| spanish.china.org.cn | 22. 10. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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El interés mundial generado por la cuarta sesión plenaria dice mucho de un hecho
La cuarta sesión plenaria del XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) no solo es un acontecimiento trascendental en la vida política del país, sino que también ha captado la atención mundial. En los reportajes de los principales medios internacionales, términos clave como «desarrollo de alta calidad», «nuevas fuerzas productivas de calidad», «planificación económica», «reforma» y «gobernanza» han salido a relucir. En esta coyuntura crítica de cambios sin precedentes en un siglo, el gran interés de la comunidad internacional dice mucho de algo: la China actual está integrada en el sistema mundial, y cada decisión clave del PCCh y del país resuena en el mismo. Detrás de este intenso interés yacen grandes expectativas sobre su trayectoria futura.
Estos deseos obedecen a los milagros de su desarrollo gracias a sus planes quinquenales. Durante el XIV (2021-2025), la contribución anual promedio del país al crecimiento económico mundial fue de alrededor del 30 %. Esto significa que, en un momento en el que las principales economías enfrentan riesgos de estancamiento, el rendimiento económico estable chino y la optimización estructural en curso han supuesto una base sólida y un motor indispensable para la recuperación económica mundial. Mientras tanto, su innovación y creatividad en investigación básica, tecnologías aplicadas y modernización industrial han alcanzado niveles de excelencia. En particular, los avances en tecnología de la información de última generación, inteligencia artificial, vehículos de nuevas energías y exploración espacial han convertido a China en una de las fuentes de innovación más dinámicas en el mundo. Como señaló la agencia rusa Sputnik News, dado el tamaño de su economía, mantener un crecimiento tan sólido en medio de múltiples riesgos y desafíos no tiene precedentes en la historia del desarrollo económico.
La base de este aporte radica en sus fortalezas únicas en gobernanza eficiente y apertura de alto nivel. El primero ha demostrado una gran capacidad de movilización y organización, no solo para aliviar la pobreza, encarar crisis de salud pública y mantener la estabilidad social a largo plazo, sino también para generar expectativas estables y una planificación clara para un desarrollo económico y social sostenido y sólido. La apertura de alto nivel alude a que el país es abierto, inclusivo e integrado al mundo. Al acortar la lista restrictiva a la inversión extranjera, optimizar el entorno empresarial y alinearse con las normas económicas y comerciales internacionales, China revela con acciones concretas su firme compromiso con su política fundamental de apertura y su dedicación a la creación de un marco de cooperación más abierto y de mutuo beneficio.
Los dividendos de esa apertura y gobernanza dan paso ahora a oportunidades compartidas por las empresas y los pueblos del mundo.
Al adherirse a un enfoque centrado en las personas y en la gestión de sus propios asuntos, China ha resistido la presión, superado las pruebas y generado una gran capacidad para contribuir al progreso mundial. Este enfoque en las personas no solo es el compromiso solemne del PCCh con su pueblo, que guía las políticas nacionales en ámbitos desde la mejora de las condiciones de vida hasta el avance de la equidad social, sino que también goza de relevancia internacional. El éxito de una nación con más de mil millones de habitantes que prioriza su bienestar y persigue su prosperidad común representa un aporte sin igual a los modelos de desarrollo mundial. Las cuatro grandes iniciativas de China extienden esta filosofía de interés en las personas al ámbito internacional, con el objetivo de defender la equidad y la justicia, al tiempo que fomenta la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad. La gran atención puesta en la cuarta sesión plenaria refleja en gran medida el interés por saber cómo China traduce esta filosofía en la realidad con acciones que favorecen la paz mundial, el desarrollo y la prosperidad compartida a través del diseño institucional.
Sin embargo, hay ciertas voces en el extranjero que continúan difamando su desarrollo o especulando de manera maliciosa al respecto. Los hechos hablan más que las palabras. La razón del interés mundial por la cuarta sesión plenaria yace en lo primordial que es China, debido a sus aportes al mundo. En la nueva era, esta avanza como una gran potencia en continuo cambio, asume responsabilidades y se esfuerza por cumplir con sus obligaciones. Explora caminos nuevos para el desarrollo mundial y extiende las fronteras del progreso humano. En cuestiones públicas como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y el Acuerdo de París sobre el cambio climático, la asunción de responsabilidades remodela la concepción mundial de la cooperación en gobernanza global.
Los países esperan que China no solo haga milagros en el desarrollo económico, sino que también contribuya con su sabiduría y soluciones a la reforma del sistema de gobernanza global a través de su Iniciativa de Gobernanza Global.
El mundo espera que profundice las mejores y amplíe la apertura con una determinación inquebrantable, transformando los frutos de la reforma y la innovación en bienes públicos globales más eficaces. Una China que abraza el mundo plenamente, se compromete y aporta más seguirá indiscutiblemente ejerciendo una influencia única y significativa, a través de logros de modernización de alta eficiencia y nivel, en áreas como el crecimiento económico, la promoción de la equidad y la justicia internacionales y el avance en la implementación de iniciativas globales. El consenso forjado en la cuarta sesión plenaria no solo trazará el camino a seguir de China, sino que también moldeará la senda del desarrollo mundial.














