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spanish.china.org.cn | 09. 07. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Río de Janeiro: las 10 mejores vistas de la capital de los BRICS

Palabras clave: Río de Janeiro, BRICS
Spanish.china.org.cn | 09. 07. 2025

• En 2024, Brasil recibió 76 524 turistas chinos, un 79 % más que en 2023 y un récord histórico.
• China y Brasil declararon 2026 como el “Año de la Cultura China-Brasil” para promover el intercambio bilateral.

Uno de los miradores más emblemáticos de Río de Janeiro se llama “Vista Chinesa” (literalmente, “la vista de los chinos”). Con techos curvos y estructuras que imitan el bambú, evoca una pagoda. El diseño no fue casual: a principios del siglo XIX, en esa misma zona, llegaron los primeros trabajadores chinos que introdujeron el cultivo del té en Brasil. Inspirado en esa historia, el entonces alcalde Pereira Passos mandó construir el pabellón en 1902 con elementos típicos del sur de China. Hoy, desde allí, se contempla la postal típica de la ciudad: el Cristo Redentor, la Laguna Rodrigo de Freitas y las playas de Ipanema y Leblon.

Tras la cumbre del BRICS, que reunió a los líderes del Sur Global en Río de Janeiro, la capital carioca vuelve a desplegar su encanto para visitantes de todo el mundo. Río no es solo un escenario de reuniones diplomáticas: es también una de las urbes más vibrantes del planeta. Llena de contrastes y una energía que se siente en el aire, su geografía escarpada invita a contemplarla desde las alturas. Allí, el pasado imperial, la naturaleza exuberante y la vida urbana se entrecruzan en una sola imagen. A continuación, una selección de los mejores miradores para disfrutar el espectáculo visual que ofrece la ciudad:


Corcovado

El cerro Corcovado, el mirador más reconocido de Río, fue celebrado por poetas y retratado por artistas. Se eleva desde la selva del Parque Nacional de Tijuca y, en su cúspide, la estatua de 38 metros abre los brazos a los visitantes.No por nada el conjunto fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO y figura entre las Siete Maravillas del Mundo Moderno. La vista abarca desde las playas del sur hasta los edificios del centro, aunque no siempre es fácil encontrar un buen ángulo: las multitudes apuran el paso. La entrada sale entre 16 y 19 dólares por persona, incluyendo el acceso al monumento. La mejor recomendación es subir antes de las ocho o después de las 18, para escapar de las multitudes, cuando la luz baja tiñe de dorado la ciudad.


Pan de Azúcar

La cadena formada por los cerros de Urca y Pão de Açúcar se enlaza a través del famoso teleférico "bondinho", uno de los paseos obligados en Río de Janeiro. Desde arriba se puede divisar la Bahía de Guanabara, el Corcovado, la Pedra da Gávea, Copacabana, Botafogo y Niterói. El bondinho sale de Urca y tiene dos paradas que se recorren en apenas tres minutos: el Morro da Urca (227 metros) y el Pão de Açúcar con sus 396 metros de altura. Con precios de 12 dólares para niños y 24 para adultos, el acceso se extiende hasta las 20 horas y el regreso tiene como límite las 21, para quienes quieran disfrutar de vistas nocturnas.


Vista Chinesa y Mesa del Emperador

El Parque Nacional da Tijuca, donde se ubica la Vista Chinesa, ofrece una panorámica inolvidable: la Laguna Rodrigo de Freitas, las playas de Leblon e Ipanema, el Morro Dois Irmãos, el Pão de Açúcar y el Corcovado se alinean en el horizonte. Unos metros más arriba, aparece otro balcón natural: la Mesa do Imperador, antiguo refugio de Dom Pedro II durante sus paseos por el siglo XIX. Desde allí, el emperador contemplaba la ciudad y buscaba alivio del calor tropical. No hay transporte público directo, pero es posible llegar en taxi desde el Jardín Botânico —donde fueron introducidos los primeros plantines de té en 1812—, y recorrer la reserva por un camino compartido entre autos, ciclistas y senderistas.


Pedra da Gávea

Imponente y poco frecuentada por turistas, la Pedra da Gávea es una de las montañas más emblemáticas para los cariocas. Este monolito junto al mar alcanza los 844 metros y su cima erosionada le da una silueta que muchos comparan con la proa de una carabela. Más alta que el Corcovado, ofrece una vista aún más impactante. El ascenso no está pensado para principiantes. Por eso, se recomienda subir con guías habilitados, que proveen cuerdas, orientación y equipo de seguridad. Desde la cumbre, el paisaje se abre en dos direcciones: de un lado, Barra da Tijuca; del otro, São Conrado, la Rocinha, Leblon, Ipanema y Copacabana.


Pedra do Arpoador (Ipanema)

Pero no hace falta esforzarse para disfrutar de una vista inolvidable en Río. Entre Ipanema y Copacabana, la Pedra do Arpoador funciona como un balcón natural sobre el mar. Cercana, accesible y abierta a todos: los visitantes suben, se sientan y esperan el atardecer. Cuando el sol se pone detrás del Morro Dois Irmãos, los cariocas aplauden, como si saludaran a la ciudad. Un gesto simple, contagioso y casi ritual, que recuerda por qué Río es conocida como la “cidade maravilhosa”.

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