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spanish.china.org.cn | 05. 02. 2025 | Editor:Filo Fu [A A A]

DeepSeek demuestra que el enfoque «patio pequeño, valla alta» no frena la innovación

Palabras clave: EE.UU., IA, Sanciones
Spanish.china.org.cn | 05. 02. 2025

La empresa china de inteligencia artificial (IA) DeepSeek lanzó su último gran modelo, DeepSeek-R1, con avances en varias áreas a un coste inesperadamente bajo, ganando popularidad entre usuarios de varios países.

Es un adelanto positivo en el campo, pero algunos sectores y personas de Estados Unidos han mostrado hostilidad y agresividad hacia la firma. Sin embargo, si Washington intenta bloquearlo con aranceles, controles a la exportación o reclamaciones de propiedad intelectual, tales acciones no solo pondrían trabas al progreso general de la IA, sino que también serían perjudiciales para su desarrollo sano y ordenado en su propio territorio.

En realidad, DeepSeek demuestra que, bajo el pretexto de la seguridad nacional, los actos que buscan monopolizar la tecnología y frenar el avance tecnológico de China están condenados al fracaso. Desde 2022, Washington ha restringido la exportación de chips de gama alta de Nvidia a China a fin de retrasar el desarrollo de la IA mediante la estrategia de «patio pequeño, valla alta». No obstante, DeepSeek lo consiguió con poca potencia de cálculo lo que valida una vez más la paradoja de que «las sanciones potencian la innovación».

Como ha afirmado el economista Tyler Cowen, aunque la prohibición de los chips relegó el acceso de China a dispositivos, forzó la búsqueda de alternativas más eficientes, creando «consecuencias secundarias no intencionadas». Además, este fenómeno de «igualdad tecnológica» socava la estrategia estadounidense centrada en el control de los chips. Otros países podrían emular el modelo de DeepSeek, obligándolo a reevaluar el equilibrio coste-beneficio de sus penas.

El nacimiento del programa de IA conlleva atributos nacionales, pero los beneficios derivados pertenecen a la humanidad. Han surgido divisiones internas en los centros de ideas en torno al accionar de Estados Unidos con respecto a China: una facción aboga por la colaboración para aprovechar las «sinergias», mientras que la otra insiste en la confrontación y la «disociación». No obstante, Satya Nadella, director ejecutivo de Microsoft, y otros líderes del ramo reconocen que lo obtenido por DeepSeek hará que la IA sea más accesible. Si Estados Unidos persiste en un juego de suma cero, promoverá su propio aislamiento. En última instancia, la competencia tecnológica sin reglas establecidas evolucionará hacia el «conflicto». Solo con la cooperación tecnológica podremos buscar el bienestar de la humanidad.

Utilizar métodos geopolíticos del siglo XX para abordar la revolución tecnológica del siglo XXI hará que Estados Unidos pierda valiosas oportunidades de desarrollo; centrarse en bloqueos y cercos o buscar nuevas formas de diferenciarse de la competencia conducirá a resultados totalmente distintos.

Es importante reconocer que es probable que la presión ejercida por DeepSeek devenga un catalizador para el adelanto: Microsoft y OpenAI aceleran las iteraciones de modelos, Meta ha anunciado optimizaciones para el consumo de energía en los entrenamientos e incluso algunos gigantes de Silicon Valley, cerrados en banda, empiezan a replantearse sus estrategias de código abierto.

¿Quién puede decir que dentro de la autorreforma de estos pesos pesados estadounidenses no aparecerá algo nuevo? Al mismo tiempo, es cierto que la «desvinculación» de China provocará inevitablemente reacciones en contra de las empresas estadounidenses.

En los últimos años, a pesar de enfrentarse a trabas y represiones externas, China ha conseguido notables logros tecnológicos. Esto merece la reflexión de algunas personas en Washington: ¿Qué han aportado a China y a Estados Unidos los intentos de obstaculizar el progreso chino? La legislación restrictiva de chips ha perjudicado repetidamente a las compañías tecnológicas estadounidenses, la Enmienda Wolf ha creado barreras para la investigación espacial estadounidense y el bloqueo contra Huawei no ha frenado su ritmo de investigación e innovación. Esta verdad, demostrada por la historia, queda una vez más patente con DeepSeek: nunca subestimes la inteligencia y el ingenio del pueblo chino, ni la firme determinación del país por la apertura y la superación.

Ahora, a la luz de estos adelantos, hay en Estados Unidos quienes siguen aferrándose a la mentalidad de frenar el progreso tecnológico de otros países, lo que revela su ansiedad por mantener la hegemonía y sus acciones miopes. Desde el punto de vista de la economía política, las sanciones no han logrado acabar con la innovación, sino que han catalizado vías alternativas. Desde el sistema de comercio internacional, el unilateralismo ha acelerado la reestructuración de las normas y la revolución de las cadenas de suministro. Washington debería reconocer que un enfoque de «patio pequeño, valla alta» no puede obstruir el ritmo de innovación de China. En el desarrollo de la IA, China y Estados Unidos están a la vanguardia. Ambos pueden explorar la cooperación en áreas como la formulación de normas éticas, la gobernanza transfronteriza de datos y las respuestas a ciberataques, lo que beneficiaría a ambas naciones y al mundo.