Setenta años por la senda del desarrollo rejuvenecen a las milenarias tierras de Xinjiang

Por Jorge Fernández

La región autónoma uygur de Xinjiang se ha transformado en un oasis que irradia vida y juventud.

La prosperidad que ha alcanzado la Región autónoma uygur de Xinjiang, tras 70 años desde su establecimiento, descansa sobre los trabajos emprendidos para materializar la modernidad socialista. Tanto las autoridades locales como las centrales, bajo el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh), han hecho esfuerzos encomiables e inéditos para materializar una modernidad anhelada y darle continuidad al desarrollo. Sin la unidad étnica, la armonía social, los anhelos por hacer realidad la prosperidad material, y sin salvaguardar la riqueza cultural multiétnica o la ecología, hoy la región autónoma uygur de Xinjiang no podría, con el orgullo que ostenta, mostrarle al mundo este espléndido informe de desarrollo.

La celebración del septuagésimo onomástico de Xinjiang contó con la presencia del presidente de China, Xi Jinping, quien, a su vez, llegó a la región con otros altos cargos, entre ellos Wang Huning, presidente del Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, y Cai Qi, director de la Oficina General del Comité Central del PCCh, respectivamente. Todos ellos hicieron eco a las observaciones del jefe de Estado, quien destacó la unidad, la diligencia y la perseverancia de las personas de todos los grupos étnicos en esta región.

Esta noroccidental región de China da testimonio por primera vez en siglos de una verdadera bonanza para todos sus habitantes. Por ello el énfasis de Xi Jinping en apegarse con fidelidad plena a las directrices del PCCh para gobernar Xinjiang en la nueva era, y para mantener dinámico el éxito. El jefe de Estado chino hizo notar a una vasta audiencia que este edén comenzó a tomar forma hace apenas 70 años, con el establecimiento de la Región autónoma uygur de Xinjiang. Y de cara a los éxitos logrados bajo la dirección del PCCh, el presidente conminó a los habitantes de esta región a mantener la unidad y la estabilidad y, con ellas como base principal, mantener la marcha rumbo a la construcción de un país socialista moderno en todos los aspectos.

Junto con su posición geográfica única, que potencia los impulsos del Estado en la nueva era para acelerar la globalización económica, la región es un núcleo que concentra una riqueza cultural multiétnica, refinada a lo largo de los siglos, hoy asumida como una poderosa fuerza para inyectar fuerza, vitalidad y espíritu a los trabajos que buscan el desarrollo económico y social. Desde 2012, el Producto Interno Bruto (PIB) de Xinjiang ha crecido a una tasa promedio anual de 7, 04 por ciento. Para 2024 ya había crecido a 6, 1 por ciento, lo que marca un hito, puesto que con ello se establece la marca de los 281. 400 millones de dólares. Con la producción de valor añadido generada por industrias de alta gama creciendo un 8 por ciento y la inversión en activos fijos aumentando un 6, 9 por ciento, era natural que tanto los ingresos como el nivel de vida mejoraran a un ritmo acelerado.

Xinjiang cuenta con un alto nivel de desarrollo, contrario a la falsa creencia generalizada de que solo las zonas costeras pueden registrar un crecimiento acelerado. La región autónoma uygur de Xinjiang está a miles de kilómetros del mar y, no por ello, ha quedado rezagada en la mejora de la calidad de vida a escala nacional. Su posición geográfica, así como la riqueza material que ofrece su territorio y las industrias químicas y eólicas que ahí han florecido, han conducido el desarrollo local. Los motores económicos han estimulado una transformación constante del sistema industrial, vinculado a través de cadenas tanto al interior del país como en el extranjero, lo que le ha otorgado a la región una vitalidad sin parangón. La región autónoma uygur de Xinjiang constituye un eslabón insustituible y estratégico en el extenso entramado de la iniciativa de la Franja y la Ruta.

Con estas cualidades materiales e inmateriales, las autoridades, guiadas por el PCCh, cuentan con un terreno fértil y adecuado para el despliegue de estrategias y planes de acción. La región ha demostrado un potencial inaudito en sectores como las energías renovables y un campo de acción aún por aprovechar en la mecanización agrícola. Junto a estos, otros sectores más como la industria cultural y el turismo, constituyen poderosos motores para inyectar dinamismo al crecimiento y desarrollo regionales. Las peculiaridades de Xinjiang hacen que abarque una amplia dimensión espacial y, al trascender las fronteras del Estado chino, estrecha la comunicación con los países vecinos y con el interior de la nación. La riqueza lingüística y cultural convierte a Xinjiang en un puente de vinculaciones y en un polo de atracción de recursos materiales y espirituales que inyectan dinamismo a todos los procesos productivos de China.

Los diferentes ecosistemas que concentra Xinjiang, que se desprenden de una dualidad de bosques y desiertos, están unidos por una red de infraestructuras para el transporte extendida bajo rigurosos reglamentos para la protección de la flora y fauna. Todas las prefecturas y más del 90 por ciento de las áreas administrativas a nivel distrital están interconectadas por una red de carreteras, que el año pasado acumularon una extensión de 230 mil kilómetros. Esto complementa el flujo de bienes, personas y servicios distribuidos con la red ferroviaria regional, que también, el año pasado, alcanzó una longitud de 9. 202 kilómetros, una extensión que duplica las cifras de 2012.

Hace siglos, las rutas por esta región estaban plagadas de peligros, desde abrasadores desiertos hasta infranqueables montañas habitadas por criaturas salvajes. Un lugar inhóspito del pasado hoy es un lugar seguro con infraestructuras para facilitar el tránsito. A solo 70 años del establecimiento de la región autónoma uygur de Xinjiang, esta zona se ha convertido en una fuente de la que brota dinamismo para nutrir el desarrollo. Bajo la dirección del PCCh, junto con la voluntad de los xinjiangneses, este lugar se ha transformado en un oasis que irradia vida y juventud.