Los Juegos Asiáticos de Invierno reflejaron la unidad, el progreso y la pasión de la región

La inauguración de los IX Juegos Asiáticos de Invierno se celebró a lo grande el viernes por la noche en Harbin, provincia nororiental china de Heilongjiang, con la presencia del presidente Xi Jinping. Tras la justa en Beijing, los Juegos Mundiales Universitarios FISU de Chengdu y los Juegos Asiáticos de Hangzhou, este acontecimiento supone otra fecha deportiva internacional de renombre organizada por China en los últimos años. Con el lema «Sueño de invierno, amor en Asia», más de 1200 participantes de 34 países y regiones establecieron nuevos récords en ambas categorías. Harbin acogió con los brazos abiertos la fiesta olímpica invernal.

China, Japón y Corea del Sur tienen representantes en todas las pruebas, mientras que Camboya y Arabia Saudí debutan en esta edición. Otros, como Tailandia, del Sudeste Asiático, y Líbano, de Asia Occidental, enviaron las delegaciones más nutridas de su historia. Disciplinas como el curling y el esquí alpino registraron altas tasas de inscripción, y con un 31 % más de categorías de competición, la emoción y la diversidad alcanzan nuevas alturas. Los Juegos Asiáticos no solo muestran el rápido avance de los deportes de invierno en China, sino que también fomentan la amistad y la cooperación en la región en ámbitos como el deporte, la cultura y la diplomacia, conectando a las naciones.

El regreso del evento a Harbin por segunda vez y a China por tercera refleja el crecimiento y los logros de las disciplinas en el país, con Harbin como símbolo de este progreso. En 1996, la ciudad fue anfitriona de los III Juegos Asiáticos de Invierno; ahora, 29 años después, vuelve a albergarlo. La urbe ha pasado de ser conocida como la «Ciudad del hielo» a la «Capital internacional de los deportes de invierno». Con eventos de mayor envergadura, construcción de sedes y apoyo social, Harbin ha registrado cambios sustanciales. Conocida como «Erbin» en Internet, la ciudad es un nuevo referente para la integración de la cultura, el turismo y el desarrollo empresarial, atrayendo a visitantes de Asia y más allá.

Hoy en día, los deportes de hielo y nieve son una tendencia en el país. Durante las vacaciones, muchos acudieron a estaciones de esquí en el noreste y en Xinjiang, y varios cursos extraescolares incluyen ahora al patinaje sobre hielo. Se prevé que para 2030, la economía del hielo y la nieve sume unos 1,5 billones de yuanes. Esta «fiebre» no solo mejora la calidad de vida, sino que también ofrece nuevas oportunidades de desarrollo con Asia y el mundo. En la región, estas disciplinas, como fuerza emergente, han mostrado en los últimos años una participación cada vez más amplia y un potencial innegable. Incluso países con poca o sin nieve han demostrado entusiasmo y proactividad. Desde China al resto de Asia, su creciente popularidad refleja el auge económico y las aspiraciones de los asiáticos por una vida mejor. Los Juegos de Invierno sirven de espejo, con objetivos y anhelos de desarrollo compartidos.

Raja Randhir Singh, presidente del Consejo Olímpico de Asia, declaró que la justa brinda un escenario para los atletas y una plataforma para los intercambios entre diversos países de la región. Desde la edición olímpica invernal en Beijing, hasta los Juegos Asiáticos de Invierno de Harbin, los adelantos tecnológicos, la sostenibilidad medioambiental y el espíritu de amistad encarnados en estas citas han atraído una atención más allá de las medallas y las marcas. Para muchos países asiáticos, su importancia trasciende el de un acontecimiento deportivo continental. La alta calidad de la organización china es reconocida en el mundo, y la propia competición ha evolucionado hasta convertirse en plataformas de intercambios tecnológicos, culturales y entre personas. Varias naciones la consideran una oportunidad para exhibir y mejorar su influencia y poder blando en la arena internacional.

El discurso del presidente Xi en el banquete de bienvenida el viernes acaparó la atención de los medios asiáticos. Muchos de ellos citaron puntos clave de su intervención como «defender el sueño común de paz y armonía» y «Asia es una convergencia de diversas civilizaciones del mundo; debemos favorecer la inclusión y la coexistencia», en sus titulares. Numerosos líderes nacionales asistieron a la ceremonia de apertura y visitaron China, aportando un valioso apoyo a los Juegos y un gran aval a la diplomacia china de vecindad amistosa. Asimismo, utilizaron la plataforma de la cita «Erbin» para inyectar un fuerte impulso a la estabilidad y el desarrollo integrado de la región.

La antorcha está encendida e ilumina no solo la gloria en el terreno de juego, sino también las huellas de la modernización china en este entorno vibrante, abierto e inclusivo de tierra negra, así como la sabiduría y la fuerza que China ha aportado al escenario deportivo mundial. Creemos que Harbin ofrecerá una gala «distintivamente china, singularmente asiática y espectacular». Además, deseamos a los deportistas éxitos en sus competiciones. A medida que China sigue beneficiándose de políticas como la optimización de los visados de tránsito y la ampliación de las exenciones unilaterales de visado, «China Travel» gana fama en el extranjero. Los Juegos Asiáticos de Invierno de Harbin, con el hielo y la nieve como medio, tenderán un puente para el aprendizaje mutuo entre civilizaciones, siendo testigos de otro «viaje mutuo» para profundizar los contactos y la amistad entre los pueblos de China y del mundo.