la mente a orientarse hacia lo positivo.

A miles de kilómetros de distancia, en Shanghai, en el este de China, She Yuran, conocido como «A Xiao», se dedica a una profesión similar a la de Himmet. Nacido en Sichuan, China, She Yuran estudió artes marciales históricas europeas (HEMA, por sus siglas en inglés) en la universidad. Su interés por las HEMA se convirtió en un profundo estudio de las armas históricas y los métodos de combate.

En 2015, She Yuran cofundó el club Shanghai Historical Martial Arts (SHMA), que ofrece formación sistemática en artes marciales europeas y chinas. El SHMA cuenta ahora con más de 200 miembros, más de la mitad de los cuales estudian esgrima alemana.

Mientras Ismet Himmet ayuda a los alemanes a comprender la filosofía y la práctica de las artes marciales chinas, She Yuran acerca las tradiciones europeas de la espada a los jóvenes practicantes chinos. Su compromiso demuestra cómo las artes marciales pueden transmitir la cultura más allá de las fronteras, permitiendo que el entendimiento mutuo crezca a través de sus puños y espadas. (Xinhua/Zhang Haofu).