spanish.china.org.cn | 19. 03. 2025 | Editor:Teresa Zheng | ![]() |
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Otro «año de confianza» para China
«China registró una actividad económica increíblemente sólida al inicio del año», afirmó The Wall Street Journal en su valoración de los recientes datos económicos del país. El lunes, la Oficina de Información del Consejo de Estado ofreció una rueda de prensa sobre los resultados económicos en los dos primeros meses de 2025. Fu Linghui, portavoz de la Oficina Nacional de Estadística, indicó que la economía arrancó el año con paso firme, y las nuevas fuerzas productivas de calidad siguieron al alza. Además, se pusieron en marcha iniciativas especiales para impulsar el consumo, y la estrategia de expansión continua de la demanda interna también ha fomentado la confianza de los inversores extranjeros en su optimismo y apuesta por China.
Los frutos reales de la economía china se reflejan en el impulso de su mercado de capitales y en las expectativas externas. En primer lugar, las empresas tecnológicas locales han obtenido logros impresionantes en este sector desde principios de año. El banco francés Societe Generale ha bautizado a 7 de ellas -Tencent, Alibaba, Xiaomi, SMIC, BYD, JD.com y NetEase- como los «Siete Titanes». Las tasas de crecimiento del valor de sus acciones han superado con creces a las de los «Siete Magníficos» estadounidenses.
Los analistas creen que los avances tecnológicos son los principales motores de la confianza del mercado. El sistema de inteligencia artificial chino DeepSeek ha conseguido importantes saltos en áreas fundamentales como el procesamiento del lenguaje natural, lo que ha favorecido la valoración de los negocios de IA de firmas como Tencent y Alibaba. El FT China publicó hace poco un artículo titulado «See China Clearly, Bet on China» («Mira a China con claridad, apuesta por China»), en el que describe su economía como todavía en fase de juventud. Cada vez más observadores están convencidos de que los revolucionarios frutos de las compañías tecnológicas chinas no son una coincidencia, sino más bien una manifestación de la arraigada fuerza innovadora del país.
La recuperación del consumo muestra la polifacética vitalidad de la economía china. Los datos de la oficina de estadísticas indican que, en los dos primeros meses del año, las ventas minoristas de bienes de consumo aumentaron un 4 % interanual, con una aceleración de 0,5 puntos porcentuales respecto al año anterior.
Durante el feriado por la Fiesta de la Primavera, los viajes nacionales subieron un 5,9 % interanual, mientras que el volumen de transacciones en las plataformas de servicios turísticos crecieron más de un 20 % en enero y febrero de 2025. La taquilla durante el festivo sobrepasó los 9500 millones de yuanes, con Nezha 2 batiendo múltiples récords. El explosivo avance del consumo cultural subraya la confianza cultural nacional. Con el reciente lanzamiento del plan de iniciativas especiales para potenciar el consumo, una serie de acciones destinadas a estimularlo reforzarán el poder adquisitivo, estabilizarán las expectativas y elevarán el nivel de confianza.
Los movimientos estratégicos de las compañías extranjeras ofrecen una mirada crucial de la economía china. El 17 de marzo, el Grupo BMW anunció una asociación con Huawei para desarrollar un ecosistema digital en los coches a partir del sistema operativo Harmony. Este convenio entre Europa y Asia ha sido aclamado por los expertos del rubro como un hito en la transición de China de seguidor a dominador en el ecosistema de la automoción inteligente. El mismo día, el Grupo Volkswagen firmó un acuerdo de cooperación estratégica con First Automobile Works de China, con el que planea presentar «11 nuevos modelos adaptados al mercado chino» a partir de 2026, en línea con su estrategia «en China, para China». Además, Subway prevé abrir 4000 tiendas en los próximos 20 años, y los ingresos de Starbucks han vuelto a subir. Estas inversiones internacionales representan un voto de confianza en la resistencia del consumo chino, respaldado por compromisos financieros reales.
Detrás de estos fenómenos yace una clara lógica de desarrollo. Por un lado, nuevas fuerzas productivas de calidad remodelan el motor del crecimiento económico. De los talleres de las fábricas a los laboratorios de I+D, de la transformación de la industria tradicional a la creación de sectores emergentes, China forja una nueva vía de desarrollo caracterizada por una mayor calidad, eficiencia y estructura. Bajo la guía de la innovación tecnológica, China acelera el cambio y la modernización de los ramos tradicionales hacia un desarrollo de gama alta, inteligente y ecológico, que no solo significa un nuevo impulso al avance industrial de alta calidad, sino también grandes oportunidades a inversores y empresas mundiales.
Por otra parte, China ha extendido sin cesar su apertura de alto nivel, y este camino es cada vez más largo. En el proceso de participar con determinación en la creación de una sensación de ganancia y felicidad para la vasta población china, el capital extranjero está presente en los dividendos de «apostar por China». Ralf Brandstätter, presidente y director ejecutivo de Volkswagen China, declaró en una entrevista: «Nuestra nueva configuración tecnológica, exclusivamente para China, permitirá a nuestras firmas conjuntas responder aún más rápida y eficazmente a las nuevas exigencias de los clientes y a los giros del mercado en el futuro.»
Cuando los medios internacionales se centran en los resultados «mejores de lo esperado» a principios de año, es importante reconocer que la lógica subyacente del desarrollo chino reside en varios factores clave: su gran mercado de más de 1400 millones de personas, el despliegue eficiente y eficaz de políticas, una actitud acogedora hacia el capital foráneo, una continua vitalidad innovadora a largo plazo y la motivación intrínseca derivada de una filosofía de desarrollo «enfocada en las personas». En el contexto actual de una economía mundial carente de energía, China demuestra con acciones concretas que no solo es un terreno fértil para la inversión, sino también un escenario para la cooperación. Es previsible que 2025 sea otro «año de confianza» para los analistas externos que miran a China con optimismo y apuestan por ella.
