La «lista» del Pentágono es absurda

El Departamento de Defensa de Estados Unidos publicó el lunes una nueva lista de las «empresas militares chinas» que, según alega, trabajan con el ejército chino. Los medios internacionales indicaron rápidamente que incluso Tencent Holdings forma parte del grupo, lo que desató la sorpresa y el pánico en los mercados extranjeros. Desde afuera, Tencent es conocida principalmente por su aplicación WeChat y su juego Honor of Kings (Honor de reyes). La firma no guarda relación con la afirmación del Pentágono de «colaborar con el ejército chino». Algunos de los principales medios internacionales han publicado titulares al respecto lo que indica una actitud absurda.

La noche del martes, Tencent respondió que tenía la intención de iniciar una Reconsideración para corregir este error. Durante el proceso, entablará conversaciones con el Departamento de Defensa para resolver cualquier malentendido y, si es necesario, emprenderá acciones legales. Fuera de ella, otras compañías chinas involucradas son CATL, la Corporación de Aviones Comerciales de China, China COSCO Shipping Corporation, CXMT, etc. La actualización engloba ahora 134 empresas, casi todas las principales exponentes tecnológicas del país. Cualquiera con un sentido perspicaz puede reconocer fácilmente que se trata de un intento mal disimulado de suprimirlas con la torpe excusa de «seguridad nacional».

La lista deviene una farsa política ridícula. Las adiciones y sustracciones son meros caprichos especulativos de los políticos, con términos como «posiblemente» y «preocupación» como los más utilizados. Muchas firmas, entre ellas Xiaomi, DJI, Hesai y Advanced Micro-Fabrication Equipment Inc China (AMEC), han recurrido a la vía judicial para proteger sus legítimos derechos. Algunas han presentado quejas o demandas contra el Pentágono, e incluso han enfrentado esfuerzos de «protección de derechos de segunda ronda», pero el enfoque arbitrario del Pentágono sigue siendo como una «pegatina» obstinada imposible de despegar. Este año, DJI y Hesai siguen en la lista. El Pentágono retiró a 6 firmas sin explicación, mostrando poca consideración por sus pérdidas sufridas durante este período.

A partir de las acciones presentadas, se han llegado a conocer varios detalles. Por ejemplo, AMEC es parte de la nómina simplemente porque recibió un premio de fabricación del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China. Mientras tanto, DJI descubrió que el Pentágono rechazó inicialmente el diálogo con la misma, pero más tarde presentó un informe plagado de errores, que ni siquiera diferenciaba entre drones de consumo a batería y drones militares a gasolina o gasóleo. Esto muestra que el listado del Pentágono es un «relato desordenado». ¿Cuáles son exactamente los «criterios de determinación»? Un analista de Stansberry Research, editorial de investigación financiera con sede en Estados Unidos, dio en el clavo: «Si eres una empresa china innovadora que gana dinero, es probable que seas vista como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. Increíble».

El mero hecho de que el Pentágono cree este catálogo so pretexto de «implicación militar» encarna una mentalidad hegemónica que pretende prohibir que los logros tecnológicos apoyen el desarrollo de la defensa china. Un flagrante doble rasero. Es difícil imaginar cómo podría progresar la modernización de la defensa de un país sin el respaldo de tecnología avanzada. De hecho, muchas compañías estadounidenses del rubro mantienen estrechos vínculos con el Pentágono. Por ejemplo, Microsoft consiguió en su día un contrato de 10 000 millones de dólares con la agencia en materia de computación en nube, y esta incluso se hizo con el vicepresidente de Apple, Doug Beck, nombrándolo director de su Unidad de Innovación en Defensa. En la era de la inteligencia artificial, el Pentágono acelera la adopción de grandes modelos lingüísticos y otras herramientas generativas de IA, con profundos y amplios vínculos con las tecnológicas de Silicon Valley. Por lo tanto, la esencia de este listado de empresas chinas es una injusta «cláusula intimidatoria» destinada a contener el desarrollo de China.

El planteamiento estadounidense de reprimirlas es una estrategia en la que todos pierden. Tomemos como ejemplo las compañías mencionadas: Tencent posee la totalidad de Riot Games, desarrollador del popular juego League of Legends, el favorito de los jóvenes estadounidenses, y también posee una participación significativa en Epic Games, desarrollador de otro juego de éxito, Fortnite. CATL es socio de Ford y Tesla, y Ford planea colaborar ella en el establecimiento de una planta de baterías de litio hierro fosfato para vehículos eléctricos en Michigan. Ya sea en términos de inversión, comercio o integración de la cadena de suministro, las economías altamente complementarias de China y Estados Unidos requieren dependencia y coexistencia, con un potencial de cooperación en el sector tecnológico. Estas no pueden ser simplemente «bloqueadas» por un mandato del Pentágono.

El 7 de enero, He Lifeng, vice primer ministro chino y responsable de asuntos económicos y comerciales entre ambos países, mantuvo una videollamada con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Durante la misma, China expresó su preocupación por las restricciones económicas y comerciales y, en particular, aclaró su postura sobre las recientes investigaciones comerciales. No se debe privar al pueblo chino de su derecho al desarrollo, y la firme determinación del Gobierno de salvaguardar los derechos e intereses legítimos de sus empresas nunca flaqueará. Washington se comprometió a no buscar una «nueva guerra fría» ni un conflicto con China. Esta última espera que su contraparte alinee acciones con palabras y cumpla sus promesas.