spanish.china.org.cn | 14. 04. 2025 | Editor:Elena Yang | ![]() |
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Argentina y el FMI logran un nuevo programa financiero tras décadas de relación compleja y controvertida
Imagen del 11 de abril de 2025 de personas caminando frente a una de las entradas del Banco Central de la República Argentina, en Buenos Aires, capital de Argentina. (Xinhua/Martín Zabala)
Argentina alcanzó un nuevo acuerdo de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por 20.000 millones de dólares, en medio de la necesidad urgente de recomponer las reservas netas negativas y respaldar la base monetaria del país.
Se trata del vigésimo tercer programa firmado con el organismo desde que Argentina ingresó al FMI en 1956. A partir de este nuevo entendimiento, el Gobierno anunció el levantamiento, desde el próximo lunes, del estricto control de cambios que rige desde 2019.
El nuevo acuerdo representa un relanzamiento del programa firmado en 2022, que no concluyó con éxito debido al incumplimiento de las dos últimas revisiones trimestrales por parte del país sudamericano. A su vez, el acuerdo de 2022 había sido una renegociación del programa Stand-by pactado en 2018, durante la Administración del expresidente Mauricio Macri.
El programa llega en un contexto complejo, marcado por el rechazo de numerosos analistas y sectores de la sociedad que consideran "accidentada" la relación con el FMI, debido a la falta de resultados sostenibles en la corrección de los desequilibrios en la balanza de pagos así como un "mayor endeudamiento".
UNA RELACIÓN "ACCIDENTADA"
La relación entre Argentina y el FMI comenzó en 1956, y dos años después se firmó el primer acuerdo durante el Gobierno del entonces presidente Arturo Frondizi por 75 millones de dólares. Desde entonces, los vínculos han estado marcados por altibajos y severas condiciones impuestas por el organismo.
Durante el último régimen militar, el FMI promovió políticas como el congelamiento salarial, la desregulación financiera y la liberalización de precios. Ya en 1982, la deuda externa ascendía a 42.000 millones de dólares. En la crisis de 2001-2002, muchos sectores responsabilizaron al FMI de agravar la situación al exigir medidas de austeridad en un país que ya atravesaba una situación social y económica crítica.
En 2006, el entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007) anunció la cancelación total de la deuda con el Fondo. Sin embargo, en 2016 la gestión de Mauricio Macri retomó el vínculo con el organismo, y en 2018 firmó un nuevo acuerdo Stand-by, lo que marcó el regreso a una política de endeudamiento externo.
AJUSTE FISCAL PREVIO AL ACUERDO
Según el Gobierno del presidente Javier Milei, el nuevo acuerdo es distinto porque las exigencias en términos de ordenamiento fiscal y monetario que generalmente exige el FMI ya se han alcanzado mediante el fuerte programa de ajuste impulsado desde finales de 2023.
Por lo tanto, desde el Ejecutivo se asegura que no habrá una nueva devaluación ni mayor recesión económica, sino una recapitalización del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Cabe destacar que, antes de este nuevo préstamo de 20.000 millones de dólares, Argentina ya mantenía una deuda de aproximadamente 44.500 millones de dólares con el FMI.
Para el economista Adrián Gutiérrez Cabello, la historia financiera de Argentina con el FMI es el resultado de una dinámica estructural marcada por el gasto excesivo, el endeudamiento y la falta de dólares, lo que termina derivando en crisis recurrentes.
En ese marco, consideró que el organismo internacional aparece como una fuente de auxilio, aunque con condiciones que luego el país no cumple.
"Argentina es un país, lamentablemente, acostumbrado a gastar de más, con persistentes problemas de déficit fiscal. Esto lleva al endeudamiento, a la falta de dólares y a la restricción externa. Cuando se financia con emisión, se genera inflación, y para frenarla se retrasa el dólar, lo que encarece exportaciones y abarata importaciones. Todo vuelve a llevar a la falta de dólares", explicó Gutiérrez a Xinhua.
Gutiérrez, quien es coordinador del Centro de Economía Regional de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martín sostuvo que, más allá del acuerdo con el FMI, lo central será que Argentina logre generar un crecimiento genuino de sus reservas internacionales.
Por su parte, el economista Horacio Rovelli sostuvo que con el nuevo crédito con el organismo, "el Gobierno busca terminar financieramente el año 2025, para asegurar el pago de los compromisos, incluidos los denominados en moneda local, en una nueva escala de endeudamiento y fuga de capitales".
"Argentina ya tiene récord de endeudamiento; una deuda que no tiene justificación alguna y que nunca se ha investigado. Esta deuda la van a cambiar por nuestro petróleo, por el gas, por el litio, por los minerales. Vienen por nuestros recursos naturales", indicó Rovelli a esta agencia.
Mientras tanto, la población sigue con atención el impacto del acuerdo sobre el tipo de cambio y las condiciones de vida. Algunos temen una nueva devaluación tras el fin del conocido "cepo", mientras otros esperan que la estabilidad cambiaria favorezca la inversión y el crecimiento.
Para Héctor González, un jubilado de 72 años que vive en la capital argentina, Buenos Aires, es una situación que se repite. "Ya vivimos esto en los 90, nos prometen estabilidad, crecimiento, inversiones y al final siempre termina igual; es un ajuste para los de abajo, jubilaciones congeladas, y los de arriba siguen ganando", señaló.
Por su parte, Carla Gómez, empleada administrativa de 37 años, consideró que este acuerdo con el FMI "puede darnos algo de estabilidad, dar un mensaje de que hay reservas internacionales y evitar saltos en el dólar".
Así, entre expectativas y desconfianza, la clave parece estar en lograr un crecimiento económico genuino y sostenible que no dependa exclusivamente del endeudamiento, sino de un modelo que permita consolidar la estabilidad a largo plazo.
