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spanish.china.org.cn | 06. 05. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

Científicos descifran «código climático» del Cretácico Temprano

Palabras clave: Cretácico Temprano, clima
Spanish.china.org.cn | 06. 05. 2025

Mediante el estudio de fósiles de ostras de 140 millones de años de antigüedad, un equipo internacional de científicos halló pistas sobre el clima en la Tierra durante el Cretácico Temprano, desafiando la narrativa del calentamiento constante y ofreciendo nuevas perspectivas para futuras predicciones.

Mediante registros fósiles de conchas de ostras y simulaciones climáticas de alta resolución, el estudio reconstruyó por primera vez las fluctuaciones estacionales de las temperaturas de la superficie del mar durante los periodos de invernadero de hace 140 millones de años, y reveló sendas diferencias de temperatura y deshielos glaciares periódicos durante el Cretácico Temprano (entre 139,8 y 132,9 millones de años).

El hallazgo pone en entredicho la creencia, de larga data, que las variaciones estacionales eran débiles y la actividad glaciar escasa durante tal periodo, lo que muestra la complejidad y variabilidad del clima en dichas condiciones y brinda una nueva perspectiva para comprender su evolución a largo plazo.

Los resultados de la investigación se publicaron en línea en la revista científica internacional Science Advances el 3 de mayo.

El equipo, que incluye expertos chinos del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana de la Academia China de Ciencias, descubrió que durante el Cretácico Temprano -una era dominada por los dinosaurios y por un clima de efecto invernadero- el planeta aún registraba oscilaciones estacionales de temperatura, e incluso glaciaciones periódicas, en marcado contraste con el estado actual de las capas de hielo polar permanentes.

Los especialistas explicaron que las conchas de las ostras y otros organismos de acreción similares crecen siguiendo patrones anuales parecidos a los anillos de los árboles, con bandas claras y oscuras alternadas. Durante los meses calurosos de verano, crecen más rápido, son más porosas y presentan «bandas claras», mientras que en los meses más fríos de invierno, su crecimiento es más lento, su estructura es más densa y forman «bandas oscuras».

Estos organismos actúan como registradores naturales del tiempo, conservan pruebas detalladas de la evolución del clima y los ecosistemas de la Tierra. Su examen puede ayudar a orientar futuros estudios ecológicos, destacó Ding Lin, de la Academia China de Ciencias.

El equipo analizó los fósiles con instrumentos avanzados, su composición química, y confirmó su buena conservación. Durante el Cretácico Temprano, las temperaturas oceánicas invernales en las latitudes medias del hemisferio sur eran entre 10 y 15 °C más bajas que en verano, comparables a las que se dan hoy en esa región.

Las simulaciones sugieren además que el agua de deshielo glaciar podría haber fluido hacia los océanos de forma similar al deshielo estival de la capa de hielo de Groenlandia en la actualidad.

El estudio subrayó que el cambio climático no siempre es un calentamiento constante. El aumento de los gases de efecto invernadero puede incrementar los extremos y la probabilidad de un tiempo impredecible. Descubrió, además, que las breves glaciaciones hace 140 millones de años pudieron deberse a una combinación de actividad volcánica masiva y cambios en la órbita de la Tierra, lo que recuerda que los fenómenos geológicos locales, junto con la actividad humana, pueden causar enfriamientos inesperados incluso en un mundo que se calienta como el actual.

Ding Lin afirmó que la investigación abre una nueva ventana a la historia climática. Al cuestionar la visión simplista del clima de efecto invernadero, no solo cambia la comprensión del pasado remoto de la Tierra, sino que también proporciona valiosos referentes para predecir el calentamiento global a futuro.