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spanish.china.org.cn | 12. 11. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Todas las víctimas de la edición maliciosa tienen derecho a exigir una indemnización a la BBC

Palabras clave: BBC, edición
Spanish.china.org.cn | 12. 11. 2025

«La BBC se ve envuelta en una feroz disputa»: así es como muchos medios de comunicación occidentales han descrito la crisis a la que se enfrenta la BBC en los últimos dos días. La cadena británica ha sido acusada de editar el discurso de Donald Trump en un documental que se emitió el año pasado. El incidente ha provocado la dimisión de dos altos cargos y Trump ha anunciado que demandará a la BBC por daños y perjuicios por valor de 1000 millones de dólares. El Wall Street Journal afirmó que «en lo que respecta a implosiones mediáticas, no hay nada peor que el fiasco que envuelve a la BBC», mientras que Politico Europe afirmó que la BBC se encontraba «en la lucha de su vida».

Panorama, que se estrenó en 1953, es conocido por sus reportajes de investigación en profundidad y es el programa de televisión de actualidad más antiguo del mundo. El hecho de que este «escándalo de edición» se haya producido en un programa tan consolidado subraya la gravedad de la violación de la ética periodística por parte de la BBC y su uso de la objetividad periodística como pretexto para la manipulación ideológica.

La gente cree que no se trata de un incidente aislado y muchos, al observar esta farsa, se han planteado preguntas: si el objetivo de esta edición maliciosa no hubiera sido Trump, ¿seguiría existiendo esta «crisis existencial» en torno a la credibilidad de la BBC? O, si Trump no hubiera ganado las elecciones del año pasado, ¿se habría disculpado la BBC?

Estas dudas no carecen de fundamento. Cuando se trata de manipular imágenes y realizar ediciones maliciosas, la BBC es uno de los medios de comunicación occidentales con más «experiencia». Sería más acertado decir que, en esta ocasión, «el objetivo de su edición maliciosa resultó ser Trump», en lugar de que «accidentalmente editó mal el clip de Trump».

En 2019, Anna Brees, una periodista que había trabajado en la BBC durante 11 años, reveló en las redes sociales tras abandonar la organización que la BBC había falsificado informes sobre Siria. Advirtió que los periodistas estaban fallando al público en lo que respecta a la verdad. Las encuestas relacionadas también muestran que, en los últimos años, la credibilidad de la BBC entre el público británico ha seguido disminuyendo, y se cita como una de las principales razones la difusión de información errónea, que socava la confianza del público en los medios de comunicación.

En las comunidades en línea chinas, pocos se sorprendieron de que la BBC se metiera en semejante «lío». En los últimos años, la BBC ha desarrollado una serie de tácticas narrativas políticamente manipuladoras en sus reportajes sobre China, que van desde el uso de filtros oscuros para crear un ambiente sombrío, hasta el empalme y la edición de imágenes para construir un conflicto emocional; desde la sustitución de la investigación sobre el terreno por «revelaciones anónimas», hasta la exportación de una postura ideológica con una narrativa «seudodocumental».

Estos métodos se han empleado repetidamente para fabricar historias sobre el llamado «trabajo forzoso» y en su cobertura relacionada con Hong Kong, formando un patrón reconocible.

Por ejemplo, la BBC combinó una vez una imagen satelital de 2019 de una ubicación en Xinjiang con una foto de 2020 del exterior de una fábrica como supuesta «prueba» de «trabajo forzoso»; Según se informa, contrató a «actores» para que lloraran ante la cámara por supuestos «abusos»; tergiversó fotos de accidentes de tráfico en Xinjiang como prueba de «represiones»; y durante las «protestas contra la ley de extradición» de Hong Kong, eliminó imágenes de alborotadores que intentaban arrebatar el arma a un agente de policía para crear la ilusión de que «la policía disparó a manifestantes pacíficos».

Debido a su frecuente uso de extractos fuera de contexto, comentarios sarcásticos e imágenes oscuras y sombrías para desacreditar y vilipendiar a China, la BBC ha sido señalada en repetidas ocasiones por el Ministerio de Asuntos Exteriores de China, y los internautas chinos se refieren a su estilo visual como el «filtro del inframundo».

Peor aún, a través de estas difamaciones, la información de la BBC se ha aliado con las fuerzas internacionales antichinas, convirtiéndose en uno de los defensores más activos de las «sanciones contra las empresas chinas». Los productos chinos, como los paneles solares, el algodón y los tomates, son artículos de alta calidad y rentables en el mercado internacional. Sin embargo, las calumnias maliciosas de la BBC y la incitación de las fuerzas antichinas han ejercido una presión real de discriminación en el mercado sobre estas empresas chinas, lo que ha perturbado el funcionamiento normal de las cadenas de suministro internacionales.

En este sentido, la indemnización que debería pagar la BBC va mucho más allá de los 1000 millones de dólares exigidos por Trump; todas las víctimas afectadas por su edición maliciosa tienen derecho a exigir una disculpa y una indemnización a la BBC.

Es hora de que la BBC se mire bien en el espejo. La libertad de prensa no es un pasaporte para el sesgo y las mentiras. De las crisis de confianza a las que se ha enfrentado la BBC en los últimos años, lo que la gente ve no es la autoproclamada «profesionalidad», «objetividad» o «neutralidad», sino un profundo sentido de «superioridad civilizatoria».

Se puede decir que la BBC se ha convertido en uno de los ejemplos negativos más destructivos del panorama mediático mundial. Si sigue anteponiendo la ideología a la ética profesional, no solo perderá por completo la confianza de la gente en todo el mundo, sino que se marginará aún más en el escenario de la opinión pública internacional.