Las «dos sesiones» de China cobran mayor importancia en el contexto actual

Esta semana, China entra en el periodo de las «dos sesiones» 2025. La tercera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional (APN) y la tercera sesión del XIV Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh) tendrán lugar en Beijing el 4 y 5 de marzo, respectivamente. Este año concluye el «XIV Plan Quinquenal» y se prepara el siguiente. En una coyuntura crítica de avance de la reforma, estas reuniones poseen la tarea trascendental de crear consenso y elaborar un proyecto. En medio de la agitación geopolítica, aportarán estabilidad y sabiduría de gobierno al mundo.

Como ventana de la política china, las citas son una práctica de la democracia popular de proceso completo. Cerca de 3000 diputados de la APN y más de 2000 miembros de la CCPPCh se congregarán en la capital para debatir asuntos internos. Entre ellos, trabajadores industriales de primera línea, agricultores, empresarios del sector privado, intelectuales y militares, representantes de las clases, rubros y etnias del país. Desde legisladores que recorren campos recogiendo las opiniones de los campesinos en torno a la revitalización rural, hasta miembros de la CCPPCh que buscan reducir las cargas de las pequeñas y medianas empresas; desde el Tribunal Popular Supremo que transforma las sugerencias en normas para la protección de menores, hasta la inclusión de infraestructura pública de doble uso que atienda las necesidades urgentes en el informe de trabajo del Gobierno; todos reflejan la búsqueda incesante de «una democracia más amplia, genuina y efectiva».

Las dos sesiones son conocidas como la «veleta» política y el «barómetro» económico de China, y atraen gran atención de los principales medios de comunicación internacionales. Porque no es solo una revisión y examen de los logros pasados, sino también un anclaje de la dirección futura. El informe de trabajo del Gobierno publicado durante las mismas el año pasado proponía un objetivo de crecimiento del «5 %» e introducía una serie de medidas centradas en la estabilización del empleo, la promoción del consumo y la expansión de la demanda interna. Los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadística en enero de este año, que señalan una subida del PIB del 5 % en 2024, demuestran que el Gobierno chino ha cumplido con precisión sus compromisos y ha alcanzado las marcas previstas. El ascenso económico gracias a ese 5 % equivale a añadir una economía de tamaño medio al mundo en un año, con una contribución de alrededor del 30 % al crecimiento económico mundial. A través de estos encuentros políticos, China da luces de estabilidad, sustentada en esfuerzos pragmáticos de toda la nación.

El Diario del Pueblo en línea realizó hace poco la 24 encuesta nacional sobre estos eventos. Los resultados arrojaron tres grandes temas - «garantía de medios de subsistencia», «lucha contra la corrupción» y «gobernanza social». Desde abordar los retos de las personas mayores y el cuidado de los niños, pasando por los derechos de los trabajadores en las nuevas formas de empleo, hasta apoyar a la industria de energía verde, los aspectos planteados por los diputados y asesores tienen sus raíces en la investigación de base y apuntan hacia un alto nivel de experiencia. La gobernanza china sigue adelante por la senda del desarrollo científico e institucional.

¿Cómo maximizar el consenso? Este punto ha devenido un desafío de gobernanza para muchos países en la actualidad. China, con su gran población, utiliza un sistema político democrático caracterizado por un bucle de gobernanza de «sugerencia-ejecución-retroalimentación», que transforma continuamente la sabiduría de más de 1400 millones de personas hacia el progreso nacional. En 2024, varios departamentos dependientes del Consejo de Estado adoptaron más de 5000 recomendaciones y propuestas de diputados y asesores, y presentaron más de 2000 políticas y medidas relevantes en una serie de cuestiones clave y difíciles vinculadas con la reforma, el desarrollo y los intereses vitales del pueblo. El proceso de «escuchar con el corazón» a «escribir sobre el papel» y «ejecutar en el terreno» es un fiel reflejo del principio «la gente en primer lugar».

Con el «Plan Quinquenal» como marco rector y el mecanismo de las «Dos sesiones» para el consenso, China ha integrado la «lucha continua» en sus genes, ofreciendo al mundo una fuente constante de impulso al desarrollo.

Un fuerte sentido de la responsabilidad política y un estilo pragmático distinguen la política democrática china de la «democracia de palabras vacías» y la «política de veto». Esta combinación de orden y vitalidad sirve de ancla para mantener la resistencia económica y la estabilidad social a pesar de los cambios en el exterior, y representa un aporte del sistema democrático chino al mundo.

Desde la estabilización de la economía hasta la mejora de los medios de vida de la población, desde la irrupción con innovación hasta una apertura beneficiosa para todos, el progreso de China no claudica. En esta primavera llena de esperanza, China muestra con hechos que el desarrollo es para el pueblo y que la reforma depende de él. Las dos sesiones brindan una vitrina de la civilización política china a través de una trayectoria constante de transformación de las aspiraciones del pueblo por una vida mejor a una realidad.