| spanish.china.org.cn | 07. 02. 2025 | Editor:Filo Fu | ![]() |
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El camino correcto está lleno de vicisitudes: Los aranceles coercitivos impuestos por EE. UU. no pueden obstaculizar el desarrollo de China
Por Wang Xiaohui, editor jefe de China.org.cn.
Tras el comienzo del Año Nuevo Lunar chino, en este caso el Año de la Serpiente, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto para imponer un arancel adicional del 10 % a las importaciones procedentes de China. A primera vista, la tasa es inferior al 25 % aplicado adicionalmente a Canadá y México, pero este gravamen es una nueva imposición sobre la tasa ya existente, lo cual intensifica aún más la fricción comercial entre Estados Unidos y China. Esta imposición arancelaria tan imprudente y arbitrario perturbará inevitablemente el intercambio comercial normal entre China y Estados Unidos, lo que no solo perjudicará a las empresas chinas, sino que también aumentará directamente el costo del consumo interno en Estados Unidos, dañando así los intereses del pueblo local.
Antes de asumir el mando en la Casa Blanca, Trump había anunciado con gran repercusión mediática su intención de incrementar los aranceles sobre los productos chinos. La decisión no ha pillado por sorpresa al Gobierno chino, consciente de esta posibilidad desde hace mucho tiempo. La lógica subyacente del comercio en beneficio de la humanidad radica en la equidad de las transacciones, mientras que la política arancelaria de Washington es un simple medio de presión económica sin tapujos, lo que obstaculiza el flujo normal del comercio y distorsiona su patrón mundial para lograr el objetivo de aprovechar la situación mediante el uso de la coacción o el engaño.
El 22 de enero, justo después de la ceremonia de investidura presidencial, Trump declaró que «estaba considerando» imponer un arancel adicional del 10 % a los productos chinos y uno extra del 25 % a los bienes canadienses y mexicanos a partir del 1 de febrero. Esa «consideración» de Trump no significó una «profunda reflexión», sino más bien hacer que las otras partes cedan. En efecto, bajo presión, Canadá y México hicieron concesiones. El primero prometió ampliar su presupuesto en 1300 millones de dólares canadienses, destinados a la compra de helicópteros y equipos de vigilancia para reforzar el control limítrofe, así como el nombramiento de un comisionado para detener el flujo de fentanilo hacia Estados Unidos. Por su parte, México se comprometió a enviar 10 000 militares más a la frontera con Estados Unidos para asistirlo en el freno al contrabando de fentanilo y fortalecer el control de la inmigración ilegal.
Sin embargo, ¿qué han obtenido ambos a cambio de estas concesiones? Una prórroga arancelaria de 30 días. En otras palabras, el «palo arancelario» de Trump sigue cerniéndose sobre los dos países vecinos. Si, después de un mes, Estados Unidos no se siente satisfecho con este «acuerdo», la presión podría volver a cundir.
¿Y cuál es el propósito de que Estados Unidos imponga aranceles adicionales a China? La guerra comercial chino-estadounidense se ha librado en muchas rondas, y como un empresario calculador, Trump sabe muy bien que esta acción elevará inevitablemente los precios, y en última instancia perjudicará los intereses del pueblo estadounidense, pero está obsesionado con ellos y se empeña en salirse con la suya. Esta vez, Trump afirmó que «negociaría» con China en un plazo de 24 horas, exactamente la misma táctica que puso en práctica con Canadá y México. Es decir, trata de utilizar los aranceles para lograr que China ceda o incluso claudique rápidamente como Canadá y México, ya sea comprando más productos estadounidenses, replegándose sobre el tema del Mar Meridional de China o la cuestión de Taiwan, o bien la venta de las acciones de TikTok a un precio bajo. En resumen, busca hacer fortuna hasta el último centavo, prescindiendo por completo de cómo se obtenga.
Esta táctica de «blandir la espada» ha funcionado con Canadá, México y la Unión Europea, y Trump ha salido bien parado, de lo contrario no hubiera afirmado con tanto fervor que «'arancel' es la palabra más maravillosa del diccionario».
En cuanto a China, ¿lograrán las amenazas impositivas de Trump sus objetivos? Si bien parece obvio que los aranceles tendrán un impacto negativo considerable en el comercio exterior chino en cierta medida y podrían reducir el déficit de la balanza comercial estadounidense, «no todo es color de rosa», y la competencia económica dista mucho de ser un juego de suma cero. La política arancelaria de Trump que busca «perjudicar al vecino» se volverá inexorablemente en contra de la propia economía estadounidense.
Como las dos principales economías del mundo, China y Estados Unidos son altamente complementarias en términos de cadenas industriales y de suministro, de manera que la guerra comercial no sólo ha debilitado el espacio para la cooperación bilateral, sino que también representa un peligro para la estabilidad económica mundial. Incluso para Estados Unidos, las políticas proteccionistas con estos gravámenes como medio también elevarán el costo de las importaciones y los precios, y por ende, exacerbará aún más el riesgo de inflación en Estados Unidos. Según la BBC, el Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés) estima que el plan arancelario de Trump supondrá una pérdida de unos 1700 dólares anuales para los hogares estadounidenses de renta media. De hecho, China y Estados Unidos podrían haber cooperado más en ámbitos como la respuesta contra el cambio climático, las crisis de salud pública, la lucha contra el terrorismo y la tecnología de punta, pero debido a la obsesión del Gobierno estadounidense por la «Guerra Fría», el país ha seguido reprimiendo el desarrollo de China, provocando altibajos en las relaciones bilaterales, y las perspectivas son preocupantes.
Por el contrario, en comparación con el último asalto en la guerra comercial, China tiene ahora más confianza y una capacidad de reacción más calmada. Las disputas comerciales entre ambas partes se han prolongado durante casi 20 años, y en dos décadas China no ha sido derribada por el «palo arancelario» ni al «bloqueo de los chips»; en cambio, se ha fortalecido cada vez más, y su enorme volumen económico ha mantenido el crecimiento. La innovación científica y tecnológica no ha parado y ha producido plataformas representadas por TikTok y avances en el campo de la inteligencia artificial, como se ha podido comprobar con DeepSeek.
Todo esto gracias al «mérito» de Estados Unidos como un experimentado «compañero de entrenamiento».
La estrategia antiglobalización seguida por Estados Unidos trata de contener a China en el comercio, las finanzas, la ciencia y la tecnología, entre otras áreas, pero esto no significa que China no pueda vivir sin Estados Unidos. En lo interno, China posee un vasto mercado de 1400 millones de personas, su demanda basta para proporcionar un fuerte apoyo al desarrollo económico, y una cadena industrial completa es capaz de permitirle soportar cualquier traba e impacto causados por los giros en la situación internacional. A escala internacional, el «Sur Global» está en auge y representa más del 40 % de la economía mundial. Con el respaldo de mecanismos de cooperación multilateral como los BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghai Plus y la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China está construyendo un sistema de comercio mundial diversificado que lo escudará eficazmente de los efectos negativos del bloqueo y la represión unilateral de Estados Unidos.
El presidente chino, Xi Jinping, ha señalado que «desacoplar y romper la cadena» no es una solución, y que la cooperación de mutuo beneficio es la única vía para lograr el desarrollo común. La estrategia de «patios pequeños y muros altos» no es la forma de actuar de una gran nación; el desarrollo y el disfrute conjunto son las maneras de beneficiar a la humanidad. De cara al futuro, con el continuo avance de la modernización china, el país seguirá extendiendo los intercambios económicos y comerciales con el mundo, y promoviendo la construcción de una comunidad de destino compartido para la humanidad, al tiempo que consigue su propio desarrollo, inyectando más estabilidad para la economía mundial.
El camino correcto en la vida es arduo, largo y está repleto de vicisitudes y transformaciones, ¡pero la perseverancia conducirá al éxito!














