| spanish.china.org.cn | 21. 10. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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El constante desarrollo de China llena al mundo de certeza
El XX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) inició su cuarta sesión plenaria en Beijing el lunes por la mañana para deliberar las propuestas de cara a la formulación del XV Plan Quinquenal (2026-2030) para el desarrollo económico y social nacional. El mismo día, la Oficina Nacional de Estadísticas de China publicó datos que muestran que el producto interno bruto (PIB) creció un 5,2 % interanual en los tres primeros trimestres de 2025, lo que supone una aceleración de 0,2 y 0,4 puntos porcentuales en comparación con las tasas anuales y del mismo periodo del año pasado, respectivamente. Estos dos eventos coinciden en el tiempo y se complementan en su significado: uno es un plan estratégico para los próximos cinco años y el otro es una prueba concreta de la resiliencia de la economía china.
Si se analiza el panorama económico mundial, el 5,2 % destaca como una cifra especialmente valiosa. Con el aumento del proteccionismo, la reestructuración de la cadena de suministro y los frecuentes conflictos regionales, los «vientos en contra» externos han sido más fuertes de lo esperado. Sin embargo, el hecho de que la economía china siga en ascenso de forma constante no es tarea fácil. No solo contribuye con una de las fuentes clave de crecimiento estable a la economía mundial, sino que también refuerza la confianza en la trayectoria de su desarrollo. Y lo que es más relevante, refleja una forma de resiliencia estructural: aunque el entorno exterior puede provocar fluctuaciones temporales, el devenir a largo plazo de la economía china sigue estando determinada por la optimización estructural, el ajuste eficaz de las políticas y las ventajas institucionales.
Desde principios de este año, la economía china ha mantenido un progreso constante, con una integración célere de la innovación científica y la transformación industrial. Surgen nuevas fuerzas productivas de calidad como motores esenciales del desarrollo de alta calidad. En los tres primeros trimestres, el valor añadido de la fabricación de alta tecnología subió un 9,6 % interanual. La cuota de las empresas industriales por encima del tamaño designado creció un 16,7 %, mientras que la proporción de la industria de fabricación de equipos lo hizo un 35,9 %, convirtiéndose en el adalid del avance industrial. La economía digital y los sectores verdes también han tenido un buen desempeño: la producción y las ventas de vehículos de nuevas energías, productos fotovoltaicos, almacenamiento de energía y energía eólica siguen sólidos, y las exportaciones de los «tres nuevos» bienes saltaron dos dígitos. La innovación en ciencia y tecnología sigue acelerándose, con una mayor inversión en I+D en todo el país y un rápido incremento del número de patentes.
Durante el XIV Plan Quinquenal, la economía china avanzó sin cesar pese a las tormentas y desafíos. Desde el impacto de la pandemia hasta los cambios abruptos en el exterior, China ha soportado una presión sin precedentes. Su producción económica total ha superado sucesivamente los 110 billones de yuanes, los 120 billones de yuanes y los 130 billones de yuanes, mientras que su aporte al crecimiento económico mundial se ha mantenido en torno al 30 %. Se han conseguidos frutos en innovación científica y tecnológica, se ha acelerado la transformación ecológica y se está configurando un sistema industrial moderno. El PIB per cápita ha sobrepasado los 13 000 dólares durante dos años consecutivos, la brecha de ingresos entre las zonas urbanas y rurales sigue reduciéndose y el sistema de seguridad social es mucho mejor. La economía china abre un nuevo capítulo en medio de circunstancias cambiantes, con nuevos motores que desplazan su desarrollo de la «competencia en velocidad» a la «competencia en calidad», y del crecimiento impulsado por factores al crecimiento impulsado por la innovación.
Detrás de estos logros se esconde una lógica subyacente vital: el compromiso inquebrantable con el desarrollo. Esta es la máxima prioridad del Partido en el Gobierno y el rejuvenecimiento de la nación, y es el requisito intrínseco de la modernización china. El desarrollo tiene como objetivo permitir que más de mil millones de personas tengan una vida mejor, y está incentivado por la innovación, la coordinación, la ecología, la apertura y el intercambio. Es este compromiso el que ha permitido a China mantener su rumbo en condiciones difíciles. Su filosofía de desarrollo ofrece ideas valiosas a la comunidad mundial.
Ante el creciente «déficit de desarrollo» mundial, China ha defendido la inclusión, la universalidad y el desarrollo común, promoviendo iniciativas prácticas como la de la Franja y la Ruta y la de Desarrollo Global para que más países puedan acceder a las oportunidades de desarrollo. Mientras avanza en su propia modernización, aporta sabiduría y soluciones para abordar los retos de desarrollo de la humanidad, convirtiéndolo así en un lenguaje común que la conecta con el mundo.
Ahora que es momento de dar a conocer su XV Plan Quinquenal, es aún más patente lo primordial que es el desarrollo. El Plan Quinquenal no solo sirve como calendario para las operaciones económicas, sino también como proyecto estratégico para el desarrollo nacional. Seguirá priorizando el desarrollo de alta calidad, posicionando la autosuficiencia y la fortaleza en ciencia y tecnología como su apoyo, y tomando la transformación ecológica, la coordinación regional, la integración urbano-rural y la prosperidad común como direcciones sustanciales para acelerar el cambio y la optimización del modelo, al tiempo que mejora su impulso y vitalidad. Por tanto, una China más innovadora, resiliente e inclusiva trae certeza, no solo avanzando en su propio camino hacia la modernización, sino también con estabilidad y confianza en un mundo turbulento.
Durante el próximo lustro, la innovación debe liderar el desarrollo y el fortalecimiento de las nuevas fuerzas productivas de calidad; debemos dinamizar la demanda interna y revitalizar el mercado, transformando el potencial de consumo en un motor de crecimiento; favorecer el cambio ecológico, convirtiendo la energía limpia y los estilos de vida bajos en carbono en impulsores del crecimiento; y continuar ampliando la apertura de alto nivel, con más cooperación y oportunidades. Independientemente del entorno externo, la economía china sigue siendo segura, capaz y llena de recursos. Siempre que no se desvíe de su senda y realice su proyecto paso a paso, su imparable desarrollo continuará con seguridad en medio de la tormenta mundial hacia un futuro más brillante.














