spanish.china.org.cn | 19. 02. 2025 | Editor:Filo Fu | ![]() |
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Recuperando murales de Xinjiang gracias a la IA
Una nueva era para el patrimonio cultural
Con el rápido desarrollo de herramientas de IA como DeepSeek, ChatGPT y Doubao, estas tecnologías de vanguardia encuentran una aplicación más en la protección, la herencia y la innovación de la cultura tradicional china con una influencia sin precedentes. No solo son capaces de procesar digitalmente una ingente cantidad de recursos, sino que también aprovechan la reconstrucción 3D para restaurar piezas dañadas, lo que permite presentar al mundo valiosos objetos históricos a plenitud.
Un proyecto novedoso busca restaurar y revitalizar los antiguos murales de las cuevas de los mil budas de Kizil, en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste de China. Su lanzamiento oficial tuvo lugar el viernes en Urumqi, capital regional, y su objetivo es utilizar tecnologías de punta como la inteligencia artificial (IA) para abordar los eternos desafíos de preservar invaluables piezas culturales.
"La importancia de la labor va más allá de la mera recuperación. Los murales de las cuevas de Kizil son un registro vívido de la prosperidad y la diversidad cultural de la antigua Ruta de la Seda, lo que los hace un recurso inestimable en el estudio de la historia, la religión y el arte de la antigua Xinjiang", indicó Li Qingming, director del Instituto de investigación de las cuevas de kizil.
Piezas 2.0 gracias a la tecnología de punta
Las cuevas de Kizil, de finales del siglo III, son uno de los complejos de cuevas budistas más antiguos y extensos de China. Con murales de finos tallados que representan la vida de Sakyamuni, el fundador del budismo, no son solo testimonio de la luz del arte antiguo, sino también un vínculo crucial para los intercambios culturales a lo largo de la antigua Ruta de la Seda.
Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, las expediciones occidentales saquearon una gran cantidad de exquisitos murales de Kizil y provocaron el daño y la pérdida de muchas de sus secciones. Además, siglos de erosión natural e intervención humana dejaron varios otros en un estado precario debido al humo y pedazos faltantes que comprometen su integridad, informó el Diario de Guangming.
Zhao Li, investigadora del instituto, con más de 30 años dedicados a la restauración de murales, destacó los desafíos más relevantes: identificar y recuperar digitalmente los murales cubiertos de humo, así como reconocer y completar con precisión las secciones perdidas gracias a la IA.
Zhao sostuvo que, para solucionar estos problemas, la propuesta emplea una combinación de adelantos. Un equipo de la Escuela de Arte y Arqueología de la Universidad de Zhejiang utilizará espectroscopia de dominio temporal de terahercios para detectar de manera no invasiva las capas de color de los murales cubiertos de humo en la cueva 161 para una restauración virtual. Además, un grupo digital aprovechará los modelos de IA y las estrategias de cadena de pensamiento para completar los murales dañados en la cueva 38. Está previsto que el proyecto concluya a fines de mayo.
La experta apuntó que, si bien los modelos de IA resaltan en el reconocimiento de patrones geométricos y diseños arquitectónicos, aún requieren más trabajo para identificar las líneas curvas y las figuras humanas. No obstante, el modelo de DeepSeek mejorado ofrece esperanzas para una labor minuciosa y eficiente.
Wang Chaoyang, el arquitecto jefe del laboratorio de cultura digital del proyecto, dijo que se seguirá un enfoque de 3 pasos: desde los avances tecnológicos hasta el refinamiento de herramientas y, finalmente, el cultivo de un modelo para la restauración de murales deteriorados y la identificación de otros manchados por el humo.
Agregó que a medida que avanza la iniciativa, el deseo es que las diferentes herramientas y técnicas no solo beneficien a Xinjiang, sino que también sean aplicables a nivel mundial al dejar patente un "modelo de Xinjiang" para la preservación del patrimonio cultural.
El camino a seguir
Las cuevas de Kizil es solo un ejemplo de cómo la tecnología, en particular la IA, revoluciona el campo de la arqueología. En todo el mundo, estos especialistas aprovechan la IA para descubrir los secretos del pasado de maneras que antes eran inimaginables.
Por ejemplo, la detección de imágenes y el análisis de datos por IA sirven para clasificar objetos, predecir sitios arqueológicos e incluso descifrar escrituras antiguas, incluida la de los oráculos de huesos descubierta en las famosas ruinas de Yinxu en la provincia de Henan, en el centro de China.
Los estudiantes ahora toman cursos como "Arqueología de IA", donde aprenden a usar la herramienta para identificar moho en piezas de papel o determinar la edad de artículos de bronce.
El potencial es enorme. Ruan Yongbin, de la Academia China de Ciencias, señaló una vez que, entre el cúmulo de materiales recopilados por los arqueólogos, menos del 10 % se usa realmente para los estudios. La IA puede cambiar eso al procesar y analizar eficientemente estos recursos infrautilizados.
Además, la tendencia hacia la colaboración interdisciplinaria cobra fuerza. Las universidades de China ofrecen asignaturas que integran la arqueología con la IA a fin de preparar a la próxima generación de expertos para tender un puente entre tecnología y patrimonio cultural.
Mientras los expertos continúan explorando este potencial, el anhelo es que estos adelantos no solo recuperen piezas antiguas, sino que también profundicen nuestra comprensión sobre la historia humana. Como dijo Li, "la mezcla de tecnología y cultura no solo tiene que ver con preservar el pasado; sino con garantizar que nuestro patrimonio cultural siga brillando en el futuro".
