La otra mitad que sostiene el cielo: el irremplazable papel de la mujer en el progreso de la civilización humana

Por Jorge Fernández

“Las mujeres desempeñan un papel importante en crear, promover y llevar adelante la civilización humana”: Xi Jinping

Cuando surge una crisis o conflicto, las mujeres y los niños se cuentan entre las principales víctimas. Para lamento de la modernidad, las estructuras institucionales, ya sean políticas, económicas o incluso familiares, revelan fracturas que impiden garantizar a la mujer niveles reales de igualdad frente a los hombres. Ellas, a menudo referidas por la dirigencia china como la otra mitad que sostiene el cielo —una metáfora que reconoce su irremplazable lugar en el mundo— aún carecen en otras partes del planeta de un lugar que les permita contar con los mismos derechos que los hombres. En Beijing, el presidente Xi Jinping ha presentado, en el marco de la Conferencia de Líderes Mundiales sobre la Mujer 2025, una serie de propuestas para revertir estructuras que han impedido valorar y proteger el papel de la mujer en el desarrollo humano.

Aquella histórica Declaración de Beijing, rubricada en la capital china hace 30 años, sigue vigente y se consolida como plataforma para una nueva revitalización. La Conferencia de Líderes Mundiales sobre la Mujer 2025, inaugurada el 13 de octubre, proyecta nuevos bríos. Lejos de ser un acto conmemorativo para evaluar los logros en comparación con etapas anteriores, este cónclave se asume como un nuevo paradigma que fortalece años de lucha para reivindicar el imprescindible papel de la mujer. En voz del mandatario chino, el desarrollo, avance y permanencia de la civilización humana dependen de la participación de la mujer. Ellas “desempeñan un papel importante en crear, promover y llevar adelante la civilización humana”. Las tareas para concienciar sobre el papel y las cargas que llevan a cuestas las mujeres recaen en todos los pueblos del mundo, y por esa razón, el esfuerzo debe superar lo regional y extenderse a niveles globales, despertando el cambio en todas las naciones y en cada esfera de la sociedad.

En China, donde existe un compromiso con la construcción de un mundo de equidad, paz y desarrollo, el trabajo de la mujer determina el éxito de iniciativas como la de la Civilización Global. La igualdad de género goza de un consenso global que ha impulsado a legisladores a proteger legalmente los derechos e intereses de las mujeres. En medio de los esfuerzos para materializar aquellos ideales plasmados sobre papel, el presidente Xi Jinping ha propuesto cuatro iniciativas clave que vinculan los derechos de la mujer con elementos esenciales para la supervivencia de la civilización humana, a saber, paz, desarrollo, rectitud y justicia en la gobernanza global y cooperación entre todos los pueblos. La causa de la defensa de los derechos legítimos de la mujer es la misma causa por la construcción conjunta de una comunidad de futuro compartido de la humanidad. Y para materializar los ideales de la civilización humana, el papel y aportación de la mujer son insustituibles.

En cuanto a la paz y la estabilidad, el presidente de China indicó que constituyen elementos fundamentales para impulsar el progreso de la mujer. Es una tragedia que en medio de conflictos bélicos, el índice de mortalidad entre mujeres y niños refleje asimetrías tajantes frente a las bajas por combate. La anarquía generada en zonas de conflicto crea condiciones para ataques indiscriminados contra la mujer, a la par de las bajas por los bandos en conflicto. Es por ello que el presidente Xi Jinping enfatizó que, al tiempo que se despliegan esfuerzos para salvaguardar la paz mundial, es urgente proteger a las mujeres en zonas de conflicto. Ahí donde el secuestro, las amenazas, las detenciones forzadas, las desapariciones y la violencia de género ocurren, ahí deben aunarse esfuerzos para crear y fortalecer mecanismos que frenen la violencia contra mujeres, ya sean niñas, jóvenes o ancianas.

En materia de desarrollo, Xi Jinping habló del papel que desempeñan las mujeres para acelerar la modernización global. Si bien la necesidad de fortalecer la causa de las mujeres cuenta con un amplio consenso, lo cierto es que existen fuerzas conservadoras que rezagan el progreso femenino. Fenómenos de este tipo, que viven latentes e incrustados en las estructuras institucionales de la sociedad humana, limitan la participación de la mujer en el progreso y lastran el curso del desarrollo y la modernización. La fuerza femenina —ya sea física, espiritual o intelectual—, se potencia a niveles insospechados cuando se integran a plenitud en las actividades productivas, en las tareas creativas y en la transformación para el progreso humano. A propósito de esto, el presidente Xi Jinping destacó el papel de la mujer en la modernización del mundo. En China, que escribe un nuevo capítulo sobre el progreso acelerado en la nueva era, la mujer ocupa un papel preponderante en la transformación industrial y el avance científico. La sabiduría de la mujer, por su rica variedad de enfoques, nutre y aporta gran valía al progreso social y humano.

En lo relativo a la gobernanza, el presidente Xi Jinping abordó el tema de la gobernanza con el fin de construir un marco legal y universal que proteja los derechos e intereses de las mujeres. No basta reconocer que existen ataques sistemáticos contra los derechos femeninos. De cara a esta realidad, la legislación para proteger los derechos de la mujer se constituye como un corolario natural para salvaguardar su integridad y potenciar su valía. Instituciones culturales, al limitar el acceso de mujeres y niñas a derechos universales como la educación o la sanidad, profundizan las inequidades entre hombres y mujeres. Por ello, el presidente Xi Jinping subrayó la necesidad de elevar la calidad de las leyes y legislaciones, y de mejorar las políticas públicas y la distribución de recursos, a fin de garantizar igualdad de derechos sin distinción de género. La construcción de una gobernanza con enfoque de género constituye un paso trascendental para brindar a las mujeres las mismas oportunidades que disfrutan los hombres.

Y por lo que respecta a la cooperación, el mandatario chino exhortó a ensanchar la cooperación internacional sobre el tema de la protección de los derechos de las mujeres. A mayor intercambio entre civilizaciones, mayor será la comprensión mutua y más herramientas habrá disponibles para transformar de forma estructural y sistemática aquellas instituciones invisibles e inconscientes que han privado a ambos sexos de potenciar a niveles óptimos sus cualidades innatas de género. El presidente pidió además priorizar las necesidades de las mujeres en los países en desarrollo, así como facilitar la creación y el funcionamiento de plataformas que promocionen el intercambio cultural y el enriquecimiento espiritual compartido.

La voz de Beijing resuena una vez más, con mayor alcance y fuerza, llamando a los pueblos del mundo a impulsar las iniciativas planteadas por el presidente Xi Jinping. En la cooperación de los pueblos recae el impulso para salvaguardar los derechos de las mujeres. En ellas reside la llave para materializar, juntos y en un menor tiempo, la construcción conjunta de una comunidad de futuro compartido de la humanidad.