Brasil y China refuerzan sus lazos económicos ante la presión arancelaria de EE.UU.

Brasil y China han entrado en una nueva etapa de sólida cooperación económica gracias a la profundización de los lazos, la expansión del comercio y el aumento de las oportunidades de inversión, declaró un funcionario comercial brasileño en la 25.ª Feria Internacional de Inversión y Comercio de China (CIFIT) en curso en Xiamen, provincia de Fujian, este de China.     

Inty Mendoza, representante jefe de Invest SP, la agencia de promoción de inversiones del estado de São Paulo, destacó los esfuerzos del país por diversificar sus exportaciones a China, su mayor socio comercial desde 2009, el atractivo perdurable de su mercado para las empresas brasileñas y las enormes oportunidades de colaboración en ámbitos como la inteligencia artificial (IA), las nuevas infraestructuras, la biotecnología y los productos farmacéuticos.

En medio del creciente proteccionismo mundial, «existe una necesidad cada vez mayor de estrechar vínculos con China», puntualizó el funcionario brasileño, señalando que su país es el mercado más grande de América del Sur, mientras que China, como segunda economía mundial, cuenta con el mayor centro industrial del mundo, un mercado interno que crece cada año, al igual que los consumidores y el poder adquisitivo de los mismos.

«Mientras tanto, China sigue siendo un imán, vasto, vibrante y relevante para las firmas brasileñas», apuntó, y agregó avances de rubros como las proteínas animales, el azúcar, la celulosa y el café, junto con las exportaciones tradicionales como la soja, el petróleo y el hierro. Esta diversificación enfatiza la creciente amplitud de los lazos económicos.

Mendoza subrayó además la naturaleza complementaria de las dos economías, ya que los ricos recursos naturales de Brasil, en particular los agrícolas, se ajustan bien a la creciente demanda china. Brasil suministra casi el 70 % de la soya importada en China, junto con cantidades sustanciales de carne de res, pollo y maíz. Este nexo comercial maduro ya ha dado frutos, posicionando a Brasil como su mayor socio comercial en esos campos.

El funcionario expresó su confianza en las inversiones bilaterales. Refiriéndose a una reunión de negocios celebrada paralelamente al CIFIT el martes, envió un mensaje claro de que Brasil y China, dos países del BRICS, van más allá del comercio de soja y hierro para escribir juntos un nuevo capítulo en comercio electrónico, vehículos de nuevas energías, productos farmacéuticos e infraestructura de IA.

Cada vez más compañías chinas muestran un gran interés en explorar el mercado brasileño, especialmente ramos como el comercio electrónico, la logística y la infraestructura. Para atraer a más de ellas, la agencia de promoción de inversiones del estado de São Paulo ha puesto en marcha un paquete de servicios que incluye la selección de ubicaciones para fábricas y almacenes, consultoría fiscal y asistencia en la obtención de licencias medioambientales, afirmó.

El evento del martes congregó a representantes clave de ambas naciones, incluido un gobernador de Brasil y representantes de cuatro agencias estatales de promoción de inversiones, informó Mendoza.

La conferencia, marcada por un fuerte optimismo sobre el futuro de las relaciones comerciales, brindó una plataforma para el diálogo y la colaboración, mostrando el inmenso potencial del comercio y la inversión, complementó.

«A medida que el comercio mundial enfrenta retos e incertidumbres, las empresas brasileñas miran cada vez más hacia China. La enorme escala de su mercado representa una opción atractiva para los exportadores brasileños, especialmente a la luz de las recientes presiones arancelarias de Estados Unidos. Brasilia busca diversificar sus ventas al exterior con recientes acuerdos que permiten la exportación de carne de res a Vietnam y negociaciones en curso con países del sudeste asiático», acotó.

En un discurso pronunciado el martes en la reunión de emparejamiento, el viceministro de Comercio, Ling Ji, indicó que la cooperación económica y comercial entre China y Brasil ha entrado en un período de rápido desarrollo en los últimos años. China continúa siendo su mayor socio comercial durante 16 años consecutivos, y el comercio bilateral ha superado los 100 000 millones de dólares en 7 años seguidos. Las firmas chinas también han invertido más de 50 000 millones de dólares en Brasil, lo que demuestra un alto nivel de entusiasmo por la cooperación, según reportó china.com.cn.

Ling indicó que China se compromete a seguir consolidando su base comercial con Brasil en áreas como los productos agrícolas y los minerales, abriendo aún más los mercados entre ambos países, ampliando los canales comerciales y animando a las empresas chinas a la cooperación en inversión en aspectos como la sostenibilidad ecológica, la economía digital y la transición energética, ahondó el medio digital.

Más allá de los productos agrícolas tradicionales como la soya, el café y la carne de res, la industria farmacéutica ha devenido un campo vital para la colaboración futura. «La población de Brasil crea una gran demanda de medicamentos innovadores. Se anima a las farmacéuticas chinas a ir por las posibilidades de inversión en  Brasil, donde se importan muchos medicamentos», anotó.

Según el funcionario brasileño, estas inversiones proporcionan a las empresas brasileñas una plataforma para integrar tecnología, capital y acceso al mercado. El incentivo de China para desarrollar nuevas fuerzas productivas de calidad ofrece una oportunidad para que los inversionistas brasileños se sumen a la modernización industrial y participen en los dividendos, recalcó Mendoza.

A medida que ambos países continúen explorando estas posibilidades, el potencial de crecimiento y prosperidad mutuos sigue siendo enorme, dijo, y agregó que China es grande y una fuente clave de inversión global en medio de la incertidumbre económica, y que su crecimiento sostenido crea oportunidades de desarrollo para Brasil y otros países.

La conferencia del martes fue testigo de acuerdos de cooperación entre los delegados brasileños y 30 empresas chinas en ámbitos como las nuevas energías, la agricultura, la infraestructura y la industria manufacturera.