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spanish.china.org.cn | 07. 04. 2025 | Editor:Teresa Zheng [A A A]

De la simple contemplación de las flores a un motor de crecimiento

Palabras clave: flores, crecimiento, primavera
Spanish.china.org.cn | 07. 04. 2025

La primavera es la estación de la naturaleza y de los negocios. Millones de personas viajan a nivel nacional para disfrutar de los regalos de este periodo, desde los cerezos hasta la colza, del albaricoque al melocotonero. En los últimos años han surgido nuevos modelos de servicios, como la fotografía con drones, el alquiler de hanfu (vestimenta tradicional) y la acampada en campos florales.

Las directivas gubernamentales incentivan el abandono de eventos aislados por un esquema en el que el simple acto de contemplar las flores deviene una experiencia envolvente. El nuevo enfoque invita a las ciudades a reinventar las tradicionales fiestas estacionales como plataformas dinámicas e interconectadas para el desarrollo urbano-rural. Mediante políticas que fusionan el turismo cultural con otros sectores, las autoridades no solo rinden pleitesía a la belleza de la naturaleza, sino que también desarrollan ecosistemas económicos innovadores y sostenibles.

El país atraviesa por una reorientación del espacio urbano. En Wuhan (provincia de Hubei), por ejemplo, la época de floración de los cerezos es una metáfora del cambio. En el Pabellón de Qingchuan, los cerezos y los muros de ladrillo rojo crean una vista impresionante, mientras que en Optics Valley, las proyecciones en 3D dan vida a los cerezos entre rascacielos. La urbe utiliza las flores para atraer inversiones por más de 100 000 millones de yuanes (14 000 millones de dólares) durante la temporada. Wuhan integra tecnología de punta en el disfrute tradicional de estas plantas, con una «cadena narrativa perceptible tecnología-cerezos» de China.

Otro ejemplo son las comunidades rurales de Xiangxi, en la provincia de Hunan, con el modelo «una ciudad, una flor». En la aldea de Chenjiapo, de menos de 100 habitantes, las flores reúnen a más de 3000 turistas al día. Los residentes locales han desarrollado una aplicación de realidad aumentada para verlas, con más de un millón de yuanes en preventas en línea. Y el Valle del Peral en el distrito de Huayuan, en Hunan, ha impulsado una industria anual de casi 10 millones de yuanes, mientras que el lirio de Longshan, con productos como mascarillas faciales y té, supone unos 3000 millones de yuanes anuales al ramo agrícola.

Asimismo, antiguas zonas industriales pasan por una revitalización. Wuning, en la provincia de Jiangxi, antaño un área árida minera, ahora alberga cerezos en 600 acres que florecen en primavera y ofrecen empleo a 50 agricultores. Gracias al «rubro de las flores», los ingresos del ecoturismo superaron los 10 000 millones de yuanes en 2023.

Ejemplos en el mundo ofrecen una visión convincente de cómo la naturaleza puede convertirse en un activo cultural. Los emblemáticos cerezos japoneses «Somei Yoshino», con su singular belleza de «flores sin hojas», encarnan la estética del país (el pathos de las cosas). Tokio ha tenido en cuenta la temporada de los cerezos en su política económica, entre otras cosas porque es su flor nacional. Con previsiones precisas de floración y actividades temáticas, su disfrute es un acontecimiento internacional. En 2024, Japón congregó a 3,73 millones de visitantes extranjeros en dicho periodo, generando 1,14 billones de yenes (8000 millones de dólares). El éxito en la transformación del turismo cultural en un fenómeno global ofrece valiosas lecciones para otros países.

Los Países Bajos es otro ejemplo fascinante. Los tulipanes, símbolo nacional desde la «Tulip Mania» del siglo XVII, siguen siendo una importante fuerza cultural y económica, y el país controla más del 90 % de su comercio mundial. El parque de Keukenhof, corazón de este ramo, proporciona una increíble vista de unas 7 millones de flores con rentas masivas. Al combinar agricultura, turismo y finanzas, el parque ofrece una «experiencia primaveral» única que se ha convertido en un modelo económico de éxito.

Un simple campo de flores gana tracción con historia, folclore y tradiciones locales. Imaginemos un parque de cerezos en donde los visitantes puedan escuchar antiguas historias de amor, o un festival del tulipán donde las instalaciones digitales narren su evolución desde el siglo XVII hasta su ascenso como símbolo mundial de belleza. Con la ayuda de historiadores, artistas y activistas culturales, las ciudades pueden convertir sus vistas florales en historias vivas que cautiven al público.

La tecnología puede ampliar la temporada de floración. Por ejemplo, la transmisión en directo puede permitir a personas de distintos rincones del mundo ver en tiempo real los cerezos de Japón o los tulipanes de los Países Bajos.

Las flores no son solo para admirarlas, también son productos comerciales. La agricultura inteligente y el riego con el Internet de las cosas pueden aumentar su producción por hectárea, mientras que los bienes derivados -perfumes, cosméticos, té- pueden crear nuevas fuentes de ingresos, y las ofertas temáticas, como restaurantes y retiros, pueden enriquecer la experiencia del turista.

Una marca fuerte puede transformar un sector local en un fenómeno mundial, y las mascotas emblemáticas, los festivales de inmersión e incluso una canción pegajosa pueden hacer que un destino sea reconocido a nivel internacional, mientras que la certificación, asociaciones estratégicas y campañas de marketing pueden garantizar su relevancia a largo plazo.

Cuando la cultura da vida a los paisajes, la tecnología rompe los límites estacionales, las industrias trabajan en armonía y la marca aporta estatus mundial, las flores son algo más que un placer pasajero: son un motor de desarrollo. En esta nueva era, todas las ciudades pueden tomar medidas para garantizar que la belleza de la naturaleza no desvanezca en poco tiempo, sino que quede plasmada de manera permanente en nuestras vidas.