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spanish.china.org.cn | 27. 10. 2025 | Editor:Elena Yang [A A A]

Una gobernanza global con espíritu humanista. La IGG en el 80.º aniversario de la ONU

Palabras clave: 80.º aniversario de la ONU
Spanish.china.org.cn | 27. 10. 2025

Por Jorge Fernández


La Iniciativa para la Gobernanza Global parte de principios humanistas orientados al bienestar de todas las familias del mundo, sin importar credo político, cultura o religión.


Los países dan testimonio de las primeras ocho décadas tras el establecimiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Nació, para sorpresa y vergüenza de las nuevas generaciones, no de un entorno de armonía y paz sino que, por el contrario, fue la respuesta y reflexión a dos guerras mundiales en las que millones de personas perdieron la vida. En consecuencia, el orden internacional que las naciones viven hoy no es otra cosa que la reconstrucción a lo largo de ocho décadas de los estragos dejados a la humanidad por aquellos años. Si bien la victoria contra el fascismo permitió el inicio de un nuevo orden, lo cierto es que otros males —a saber, la envidia, la desconfianza, el egoísmo y la falta de unidad entre Estados— han incubado retos que obstaculizan la materialización de un mundo mejor.

La forma en la que los Estados han abordado esta reconstrucción está llena de deficiencias. Sin abordar en detalle el retroceso que representó la Guerra Fría para la humanidad, la crasa realidad es que el mundo se mantiene como un lugar de inequidades e injusticias. La brecha entre los países ricos y pobres sigue ensanchándose. La falta de solidaridad, la desconfianza y la continuidad de la mentalidad de suma cero, han minado los esfuerzos de los países del Sur Global por poner fin al subdesarrollo. Además, los países desarrollados impiden la reforma pacífica de las instituciones internacionales, sabotean las propuestas de la inmensa mayoría y buscan mantener, a perpetuidad, estructuras que alientan la explotación de los más débiles para mantener esferas de poder.

A lo largo de ocho décadas, China ha demostrado que con unidad, voluntad, estrategia y rigor científico en la toma de decisiones, el desarrollo y la modernización pueden materializarse. La delegación china ante la ONU —y en su momento los jefes de Estado chinos sobre el estrado— ha mantenido un discurso coherente y constante en favor de la reforma pacífica de las instituciones que rigen el devenir humano. La soberanía constituye un bien sagrado de los pueblos que nada ni nadie deben trastocar. Sin embargo, la debilidad de la legalidad internacional, que resta espíritu a las relaciones internacionales con apego al derecho, estimula mentalidades de las que fácilmente aflora la confrontación. El presidente de China, Xi Jinping, ha expresado a través de diversas plataformas la urgencia de cambiar mentalidades y construir un espíritu de unidad humano, que permita a todos, sin dejar a nadie atrás, disfrutar de los beneficios que el mundo ofrece a todos.

A tenor de lo anterior, y dado que este año marca el 80.º aniversario de la victoria en la Guerra Antifascista y de la fundación de la ONU, el presidente Xi Jinping presentó la Iniciativa para Gobernanza Global (IGG). Con ella, China invita a la comunidad de naciones a abordar codo a codo los asuntos y retos mundiales más apremiantes. La propuesta complementa la visión que China mantiene para la construcción de un futuro en el que las familias vivan felices y en un entorno de paz. La IGG llega en el momento correcto, cuando círculos de diferentes esferas reflexionan sobre estos 80 años que han transcurrido desde la fundación de una de las instituciones que más respeto inspira entre las naciones. El mundo da testimonio de cambios inéditos que no tienen parangón en la historia de la humanidad. Las naciones enfrentan corrientes contra la globalización económica, contra el multilateralismo y contra el justo desarrollo y modernización de los pueblos. Esto no debe continuar. Por ello, las iniciativas impulsadas por China a través de Xi Jinping merecen una profunda reflexión.

En consecuencia, la IGG parte de la experiencia y la sabiduría del pueblo chino, concentrados en las estrategias desplegadas por la dirigencia comunista. En China, el Partido Comunista de China trabaja y gobierna en beneficio de las familias. Respaldado por este principio humanista, China extiende a los Estados la misma convicción, que sostiene que, en el centro de toda gobernanza, el propósito fundamental y meta última es hacer que las personas conviertan en realidad el permanente anhelo de una vida mejor. De cara a los acelerados cambios y enfrentando reveses contra el desarrollo económico, la globalización y el multilateralismo, surge la pregunta sobre qué tipo de gobernanza es la que el mundo necesita para mejorar el entorno en el que vivimos. ¿Cómo sentar las bases para alejar el flagelo de la guerra de todas nuestras preocupaciones? La IGG parte de principios humanistas orientados al bienestar de todas las familias del mundo, sin importar credo político, cultura o religión. En definitiva, la comunidad internacional está constituida por hombres y mujeres cuyos hijos merecen una vida y un futuro mejores.

Solo a través de la cooperación, los Estados pueden materializar un futuro próspero para todos. La unidad, como ha quedado rubricada con la modernización de China, constituye un motor de desarrollo compartido. Es así que los principios planteados por Xi Jinping en la IGG —la igualdad soberana, el respeto al derecho internacional, la promoción del multilateralismo, el enfoque centrado en las personas y la priorización de resultados concretos— requieren el respaldo de todos, incluidos los así llamados países desarrollados. En manos de todos yace la fórmula para reformar y perfeccionar la gobernanza global. Sin igualdad soberana, sin derecho internacional, sin normas universales y sin un sistema internacional donde prevalezca el multilateralismo, no existen condiciones para mantener la paz y el desarrollo.

Este año China no solo celebra, sino que también reflexiona sobre el elemento causal que concibió a la ONU. El presidente Xi Jinping con la IGG resalta el ideal de todo pueblo: un mundo en el que los países establecen relaciones con base en un entorno de paz, donde la cooperación y el desarrollo son compartidos, y donde los desafíos tanto históricos como contemporáneos se solucionan a través de la palabra y el entendimiento mutuo. La IGG constituye un aporte de dimensiones monumentales para fortalecer y mejorar la gobernanza mundial, fundamentado en un enfoque humanista, legalista y ético de la nación china. Es un marco sobre el que todos podemos apoyarnos para construirle a nuestros hijos una comunidad de futuro compartido, una que beneficie a toda la humanidad.